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‘Crónica de una muerte anunciada’. Instituto de Seguros Sociales

Hay que decir, que el Instituto Colombiano de los Seguros Sociales (ICSS), nombre asignado en su nacimiento, no contó con unos padres suficientemente responsables. El Estado, uno de ellos, nunca respondió de manera adecuada con su deber de sostén económico y llegó al colmo de desconocer su paternidad cuando a través de una reforma, en 1977, le quitó el apellido de Colombiano y lo dejó solo como ISS. Este Padre, además de no responder financieramente, se aprovechó todo el tiempo del hijo, sacándole provecho, al utilizarlo como bastión de clientela política y auspiciar por esta vía su desfalco a través de procesos de corrupción.


 


Otro de los padres, los patronos, buscan en todo momento desconocer su responsabilidad. Lo hacen a través de diferentes artimañas, como no cotizar todos los meses, declarar nóminas salariales más bajas y no afiliar a trabajadores bajo su tutela. 


 


Tal vez los únicos padres responsables, han sido los trabajadores y trabajadoras. Progenitores que quieren a su hijo y por lo tanto tratan sin cesar que tenga la mejor vida. Por desfortuna, de los tres, son los padres que menor peso tienen en el curso de la vida de su hijo, el ISS. 


 


Y por supuesto, esta situación paterna del ISS es un asunto clave para analizar su historia de vida crítica. La deuda financiera del Estado, que según cálculos hechos en 2001 ascendía a la nada despreciable suma de 58.8 billones de pesos (asunto que no tocan los gobernantes cuando hablan de los problemas del Seguro), su utilización como bastión de clientela y corrupción. y la falta de compromiso de muchos empleadores con la seguridad social, son parte de las causas centrales que explican la profunda crisis que sobrelleva, que le permite hoy el gobierno de Uribe decir que el ISS es una institución insostenible y por lo tanto anunciar las exequias para el año de 2007.    


 


El comienzo de la muerte anunciada


 


Desde la expedición de la Ley 100 en 1993, el ISS quedó incorporado en un mercado del aseguramiento y en este sentido inició una competencia con otras entidades de seguridad social de carácter privado. La contienda no ha sido nada fácil: sus protectores son pocos y débiles, en tanto sus contrincantes son muchos y  fuertes, con presencia en la presidencia de la República, el parlamento y el empresario privado, todos ellos, sin excepción, con fuertes nexos en el sector financiero privado, el que realmente está detrás del gran negocio de la seguridad social.


 


Antes de 1993 el 23% de la población colombiana se encontraba vinculada a la seguridad social, en su mayoría al ISS, hablamos de unos 6 millones y medio de afiliados.  Para 1996, con la ley 100, y con la decisión de ampliar la cobertura al núcleo familiar, el ISS contaba con una población de usuarios cercana a los 10 millones. Para ese mismo año las EPS privadas, recién creadas, ya tenían una clientela cercana a los tres y medio millones de personas. Lo llamativo de estas cifras es que para el año 2002 se habían invertido completamente: el seguro contaba solo con 3 millones de afiliados (que son los que reporta hoy) mientras que las EPS privadas reportaban 9 millones doscientos mil afiliados.


 


Como lo muestra la gráfica, la cobertura del ISS (en gris) fue decreciendo, en tanto la de las EPS privadas (en blanco),  fue ascendiendo, con un elemento adicional desfavorable para el seguro: quedó con la gente de mayor edad y con los pacientes con enfermedades de alto costo, es decir aquellos con dolencias crónicas como la diabetes y la hipertensión, pero ya con efectos serios sobre el organismo como fallas cardiacas e insuficiencia renal, que conllevan altos costos en tratamiento y rehabilitación.


 


La estrategia de marchitar el ISS durante estos años, les ha funcionado perfectamente, y han logrado su cometido de captar y controlar este mercado desde el sector privado, con un elemento adicional: dejarle al seguro lo que genera más gastos y perdidas.


 


Estrategias para lograr la defunción


 


La ‘crónica de la muerte anunciada’ se puede reconstruir a través de un conjunto de momentos que reflejan las estrategias claves para que hoy se pueda hablar, finalmente, de la muerte del Seguro Social. Mirémoslas:


 


1. Cuentas sombrías: dada la falta de un sistema de información serio en el Sistema General de Seguridad Social no se ha sabido a ciencia cierta el número de afiliados que tenia el ISS y por lo tanto la cuenta de compensación del FOSYGA (Fondo de Solidaridad y Garantía) no le ha pagado todo lo que debía cancelarle al ISS; se plantea que a fecha de hoy la deuda por este rubro es de 120.000 millones de pesos. Y otra cuentica, de este mismo fondo con el ISS es de 150.000 millones de pesos por conceptos de recobros, tutelas y medicamentos no incluidos en el Plan Obligatorio de Salud (POS).


