Encuetas y opinión pública. ¿Cómo se ven así mismos y a la sociedad los dirigentes sociales? ¿Cómo romper la constante antisindical gubernamental y patronal?
Si hiciéramos el ejercicio de preguntarle a varias personas en diferentes partes de nuestro país sobre lo que imaginan cuando escuchan la expresión “encuesta de opinión”, seguramente nos responderían que son preguntas que los medios de comunicación hacen sobre temas relacionados con las elecciones y aspectos importantes del momento. Podemos seguir preguntando sobre los posibles temas que les interesen a los medios de comunicación y las empresas encuestadoras para sondear la opinión pública, y a lo mejor el sindicalismo, como tema, no estaría entre los elegidos. Así que no deja de ser extraño que estemos hablando de una encuesta de opinión a los sindicalistas; hasta pudiera ser una noticia internacional el hecho de que los grandes medios de comunicación colombianos estuvieran dando a conocer las opiniones del sindicalismo. Pero no se trata de eso: se trata de una encuesta de opinión sin medios masivos de comunicación.
¿Encuesta de opinión sin medios masivos?
Sí, se trata de una encuesta de opinión realizada por el sindicalismo y no por el poder. El objetivo de esta encuesta es conocer las tendencias generales de la opinión de la dirigencia sindical sobre las instituciones y los problemas que afectan la vida del país en lo social: económicos, laborales y del movimiento sindical. Esta es la segunda encuesta de opinión realizada a la dirigencia sindical colombiana. La primera se realizó en el 2010, al final del anterior gobierno y principios del actual. Ambos sondeos han sido liderados por la Escuela Nacional Sindical (ENS), con el apoyo financiero de la Federación Holandesa de Sindicatos (FNV) y realizados por la empresa Invamer-Gallup.
En días pasados se presentaron en Bogotá los resultados de esta segunda encuesta, que fue realizada en los meses de agosto y septiembre. Para su desarrollo, se entrevistaron 104 dirigentes, entre miembros de comités ejecutivos de las centrales obreras, presidentes de sindicatos con 500 o más trabajadores(as) afiliados y miembros de federaciones sindicales internacionales presentes en Colombia.
Algunas pistas
A continuación, algunos datos que muestran las tendencias generales que arrojó la encuesta: pobre la calificación de los dirigentes sindicales a las políticas del Gobierno, unánime sensación de desunión en el movimiento sindical. Se percibe agravamiento de los problemas laborales. El Congreso y los órganos de inteligencia obtienen la más baja confianza, hay merma de credibilidad en la rama judicial, la actividad sindical se sigue percibiendo como bastante insegura. Otros datos sobre los encuestados son dicientes del sector sindical: el 87 por ciento de los líderes sindicales son mayores de 45 años y las mujeres sólo representan el 21 por ciento de la dirigencia sindical. La tendencia general con respecto al actual gobierno es que no sale bien librado, y en algunos casos tiene menor calificación que la anterior administración, como se pudo constatar al comparar la encuesta de 2010 con la actual*.
La composición organizativa y política permite contar con la opinión del sindicalismo y de algunos sectores políticos. Entre los encuestados tenemos: el 47 por ciento pertenece al sector público, el 40 al sector privado y el resto a ambos. Por afiliación a centrales obreras, el 59 por ciento pertenece a la CUT, el 19 a la CGT, el 10 a la CTC y el 13 no está confederado. Y en cuanto a la filiación partidista, la mayoría, 29 por ciento, es del Polo Democrático, el 27 no tiene partido, el 17 pertenece al partido liberal, el 12 a Progresistas, el 9 a independientes y un 1 a la Marcha Patriótica.
La injusticia no da confianza
El hecho de que la encuesta señale un panorama crítico no es producto de opiniones sesgadas y anacrónicas, como bien pudiera señalar el Gobierno, sino de una serie de factores estructurales que han alimentado la injusticia social. Con respecto a la seguridad para el ejercicio de la actividad sindical, los encuestados respondieron en escala de 1 a 6 que ésta sólo alcanza el 1,72 con respecto a la autoría de la violencia contra los sindicalistas; el 39 por ciento de los encuestados considera que ésta proviene del Estado, y el 38 que del paramilitarismo. Tales hechos no están desligados del desconocimiento de las empresas al sindicato como representante de sus trabajadores, el cual apenas alcanza 2,99 en el escala de 1 a 6.
Un caso emblemático del no reconocimiento del sindicato por parte de la empresa se presentó el año anterior en Puerto Gaitán (Meta), donde la Unión Sindical Obrera (USO) lideró una lucha por varios meses sin ser reconocida por la empresa Pacific Rubiales. Cuando los trabajadores lograron parar el principal centro de producción y obtener la solidaridad de la población, la empresa, en complicidad con el Gobierno, reconoció a regañadientes al sindicato y suscribió un acuerdo que nunca se cumplió. Luego de estos hechos vinieron una campaña mediática nacional de desprestigio contra la USO, el despido de algunos trabajadores, el impedimento de la actividad sindical y la creación de un sindicato patronal.
En nuestro país, la constante histórica ha sido el asesinato y la persecución a los sindicalistas, según el senador Alexander López en un reciente debate en el Congreso sobre la situación de los sindicalistas. López expresó: “Este es un país donde no existen garantías para el ejercicio de la actividad sindical, no existe respeto a la vida ni a la integralidad de los dirigentes y activistas, sólo en el año 2012 han sido asesinados 16 sindicalistas y están amenazados de muerte 25”.
El modelo económico tampoco da confianza
Sobre el impacto de la inversión extranjera, el 69 por ciento de los encuestados dijo que ésta NO aumenta el empleo; el 88, que NO aumenta la riqueza nacional; el 91, que SÍ sobreexplota los recursos naturales; el 91, que SÍ precariza el empleo; y el 69, que SÍ disminuye las libertades sindicales. Estas opiniones representan una descripción del modelo extractivista que agudiza la situación de los trabajadores, de los cuales la tasa se sindicalización sólo alcanza un 4 por ciento, mientras que la gran mayoría trabaja en condiciones de tercerización o trabajo informal, o es desempleado.
Este gobierno se ha querido presentar como modelo progresista. Así lo manifestó reciénteme Humberto de la Calle en la instalación de los diálogos en Oslo (Noruega), pero en realidad su agenda económica dice todo lo contrario; tanto es así, que ha incumplido el acuerdo conocido como Plan de Acción Laboral que suscribió con Barack Obama, en que se suponía que la actividad sindical iba a tener mejores condiciones para su concreción, entre otras promesas.
¿Está unido el sindicalismo colombiano?
El 92 por ciento dijo que no. Entre las razones para esta desunión, se señalan: filiación partidista, 21 por ciento; intereses comunes, el 2; distintos intereses, el 50; prácticas antisindicales, 22; espacios de encuentro, el 5 por ciento.
El mecanismo de las encuestas es una de las iniciativas necesarias para la reflexión y el debate sobre la situación y los retos del sindicalismo, debate que no se debe centrar únicamente en las críticas al poder sino igualmente en asumir la autocrítica en un diálogo abierto con los sectores sociales. Una nueva relación entre el sindicalismo y la sociedad pudiera sintetizarse en la idea de societato, poder que debiera ser motor social y fuente de opinión importante en las encuestas de trascendencia nacional.
* Ver: http://ens.org.co/apc-aa-files/4e7bc24bf4203c2a12902f078ba45224/PRESENTACION__EOS_ENS___1_.ppsx.
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