Ilustración de @memoriadibujada.

Colombia pronto será campeona mundial entre los países que más años ha buscado la Paz, pero sin alcanzarla. Para pasar la página de esta historia hay que negociar un gran acuerdo de paz, y recuperar la concepción de víctima que se roba un puñado de gente de bien presuntamente amenazadas por el crimen y el terrorismo. No obstante, la meta implica diferenciar entre una víctima tanto del terrorismo como del autoritarismo en Colombia.

Hay 4 obstáculos para el crear un gran diálogo en clave de víctimas.

Obstáculo 1:

Aclarar la confusión entre dos visiones de la guerra

El primero es aclarar, ¿qué clase de guerra hemos vivido? Algunas personas prefieren hablar de paz con seguridad para detener el terrorismo; otras afirman que todo empezó por culpa de los gobiernos autoritarios. La guerra siempre es igual, no importa contra quien se libre, ya sea el crimen organizado, las guerrillas, el terrorismo o los grupos paramilitares, porque los resultados siempre son los mismos: Víctimas y muchas.

Obstáculo 2:

Un gran diálogo entre las víctimas depende de corregir la pirámide del conflicto

A pesar del dolor colectivo provocado por la lucha anticomunista, antidelincuencial y antiterrorista, la anhelada seguridad nunca llegó. Según la Comisión de la Verdad, el 80 por ciento de las víctimas fueron civiles1 inocentes, mientras el 20 por ciento restante pertenecían a los actores armados. Esto quiere decir que la distribución de nuestro conflicto es desigual, tal como una pirámide: Se sabe que hasta la fecha sólo un 10 por ciento, de la punta de la pirámide no ha vivido la guerra. El mejor ejemplo por estos días es el saliente fiscal Barbosa, quien reafirma la pirámide con su ineptitud para impartir verdadera justicia, y sus actos confirman que las víctimas de la Colombia herida surgen por la omisión o atención desigual del Estado.

La cruda realidad es que incluso la gran minoría que no ha vivido la guerra (10% como Barbosa) disputa la condición exclusiva de ser víctima, un caso paradigmático de lo cual es el Fiscal y su “gente de bien”, con la consecuencia de excluir a la mayoría de la población víctima, por no decir a la gran mayoría oprimida. Este comportamiento reafirma la lógica de concentración del poder, y es visible en la respuesta preferencial del Estado hacía los grupos que viven en la punta de la pirámide social, como lo demuestra el comportamiento venenoso y arbitrario de la Fiscalía. No es lo mismo que te permitan entrar a la azotea exclusiva de la pirámide, por ser “gente de bien”, que estar oprimidas y apretadas contra el piso junto a las personas excluidas.

Obstáculo 3:

Reconocer las clases de víctimas

Aclaremos que víctimas hay muchas y otras no lo son. Las hay por causa de la violencia de grupos armados al margen de la ley, y otras como resultado colateral al imponer el orden y la seguridad. Pero cabe resaltar que, entre la desinformación que reina en Colombia, se escuchan gritos de quienes piden la presencia del Estado; o ante su ausencia se alcanza a ver un puñado de gente de bien, que actúan por mano propia para combatir el crimen: aparentan ser víctimas. ¿Por qué actúan así? ¿Temen por sus privilegios? ¿Pretenden imponer por mano propia su visión de paz y estatus de víctima? Muestras de esta lógica son el criminal Andrés Escobar y el prejuicioso fiscal Barbosa, quienes son caballos de Troya al servicio del victimismo de la gente de bien2.

Para ahorrar tiempo resumimos las claves para diferenciar a los lobos disfrazados de ovejas, que nos imponen su concepto de víctimas:

–   No se puede ser dos cosas a la vez: Verdugo y víctima. Las victimas sufren –en un sistema de opresión– sin fin y arrastran su dolor. Podemos admitir que lleguen a ejercer violencia de forma aléneada3, esto quiere decir que son cooptadas, reprimidas y atrapadas contra su voluntad o en defensa propia, pero en esos casos las víctimas aléneadas imitan un modelo de violencia del que no son creadoras ni dueñas.

–   Estas víctimas niegan a las otras víctimas: las impuestas y aléneadas miran sin empatía desde arriba a las excluidas, y a cambio de dar su obediencia benefician el saqueo de recursos del país, la manipulación, la desinformación y la victimización como control y ejercicio del Estado.

–   Hay víctimas impuestas o impostoras: podemos identificarlas gracias a que su única propuesta es mediante la solución armada, y no es sólo una propuesta de grupos de derecha.

En la otra esquina tenemos a las víctimas excluidas:

–   No se aparenta ser víctima, se es obligado a esa vida, porque no eligieron llegar a esa condición, fueron obligadas a ello.

–   Las víctimas excluidas le apuestan a sostener la paz desde las opciones pacifistas, quieren la paz sin esperarla regalada desde el Estado, porque su vida depende de ello y porque son parte de las propuestas alternativas al Estado autoritario.

–   Buscan Vivir sabroso. Su naturaleza es radical dado que ninguna cantidad de dinero es una reparación digna para su sufrimiento, por eso las víctimas son excluidas por el Estado, porque no le sirven para ninguno de sus fines económicos. Cuando una víctima elige Vivir sabroso y le niegan el derecho toda Colombia falla.

Obstáculo 4:

Los crímenes de Estado

No olvidamos ni perdonamos que, por fiscales como Barbosa, es que el Estado colombiano intentó ocultar más de 6.402 falsos positivos; por eso ya no es coincidencia su torpeza y codicia. Tenemos un mar de víctimas que luchan en contra de la saña malintencionada para alcanzar la paz, que argumentan que las víctimas del conflicto colombiano son, desde hace más de 50 años, responsabilidad directa de las acciones del Estado. Uno de los voceros de este grupo es el Movice, iniciativa pacifica creada en el II Encuentro Nacional de Víctimas de Crímenes de Lesa Humanidad, violaciones graves a los derechos humanos y genocidio en Colombia.

En conclusión, mientras la concepción de víctimas obedezca a los intereses privados, por culpa de funcionarios y víctimas impuestas como Barbosa, continuará la lógica de la guerra permanente. Por ende, la misión no es perpetuar el discurso de las víctimas impuestas desde arriba, sino a partir de este momento histórico construir el gran diálogo que finalmente reconozca a las verdaderas víctimas y les de las garantías de justicia social negadas históricamente. Para que por fin en Colombia empecemos a hablar de una única paz, total.

Tristemente en Colombia de 1985 y el 2018 hay 450 mil, 50 mil personas secuestras y 16 mil niños víctimas de reclutamiento forzado. Más de 8 millones de personas desplazadas, así Colombia es uno de los 3 países con mayores índices de desplazamiento forzado del mundo. 4 mil masacres y un millón de personas expulsadas sin reconocimiento por parte del gobierno.

Hay múltiples casos y no entraremos en detalles: La hija de Rodolfo o la madre de Paloma Valencia víctimas de secuestros.

Aléneada = Alineada+Alienada, léase como prefiera.

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Información adicional

Autor/a: A-Brazo de Lucha @abrazodelucha
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo N°306, 18 de septiembre-18 de octubre de 2023

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