 


2. Descrédito institucional: en el 2001, bajo el argumento de ineficiencia administrativa, al ISS se le prohibió captar nuevos afiliados, pero adicionalmente se permitió su afiliación masiva. Esta medida se mantuvo hasta el 2003, periodo durante el cual el Seguro perdió un número importante de afiliados, pero lo más grave fue que quedó con la población con graves problemas de salud, lo que por supuesto implica mayor inversión financiera (por que entre otras estrategias las EPS aplicaron la selección adversa y no afiliaron este tipo de población). Una muy buena estrategia, las EPS privadas se quedaron con los afiliados jóvenes y sanos y el ISS con los más viejos y enfermos.


 


3. Obligaciones adicionales: las responsabilidades laborales del ISS como patrón le fueron colgadas a los recursos para atender a los afiliados a salud, otra razón de desfinanciación en tanto alrededor del 25% de los recursos de la Unidad de Pago por Capitación (UPC, lo que recibe el ISS por cada afiliado en salud) tuvieron que destinarlos para esta partida.


 


4. Separación de funciones: a través del decreto 1750 de 2003 el gobierno de Uribe le quitó al ISS la prestación de servicios de salud. Las 37 clínicas y 204 centros de atención ambulatoria que tenía, fueron agrupados en 7 Empresas Sociales del Estado (ESE), dependientes ya no de la EPS ISS, si no del Ministerio de Protección Social. Esto le quitó el derecho a la EPS ISS de contar con su propia red de servicios (IPS) y contratar con ella para obtener un mejor balance financiero. Hay que decir que este asunto no ha sido controlado a las EPS privadas quienes hacen una gran integración vertical (es decir que las EPS contratan con su propia red de IPS), sin contratar con las entidades publicas de salud, lo que las hace más rentables, literalmente pasan el dinero de un bolsillo al otro de su pantalón.


 


5. Quiebra de las ESE: dado que declarar una institución de salud como ESE le impone autosostenerse con la venta de sus propios servicios (ya en este caso no reciben el apoyo de la institución ISS), estas ESE, creadas a partir de las instituciones que eran del ISS, han tenido que vivir de la venta de sus servicios, que por ahora –en su mayoritaria– lo hacen a la EPS ISS (92%), pero ésta incumple con los pagos a tiempo, no reconoce la totalidad de los servicios, no autoriza servicios, no entrega oportunamente los medicamentos, lo que ha propiciado la quiebra de  la ESE José Prudencio Padilla de la Costa Atlántica (la cual acaba de ser liquidada por el Ministerio de Protección Social), una de las 7 ESE que fueron creadas en el 2003. Con certeza las otras 6 serán liquidadas en un corto plazo. Con esta estrategia dieron un gran paso en la crónica de la muerte del ISS, por que acabaron con un elemento fundamental de su arquitectura institucional: su red prestadora de servicios de salud.


 


6. Ausencia de rectoría estatal: el Estado no ha cumplido con la función de controlar y vigilar a los actores que tienen responsabilidad con la seguridad social en el país. Así se evidencia con la evasión (no se tiene afiliados a los trabajadores que deben estarlo), elusión (se cotiza por menores montos a los reales) y mora (se cotiza tardíamente) de los empleadores con el ISS. Según cifras de la Superintendencia de Salud, en el país hay una evasión, elusión y mora del 40% en el componente de salud, lo que le ha implicado al ISS perdidas de alrededor 660 mil millones de pesos anuales. Claro asunto que tiene más control desde las EPS privadas.


 


Este conjunto de estrategias claramente pensadas, planeadas y ejecutadas, han dado suficientes evidencias para decir que los gobiernos de turno no precisamente querían salvar al ISS, sino darle su santa sepultura.


 


Dicen ahora que no pretenden dejar al país sin una EPS pública, dado que es importante el aseguramiento público. Con certeza que sí, pero para soporte aquellos aspectos del mercado en los cuales los privados no entran por que no son rentables. Para eso sí es útil lo público. Entonces darán los santos oleos al ISS con su liquidación y  crearán una nueva institución cero kilómetros, con trabajadores totalmente flexibilizados, que impida crear sindicato, que les hará verse como protectores de lo publico, pero que en el fondo es de una enorme funcionalidad a lo privado. 


