Los textos y las tablas son veraces, puesto que el empeño de implantar el modelo del Consenso de Washington sigue su marcha con absoluta transparencia. Transparencia: ¡hasta los ciegos ven! Entonces, se trata aquí de no despachar estos preciosos materiales con la “teoría de la mala fe del FMI”, sino de repasarlos como una prueba fehaciente de la doctrina en que persiste el Fondo, y del círculo vicioso en que, a la postre, encierra a los países que siguen sus juiciosas e incisivas recomendaciones.
1.- Lograr el equilibrio fiscal en el presupuesto del Estado y en particular del gobierno central, con la cascada sin fin de reformas tributarias, para tratar de alcanzar un 1,5% déficit sobre el PIB. Aumentar impuestos y comprimir gastos “diferentes al pago de deuda e intereses” y complementar el esfuerzo con más privatizaciones.
Señalan que, a mediados de la década del 90, amainó el crecimiento y aumentó el déficit fiscal y el déficit en la cuenta corriente externa. En ningún momento señala que el crecimiento anterior a la primera mitad de la década del 90, se fundó en sectores atados a la explosión importadora efecto de la apertura económica: el comercio, el transporte y los impuestos de aduana, paralelo a la declinación de la industria y la agricultura. Además, el artificial repunte de la construcción, apoyado por el ingreso de “capitales repatriados”. Crecimientos paralelos al notable decaimiento de la industria y a la recesión agrícola.
Cuando la construcción sobrepasa la demanda, y entra en crisis, el solo efecto importador es insuficiente para sostener el crecimiento. Más aún, la incapacidad de las exportaciones de financiar esa euforia importadora obliga a recurrir al financiamiento externo, es decir, al endeudamiento. En conclusión, las finanzas del gobierno resienten la falta de crecimiento de la economía por la menor tributación y la creciente carga de pagos de la deuda y de sus intereses. Claro que los doctores alegan otras causas como si ya no estuvieran analizando la segunda mitad de los noventa.
Esas dos causas no subrayadas en el informe del FMI, son las causantes de la ineficacia de las reformas tributarias. No obstante, como lo han señalado muchos autores, al FMI lo que le interesa, como a cualquier banquero es: a) localizar clientes necesitados para colocar préstamos, b) forzarlos a garantizar los pagos aumentando los ingresos tributarios y apretando los gastos, a cualquier precio y en cualquier circunstancia. El resto, poco importa.
2.- Continuar con una política monetaria con el propósito de cumplir con la meta de inflación del programa. Este propósito riñe con el punto anterior, porque el obsesivo control monetario como método único para contener la inflación, aprieta la capacidad de compra y por lo tanto la demanda, lo cual limita el crecimiento de las ventas y de la producción. Con ese bajo crecimiento, los ingresos del Estado por concepto de impuestos también se frena, mientras que las necesidades de gasto público crecen con el aumento de la población.
3.- Conseguir la liberación del sistema financiero y privatizar los bancos del Estado. Esa liberación tiende a volcar los créditos bancarios hacia los negocios más rentables: financiar importaciones, al gobierno y operaciones interesantes en el mercado de monedas. Esa preferencia le permite al sistema abandonar el crédito para operaciones menos interesantes y más riesgosas atadas al sector productivo industrial, al agrícola, al turístico, al exportador, entre otras.
4.- Ampliar la liberalización del comercio exterior que se presume que se coronará con el Tlc con los Estados Unidos y con otros países. Desmontar las trabas que queden a las importaciones y desmontar los subsidios e incentivos a las exportaciones. La marcha alentada de las importaciones y el lento desarrollo exportador (excepto con el Grupo Andino, ahora en plan de liquidación3 ), produce el déficit externo ya señalado y el endeudamiento externo por la vía de préstamos al gobierno, quien le vende los dólares al Banco de
5.- Extender la participación del sector privado en actividades económicas clave. Ese empeño de privatizar, de no reformar lo existente, y de emprender nuevas inversiones productivas, es el clásico tic llamado por Carlos Lleras –cuando se perdiera Icollantas- neocolonialismo abierto. Se apoderan, se apropian y controlan las empresas creadas con gran esfuerzo nacional, pero no emprenden inversiones nuevas. Ese empeño se refuerza ante el déficit fiscal sostenido, que ¡también puede ser financiado rematando empresas públicas!
6.- Superar las presiones cambiarias y estabilizar la tasa dólar/peso. Superada la etapa de bandas cambiarias, sostener la flotación del dólar. Los períodos recientes –incluído el actual– de sobrevaluación del peso frente al dólar, tiene el efecto perverso de abaratar las importaciones (se compran dólares más baratos para pagar las importaciones) y de encarecer las exportaciones (se venden los dólares más baratos al reintegrar el valor de las exportaciones). Incentivo importador, desestímulo exportador. Vuelve a reforzarse la necesidad del endeudamiento externo.
