En tierra derecha

A los partidos de oposición les quedó muy fácil apropiarse del sentido común, al punto que lograron sacudir el árbol del petrismo para alejar sectores que se acercaron tímidamente en 2022. Se apropiaron, también, de las palabras verdad y libertad, como si los males del país hubiesen comenzado cuando asumió el actual presidente, borrando cualquier responsabilidad que tuvieron en el país roto que entregaron, pero, ¿qué tiene que ver esto con la tierra derecha en la que la oposición sumió al gobierno?

Cuando algo entra en el final de su periodo de tiempo, suele usarse esta expresión que proviene de las carreras de caballos; sin embargo, en este texto no es el caso, sino que se usa analíticamente respecto a cómo la oposición llevó la narrativa del gobierno a su campo de juego, es decir, a tierra derecha.

Si bien parece tautológico decirlo, la excusa suele ser que pasa porque los medios son de oposición, como el caso de la exdirectora de una revista que hoy es precandidata presidencial. Y, en efecto, detrás de grandes periódicos, canales y radios están los mayores grupos económicos, los que a su vez financian a los principales partidos que hoy habitan las antípodas del proyecto del presidente Petro.

Pero habiendo pasado casi dos tercios del gobierno, ¿aún vale esta excusa para justificar la premisa?, ¿no habrá algo más complejo detrás, o el hibris puede más y la culpa sólo la tienen los demás? Veamos.

Cuando hablamos de cuantificar –de forma tangible, no simbólica– logros o errores de un gobierno, lo usual es comparar su desempeño respecto a los anteriores. ¿Y en cuáles materias suele ser esta comparación? Por lo general economía, derechos y seguridad, aspectos en los que esta administración destaca, y con creces.

Partamos con economía, el tema predilecto de la derecha: el mercado laboral es estable, manteniendo cifras de desempleo de un dígito que ni entre 2002 y 2010 se lograron, con la informalidad tendiendo a la baja y un incremento salarial significativo por sobre la inflación; la reforma laboral vendría a apuntalar la estabilidad de millones de personas que viven en la incertidumbre y por tanto se lograría mejorar significativamente la realidad material de buena porción de la población.

Algo similar se observa en reducción de la pobreza, con un porcentaje de población mayor que cualquier gobierno previo, si se compara anualmente; la balanza comercial, indicador que ha operado deficitariamente los últimos 10 años, muestra un fortalecimiento de las exportaciones, así también pasa con el valor del peso frente al dólar, el control de la inflación, la reducción de la deuda, e incluso el crecimiento económico, que se ubicó por sobre grandes economías, en medio de un escenario global de crisis e incertidumbre.

En materia de derechos, se observa un cambio de paradigma, que si bien no ha sido de la envergadura esperada, ha permitido garantizar el acceso a condiciones de vida digna, como agua, vivienda, trabajo, educación, salud y pensiones, sobre todo en zonas rurales, las que, a su vez, se han jalonado el crecimiento de la nación.

Fuente Dane, elaboración propia.

Veamos ahora seguridad, que se ha hecho ver como el gran talón de Aquiles del gobierno. Podemos coincidir en que sí, hay una mayor sensación de inseguridad, que es innegable que hay delitos más frecuentes que antes, y que pareciera que a nivel territorial proliferan las nuevas células paramilitares (con el nombre que quieran, en la región que quieran). No obstante, la realidad es que, si bien hay desafíos y zonas donde la conflictividad recrudece –y por tanto el gobierno debe tomar acciones–, a nivel macro y en el largo horizonte, buena parte de las tasas y estadísticas de criminalidad siguen tendiendo a la baja.

Fuente Dane, elaboración propia.
Fuente Dane, elaboración propia.

Está también la corrupción, sobre todo por el caso de la Ungrd y lo que pasó con Nicolás Petro. A pesar de esto, cuantitativa y cualitativamente, en tanto monto y reacción, lo hecho por esta administración no tiene comparación, ya que la cantidad de casos y montos involucrados son significativamente menores, y las reacciones en cada uno, orientadas a facilitar la actuación de la justicia, son muy diferentes a cómo solía ser anteriormente.