Obituario  


 


El caso del ISS, se suma al del BCH, Telecom y Ecopetrol, entre otros. Hacen parte de la reforma estructural del Estado neoliberal, que vende el mejor patrimonio de la nación (uno de ellos  el ISS) a los empresarios, con el argumento que son instituciones burocratizadas, corruptas, ineficientes y de mala calidad. Por supuesto que entendemos claramente que lo que prima allí son los grandes flujos de capital que atraviesan a estos sectores, los cuales el sector privado apetece y apropia. No es gratuito que algunas de las EPS privadas estén ranqueadas dentro de las 100 empresas más grandes de Colombia, con un crecimiento financiero para el año 2003 del 18.26 %, cinco veces superior al promedio nacional que fue del 3.74 % (Informe Especial Sector Económico, Revista Semana No 1147, abril de 2004).


 


Ahora, el caso del ISS le ha dado una lección a los neoliberales: no es bueno deshacerse en su totalidad de lo público. En este caso de la seguridad social en salud. Se han percatado que es bueno conservar una entidad pública para que atienda los enfermos graves y viejos que no son rentables para el sector que ellos lideran (por esto el Ministro de Protección Social y el Director del ISS, dicen que mantendrán la seguridad social publica, ya no con el ISS, sino con una nueva entidad), para de esta manera permitir que el sector privado se quede con la crema del negocio. Vía que por supuesto no fortalece lo público sino que lo destruye, al dejarle al Estado responsabilidades como estas, que lo desfinancian.


 


En la separación de funciones en el campo de la seguridad social en salud iniciada con la Ley 100, que separó la atención individual de la enfermedad (el negocio), de los asuntos colectivos de salud, que tienen altas externalidades (lo no lucrativo), ahora se dan cuenta que también una parte de la atención individual de la enfermedad se puede separar, para dejar el beneficio al sector privado y lo no lucrativo al sector publico. Cierre con broche de oro en esta crónica de la muerte anunciada del ISS.


 


Es indudable que algo anda mal en nuestro modelo social donde el sentido colectivo se postra ante el lucro de unos pocos. La salud y la vida se han transformado en otro negocio. Los empresarios se regocijan. Las mayorías padecen. Para la ciudadanía, los trabajadores/as de la seguridad social en salud y sus usuarios, debe quedar claro que un Estado y un gobierno que no valora el patrimonio público, construido por décadas por la nación y el esfuerzo de millones de trabajadores, es un Estado que requiere una ruptura profunda y estructural.


 


*          Médico, Salubrista Ocupacional. Coordinador General de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES) y miembro del Movimiento Nacional por la Salud y la Seguridad Social de Colombia. Correo: [email protected]



 


Voces de diversos actores involucrados


 


Trabajadores/as. Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, CUT. Resolución No. 8. Privatizan la Seguridad Social. Agosto 25 de 2006. www.cut.org.co  


 


La privatización de las pensiones, la salud, los riesgos profesionales, el cierre de la red pública hospitalaria, la política de marchitamiento del ISS, la expropiación de sus clínicas y centros de atención, para después liquidar las famosas ESE, feriando el patrimonio público y condenando a los usuarios a morirse por falta de atención; ponen en entredicho la responsabilidad social del Estado y viola los derechos fundamentales  a la vida y la salud del pueblo colombiano.


 


Es claro  para el país, que para salvar el ISS, el gobierno debe pagar la deuda histórica con la Entidad, no negarle los recursos del Fosyga, ayudarle económicamente a sostener los pacientes de Alto Costo, de mayor edad  y más pobres (el sector privado por la complacencia del gobierno, no acepta estos pacientes, sabe que el negocio está primero que la vida y la salud de los usuarios). Combatir eficazmente la evasión, elusión y mora en los aportes de las empresas;  propender por una sana administración, conservando el tripartismo y garantizando la unidad de empresa, respetando el derecho al trabajo, a la libertad de asociación y negociación colectiva de sus trabajadores.


 


Trabajadores/as del ISS. Pronunciamiento de Sintraseguridad Social y SintraISS. La liquidación del ISS. El más grave sacrificio a la política social del país. Agosto 30 de 2006. Fotocopias.


 


En lugar de liquidar el ISS, el gobierno debe buscar con el concurso del Congreso, los empleadores, las centrales obreras, los pensionados, los trabajadores y los usuarios, las diferentes alternativas de solución a la problemática planteada. 


