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Kirius 19

Kirius 19

Una ráfaga de pájaros delinea el margen sur de la ciudad, suben y bajan una y otra vez y finalmente se dejan caer hacia arriba iluminados por el último sol del atardecer. Sobre una orilla de ese rio de caos que es la Avenida Boyacá, se situa el Centro Cultural Kirius 19. Son las cinco y treinta, el lugar está a rebosar, casi 300 jóvenes se aglomeran en 30 metros cuadrados, al fondo del salón una banda encaramada sobre una tarima en precario equilibrio desfoga el más señero punk metropolitano, música de pegada dura y tono montés. Como ángeles iracundos, los pelados pogean en el aire, corren desbocados y saltan una y otra vez sobre ese sonido que se desborda por las ventanas hasta el laberinto de callecitas estrechas e irregulares que ascienden por las escarpadas laderas del volcán jadeante que es Ciudad Bolívar”.

 

Kirius 19, en el territorio…

 

“Nuestro proceso surge a principios del siglo XXI, digamos que tuvimos tres momentos. La primera etapa corresponde al período en que un grupo de chicos de secundaria de Ciudad Bolívar funda un periódico barrial y desde allí emprenden un trabajo local. Los pelados venían del proceso de lucha contra el Plan de Desarrollo del gobierno Pastrana, más conocido como ‘movimiento por la defensa de la educación pública y contra la Ley 012’, una reforma que tenía como propósito reducir los recursos que destina el estado para la educación. Esta ley sacó a los muchachos a la calle, y allí los pelados aprenden que sí quieren educación pública, les toca lucharla. Otra característica que hace singular esta agitación, es que se concentra en las localidades, no en el Centro de Bogotá como era tradicional, eso lleva la movilización social a la periferia urbana. Y un tercer elemento, es que se manifiesta con mayor fuerza en secundaria, no en las universidades, dando origen a una nueva generación de activistas”.

 

El periódico

 

“Es de esta manera como los pelaos deciden que la forma de participar de los procesos sociales de Ciudad Bolívar era camellando en la publicación de un periódico. Entonces viene el momento de pensar: cómo lo financian, cómo se diseña, quiénes lo escriben y cómo se iba a llamar. En ese momento estaba de moda en la televisión una serie de que se llamaba: “Yu-Gi-Oh!”1, y de ahí se tomó el nombre del árabe “Kirius”, que significa mensajeros. No esta demás decir que el colectivo tenía una gran admiración por lo egipcio y la cultura árabe. El grupo saca el primer número, llega gente de la universidad, de los barrios, de los colegios de secundaria, la cosa funciona, el proceso convoca gente al cien. Pero como siempre ocurre con los procesos de jóvenes, algunos se gradúan, otros se casan, alguno se va a trabajar a otra región, se dispersan. Solo permanece uno de ellos de nombre Álvaro, y con el apoyo del Movimiento por la Defensa de los Derechos Pueblo –Modep–, comienza un nuevo amanecer”.

 

La música

 

“En este segundo momento seguimos publicando el periódico, pero a su vez, iniciamos los toques de Metal, Punk y Hip hop, nos acercamos a los grafiteros, al trabajo amplio con jóvenes, más aun cuando las cifras nos muestran que la población mayoritaria de Ciudad Bolívar es joven: el 34 por ciento es menor de 15 años. Aquí descubrimos que en lo musical los pelados tenían muchas carencias, pues no tenían ensayaderos, faltaba capacitación musical, faltaban espacios para que se presentaran las bandas y la policía perseguía a los muchachos por tener el pelo largo o llevar pantalones anchos, por esta razón, los pelados andaban embombados huyéndole a la policía. Y de pronto nos pillamos que desde los toques podíamos manifestar todo lo que estaba pasando, el tema del asesinato de pelados en la localidad, en eso que llaman “limpieza social”, los falsos positivos, la violencia policial, la desaparición y el asesinato de líderes populares, los problemas con los servicios públicos, la falta de educación, salud, recreación, los derechos de los jóvenes, el rechazo a la gran minería, la violencia de género, el rechazo al servicio militar obligatorio. Es entonces cuando algunas bandas nos buscan y nos piden que les ayudemos a organizar eventos. Nosotros, que andábamos acercándonos a los pelados y los mechudos buscando quién les ayudaran a organizar eventos. Mejor dicho, se dieron las vainas. Ahí Kirius toma su forma actual”.