7.- Tratar de estabilizar la deuda externa entre el 43 y 44% del PIB. Gracias al abaratamiento del dólar, se pudieron hacer prepagos de la deuda externa y una conversión de deuda externa por deuda interna (para financiar los prepagos). Oportunidad excepcional, aunque la deuda nacionalizada sigue siendo fuerte. Ésta y otras maniobras financieras a corto plazo, no cambian el rumbo del endeudamiento externo, que en el mediano plazo tiende a crecer exponencialmente a causa de los refinanciamientos, hasta explotar al mejor estilo de la tragedia argentina y de tantos otros países.
8.- Esforzarse para que la inversión regrese por lo menos a sus promedios históricos del 22% del PIB. El gran equívoco de este propósito consiste en que: el gobierno, ante las apremiantes obligaciones de atender al gasto público en pago a sus empleados, en atención a la educación, salud, fuerzas armadas, diplomacia, etc. se ve forzado a recortar sus inversiones. El sector privado reprimido por la contensión monetarista de la demanda no tiene aliciente para expandir sus negocios con nuevas inversiones. En fin, la plétora importadora cierra las oportunidades para nuevas inversiones.
9.- Finalmente, superar la grave crisis, provocada para “romperle el espinazo a la inflación”. Se la rompieron ciertamente los doctores con un “tramacazo” monetario de 1998-99, bajo la disculpa de una cierta fuga de capitales golondrina. Nadie niega la fuga, pero ya se acepta que los doctores de
De ese pánico económico provocado, nunca se ocupó instancia judicial alguna, puesto que pasó a llamarse “therapy shock”, a pesar de sus desastrosas consecuencias financieras y al incremento del desempleo.
Círculo vicioso
Durante mucho tiempo medró en la literatura económica el fatal círculo vicioso de “bajos ingresos, bajos ahorros, baja tributación, baja inversión, bajo crecimiento”. Por fin, surgieron autores que señalaron cómo se rompía el círculo vicioso: “en los países atrasados, aunque el ingreso per capita es bajo, existen grandes fortunas que no encuentran oportunidades de inversión más rentables que las rentas de la tierra, las rentas especulativas o el comercio de importación. Más aún, gran parte de esas fortunas se malgastaban en importaciones suntuarias, pero que al menos conservan su valor, como los electrodomésticos, los vehículos de lujo y los lotes urbanizables. Pero son las aperturas importadoras las que vuelven a reproducir, voluntaria y artificialmente ese círculo vicioso del subdesarrollo, que políticas socialdemócratas ya habían superado con planes estratégicos de desarrollo.
Es claro que el Fondo Monetario no se va. Cimienta cada vez más el Consenso de Washington, diseñado por el “consultor” del FMI y del Banco Mundial, doctor Jonh Williamson e implantado en Colombia por sus famosos “tecnopolíticos” –Hommes y Urrutia–. El FMI cambió, de facto, sus estatutos. Ya no es el organismo creado para socorrer a los países con balanzas de pagos en crisis, sino para imponer un modelo cuyas cartas de intención y transparentes memorandos publicados en páginas web, sólo prueban cuadro tras cuadro estadístico, la voluntad de imponer el mandato de bloquear las economías emergentes como “competencia desleal” de los países desarrollados. Allí está la documentación, sírvase usted verificar que las tablas estadísticas demuestran lo que se pretendía evidenciar en el modelo FMI. Absoluta transparencia.
Entre tanto, el primer mundo vuelve a asomarse a la ventana llenando las vitrinas de los Carrefours, Makros, Andinos, Éxitos, Carullas, Pomonas, de productos importados, sin necesidad de ir de compras a Miami. Ese milagro ventajoso de portentosa abundancia de ofertas importadas, en medio de un desempleo informal creciente, tendrá por desgracia el mismo final de una presión migratoria hacia el norte, combinada con explosiones sociales episódicas a contener a fuerza de armas y de carcelazos.
Es la historia sin fin, como en la crispada África, cuando la dirigencia política se precia de tener las mejores relaciones personales y el apoyo de los mandatarios del norte, y los tecnopolíticos sufren de impaciencia por devenir funcionarios internacionales del FMI, del Banco Mundial o parecidos. Cuentas, pues, claras y chocolate espeso para que nadie se sorprenda.
1 Ver diversos pasajes en su conocida obra “El malestar de la globalización”.
2 Los originales en Inglés pueden también consultarse en la web del Fondo www.imf.or
3 Justo cuando estaba a punto de firmarse el Arancel Externo Común, surgió la apremiante iniciativa liderada por Colombia, de que los países andinos negociaran el TLC. Abierta esa compuerta a las importaciones libres de los Estados Unidos, el intercambio industrial entre los países andinos tenderá a caerse.