 


No compartimos la propuesta del Gobierno de liquidar el ISS, por cuanto esta decisión, no solucionaría ninguno de los problemas enunciados y por el contrario le asestaría un golpe, a la esquiva paz, entre los colombianos.


Gilberto Quinche, Director del ISS. Diario El Tiempo, septiembre 2 de 2006. Entrevista de Yamit Amat. www.eltiempo.com


 


La politiquería, la mala administración, la falta de previsión, la falta de tecnología, las convenciones colectivas sin financiación, la selección de riesgos son a su entender las causas que explican la crisis del ISS. No se va a acabar el Seguro; se va a buscar la fórmula de tener un modelo de Seguro Social, de EPS pública, que sea eficiente.


 


Las alternativas jurídicas que enfrenta el Instituto son escisión, reestructuración, liquidación. Se están realizando estudios jurídicos, técnicos y financieros para establecer lo que se debe hacer.


 


Antes de finalizar el año tendremos los estudios jurídicos, técnicos y financieros para el nuevo Seguro. Vamos a realizar un «trasplante pulmonar» para mejorar su oxigenización tecnológica; vamos a extraer el ‘tumor cerebral’ de la politiquería; vamos a practicar una recepción segmentaria intestinal porque, en razón de las convenciones colectivas, tiene «demasiado intestino»; vamos a aplicar «células de rejuvenecimiento» para evitar la concentración de población de mayor riesgo y vamos a aplicar quimioterapia para extirpar el cáncer de corrupción. Son 6 cirugías y tratamientos, lo que se necesitan.


 


Diego Palacio, Ministro de Protección Social. Entrevista Diario El Tiempo, lunes 7 de agosto de 2006. Página 1-8.


 


El país se acostumbró a que hay una entidad en crisis y se creía que con plata se podía solucionar. Por eso no se exigió eficiencia. Además, tiene problemas de transparencia y de pésima calidad de servicios. Es un problema acumulado de muchos años.


 


Se han tomado algunas medidas. Lo que pasa es que no tuvimos el espacio jurídico para poder tomar decisiones adicionales que permitieran soluciones de fondo. No hay las herramientas para poder evitar que esta situación se presente cada año. 


Lo que estamos haciendo es una batalla no solo para mejorar la calidad, sino para sentar un precedente de regulación de mercado en busca de mejorar los índices del aseguramiento público en el sistema de salud.


 


Las medidas: la liquidación es una, la reestructuración es otra, la escisión es otra. Hay un comité técnico de Planeación que está estudiando el tema.


 


Carlos Gaviria, Presidente Polo Democrático Alternativo. Pronunciamiento sobre la liquidación de Empresas Sociales del Estado (Hospitales) y del Seguro Social. Miércoles 16 de agosto de 2006. www.polodemocratico.net  


 


La voluntad política de acabar con el Seguro Social no cejó y en contra del principio de la libre escogencia, se propició la selección adversa y se le endosó al Seguro Social la atención económicamente onerosa como es la de las enfermedades de alto costo y de las poblaciones más vulnerables, dejando para las EPS privadas los afiliados cuya atención resultaba más rentable.


 


El llamado es a la construcción de un nuevo consenso social, del que emerja la voluntad política para defender la seguridad social de carácter público y al Seguro Social como ente asegurador y prestador de servicios de salud, así como de pensiones y riesgos profesionales en el marco de una seguridad social integral, en el entendido de que cumple funciones de equilibrio del sistema de seguridad social y es un factor de equidad.


 


Jorge Enrique Robledo, Senador de la República. Declaración. Avanza la conspiración contra el Seguro Social. 28 de agosto de 2006. www.moir.org.co 


 


Dando otro paso por el camino de hacer de la salud de los colombianos un vulgar negocio, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez acaba de anunciar la liquidación de las clínicas del Seguro Social y del propio Instituto. Continúa así la conspiración urdida contra el ISS desde 1993, cuando el entonces senador Álvaro Uribe Vélez tramitó en el Congreso la Ley 100. 


 


La fórmula oficial es la misma que se ha aplicado en la red pública hospitalaria: liquidar las entidades y despedir a los trabajadores para luego contratar a otros o a los mismos con peores condiciones laborales. 


 


¡Cómo urge la creación del más amplio frente de unidad y de lucha en defensa de la salud de los colombianos y en contra de la plutocracia que el uribismo está montando en Colombia, una unidad que parta de declarar la salud como un derecho fundamental sobre el que no pueda parasitar el capital financiero!

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