La enumeración podría seguir, y hasta el momento podría catalogarse este ensayo como mera propaganda petrista, pero, ¿has pensado que quizás lees los resultados positivos del gobierno con incredulidad porque estás, justamente, mirando desde tierra derecha?

A los partidos de oposición les quedó muy fácil apropiarse del sentido común, al punto que lograron sacudir el árbol del petrismo para alejar aquellos sectores que se acercaron tímidamente en 2022. Se apropiaron, también, de las palabras verdad y libertad, como si los males del país hubiesen comenzado cuando asumió el actual presidente, borrando cualquier responsabilidad que hubieran tenido en el país roto que entregaron, pero, ¿qué tiene que ver esto con la tierra derecha en la que la oposición sumió al gobierno?

El significado de verdad y libertad varía según su raíz, y para este ejercicio tomaremos sus orígenes latino y griego de cada una. Respecto a la primera, verdad viene de veritas, quecorresponde a aquello que es conforme a la realidad, verificable y esencial en la idea romana de orden; mientras que libertad viene de libertas, como la condición de no estar sometido dentro de este orden establecido, por lo que al relacionar ambas se puede hablar de una autonomía individual como rasgo elemental del ejercicio del poder dentro de una nación.

Y por su parte, para los griegos verdad proviene de aletheia, como desocultamiento de aquello que es real, como un ejercicio de revelación a través del diálogo y la razón de eso que no está olvidado; y libertad viene de eleutheria, en tanto ausencia de restricciones y autodeterminación, a modo de ejercicio de participación y derecho para contribuir en el bienestar. Al relacionar ambas, buscar la verdad es un ejercicio esencial para la libertad en tanto fin último de la democracia: el bien común.

De vuelta a la coyuntura, la oposición atrae estos conceptos hacia su raíz latina, mientras que el gobierno claudica en su intención de hacer del bien común, valga la redundancia, un sentido común. Es como si los partidos de oposición convirtieran la nación narrada en una especie de balsa de piedra, como dijera Saramago, en una tierra derecha imaginada, alejada de la realidad material de Colombia, que avanza tangiblemente hacia el bienestar. Y en este trasegar, esta narrativa hegemónica arrastra incrédulos y débiles conversos hacia el pesimismo mágico que vende la oposición, pero también se lleva consigo al gobierno, el que, por su ineditud, se deja arrastrar y cesa en su esfuerzo de revelar aquello que está logrando para desgastarse en justificar lo que está haciendo.

A esta altura del partido, ya no sirven las excusas, ni basta con que el gobierno actúe con buenas intenciones en el país roto que heredó. Apenas queda un tercio del periodo, y mientras siguen apareciendo parientes a disputar la herencia con el abuelo aún en vida, quienes continúen en el ejecutivo deben volcarse a lograr que el legado del presidente sea la mejor campaña de 2026. Su deber es lograr que la nación abandone la balsa de piedra, la tierra derecha, y vuelva a vivir en la nación tangible, aquella que refleja datos e indicadores que evidencian la transformación material que ha significado este gobierno.

El desafío de la época es hacer que la gente sea capaz de palpar el cambio, el bienestar y el bien común construido en estos últimos años, y para ello hay que ser impecables e implacables. Esto no se logra de forma instantánea, y requiere de una capacidad de seducción y estrategia que pareciera se perdieron en el camino.

Aquellos que tomaron la verdad y la libertad como llave para perpetuar el orden previo, consolidaron una narrativa que nos tiene sumidos en tierra derecha, como si la historia fuese inevitable. Sin embargo, las izquierdas siguen demostrando que son opción en el mundo, es cosa de mirar a Brasil, México y Uruguay.

No nos dejemos llevar por la deriva y la mentira; la alegría, siguiendo la raíz griega, deriva de la búsqueda de la verdad y la libertad y, por tanto, el llamado hoy es a sacudirnos del pesimismo para no olvidar que seguimos construyendo una segunda oportunidad en la Tierra para Colombia.    

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Información adicional

Autor/a: Simón Rubiños
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo N°320, 20 de enero - 20 de febrero de 2025

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