Apartes de la reforma estructural del Estado colombiano (1999 – 2006)
Tramitar propuesta para reforma de segunda generación de la seguridad social (modificar ley 100/93). (Ver «Crónica de una muerte anunciada», págs.6 – 8)
Aprobada en el 2003, por el decreto 1750/2003
Creación de los fondos de pensiones de los gobiernos locales
Ley 549 de 1999
Aumentar la base del impuesto a la renta (del 35% al 32 y al 285), corregir vacíos en el IVA.
Reforma tributaria por año: ley 633/2000; Ley 788/2002; ley 683/2003; creación del impuesto al patrimonio; incremento del IVA del 10 al 16% y ampliación del número de productos grabados; creación del impuesto del 0,3% para patrimonios especiales; incremento del impuesto a las transacciones del 0,3% al 0,4%.
Otorgar más autonomía fiscal a los gobiernos locales
Ley 617 de 2001
Desinversión total en todos los bancos públicos “El gobierno continúa comprometido en deshacerse de todos los bancos públicos, excepto el banco Agrario”.
Liquidación Banco Central Hipotecario (decreto 20 de 2001)
Privatización Granahorrar, decreto 2140/julio 2005
BanEstado, decreto 1741/junio 1 2006
Banco Cafetero, lo sacaron a subasta y no recibieron ofertas. Para adecuarlo para la venta han despedido 1900 trabajadores
Flexibilización del mercado laboral
Ley 797/2002 (flexibilización laboral, que también incluye la reforma pensional de segunda generación, con la cual la jubilación para hombres pasa de los 60 a los 63 años y para las mujeres de 55 a 58 años. Las semanas cotizadas se incrementan en 300)
Ley 812/2003 (régimen prestacional del magisterio)
Ley 860 del 2003 Acto legislativo 1 de 2005 que modifica el Art. 48 de
de transición de
Reforma constitucional del sistema de transferencias
Acto legislativo 01/2001
Incremento o liberalización del precio doméstico de los combustibles
Llevar los precios internos de los combustibles a niveles internacionales
Reducción del déficit del sistema de salud del ISS
Decreto 1750/2003
Privatización de empresas del sector público
Ecogas, Telecom, Refinería de Cartagena, Termo Cartagena Ecopetrol
Cierre de clínicas y hospitales
Pérdidas por cuantificar
¿Qué representa para cada uno de los hogares colombianos –en dinero– el conjunto de reformas puestas en marcha desde 1999, una vez se firmó el primer stand by con el FMI?
Aunque tal impacto está por cuantificarse, se puede preguntar en su hogar:
-¿Cuánto se pierde cada semana por la cancelación del IVA?
-¿Cuánto más pagaron producto de la sobretasa a la gasolina?
-¿Qué significa en dinero mensual la liberalización de los combustibles?
-¿Qué cantidad de dinero dejó de entrar a su familia por la extensión de la jornada laboral diurna hasta las diez de la noche y por la eliminación del salario triple los domingos y días de fiesta?
-¿Cuánto perdieron en su casa cuando despidieron a alguno de sus miembros del trabajo sin causa justa y no lo indemnizaron?
-¿Cuánto pagan más por el incremento de las tarifas de luz, agua y servicio de aseo?
-¿Cuánto perderán en sus padres y hermanos, o usted mismo, al tener que cotizar 300 semanas más para poder acceder a la pensión, o al tener que trabajar más años para que les respeten el derecho adquirido?
Pero además, ¿qué significa para el país y para cada uno de sus habitantes no contar con empresas públicas de orden estratégico como Telecom, Ecopetrol, Ecogas, Carbocol, generadoras y distribuidoras de energía eléctrica? ¿Qué representa el cierre de clínicas y hospitales, la privatización de la educación y de la salud, y que la prioridad del gobierno central sea cumplir con el pago deuda externa?
Para enmarcar
– Durante el primer período del gobierno Uribe (hasta 2005), fueron cerradas 33 entidades públicas y despedidos 27 mil trabajadores, cargos que a su vez fueron eliminados.
– Se llevaron a efecto reformas tributarias por año.
– Ese mismo gobierno realizó 3 reformas pensionales.
– En su segundo período –primeros meses– tiene en curso una nueva reforma tributaria, a su vez que alista decretos para que el esquema de trasferencias vigente hasta 2001, y suspendido por la emergencia económica de la época, como estaba previsto, no entre en rigor en el 2009.
– Y en los próximos meses (2006- 2007) se privatizarán las siguientes empresas: Energía de Cundinamarca; Electrificadora del Huila; Energía de Boyacá, Electrificadora de Santander; y
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