 

“Todos somos de la misma ‘tribu'”

 

“El primer festival que realizamos se llamó “Evento por la vida, por los derechos de los niños y las mujeres”, allí nos encontramos con que la gente se asustaba con esos pelados mechudos, calvos, de pelos parados. Que satánicos, que mariguaneros, que ‘ñeros’. No importaba que la gente se portara bien en los conciertos, siempre teníamos problemas con los comunales. Se volvió una cosa inmanejable, no lográbamos que nos prestaran ningún salón comunal. Aquí nos dimos cuenta que se necesita una sede, y el Modep nos dio unas lukas para alquilar una casa en San Francisco, en la cual montamos un ensayadero. El otro rolló era que por esa época, existían muchos roces entre metaleros, rastas, hopers, punketos. Se necesitaba de un trabajó con las diferentes culturas. Así que nos paramos duro y les dijimos: ‘bueno pelados, todos somos jóvenes de Ciudad Bolívar, ¿cuál es el raye?, aquí todos somos de la misma ‘tribu’, los únicos enemigos de todos nosotros son los fascistas y los burgueses que siempre buscan dividirnos’. Y ya, ahí, paramos esa maricada. En este momento también decidimos que no era suficiente con tocar, con mostrarse, que cada toque debía tener una causa social, que las bandas entendieran que tocar por tocar no bastaba, que es muy importante su apoyo a los procesos sociales. Así que cada toque tiene un propósito, no se cobra el ingreso pero se invita a donar cuadernos y elementos de estudio que entregamos a los chicos de las escuelas, o los destinamos para los talleres de refuerzo escolar. Se pide un alimento que luego se dona a familias desplazadas o muy pobres de la localidad”.

 

“Esta filosofía del proceso ha sido aceptada por muchas bandas que han participado de nuestros eventos, tenemos una lista larga y de seguro se nos pasan varias: Hegaethor, Divisor, Fly Cóndor, Cadalso, de Chía, Frenopáticos, Escupitajo Neuronal, Pena Capital, Estandarte Oí, Ultimátum, Rebelión, Desgobierno, ADN, Los Parias, Tufo, Ruptura Radikal, G.P., Intifada, Azko, Zona de Distención, Guasipunk, Arlequín, Micrófono patán, Karen Tovar, Saltin Breaking, Rebelión callejera, Krattos, Maldito Sixtema, Vientos de la Cumbre, Rebelión, Impunity, Telón de Acero, Radio Vendetta, Ratizida, Detesta, Sorbibor, Lethal Warrior, Evil Terror, Grita o muere, Izkariote, K-40, AxDxN, Sedición, Insurrección, Perbellum, Socavon, Incriminated y otras treinta o cuarenta agrupaciones más. De la misma manera hemos apoyado procesos locales como: la Casa de la cultura de Arabia, el CAI –Centro de Artes Imaginarias– el festival de Hip hop “Contrapeso”, los colectivos de mujeres, de cine, de teatro, los Saltin Breaking. Y hemos consolidado evento nuestros como ‘Punk al sur’, un festival de metal y el festival de Oí y Ska”.

 

La autonomía

 

“Si te das cuenta no es fácil sostener todos estos procesos, tenemos una sede frente al hospital de Meissen, en arriendo, compramos guitarras, esferos, papel, materiales, pegantes, porque nosotros aportamos todo para cada taller. Tenemos una biblioteca comunitaria, hacemos refuerzo escolar con niños del sector, tenemos una escuela de rock, talleres de medios, capacitación en artesanías, etcétera. Sin embargo, somos autogestionarios y muy claros en decir que no queremos depender de los recursos del Estado o de las empresas privadas. Pobremente, con lo poco que conseguimos, o el trabajo voluntarios de muchos jóvenes, sostenemos el colectivo. Eso de recibir recursos públicos o de empresas privadas, en el momento resuelve problemas de dinero, pero en el largo plazo pervierte los procesos sociales, corrompe las organizaciones de la comunidad. Es una forma elegante de acabarnos; la otra manera de liquidarlos es mediante la violencia fascista del Estado. Y no tiene sentido que promovamos la organización social, que invitemos a la resistencia, a la lucha contra el Estado, y que de otro lado le pidamos plata. ¿Cómo vamos a vender nuestros principios para tener el billete para un evento?, no, eso no lo hacemos. Es que ni siquiera pedimos permiso a la Alcaldía para el uso de las calles para hacer un toque, las calles son espacio público, las calles son de nosotros, nosotros no pedimos permiso al Estado para hacer eventos. Nosotros mismos le damos poder a los que nos joden y eso no es consecuente”.

 

El futuro inmediato

 

“¿Qué sigue para Kirius 19? Sin duda más rock, más resistencia, más trabajo con los jóvenes, el fortalecimiento de la biblioteca, los talleres con las mujeres, la promoción de la organización social y mucha alegría. Eso es lo que somos y no vamos a cambiar”.

 

1 «El Rey de los juegos» se trata de una serie de Manga creado por Kazuki Takahashi, que ha dado lugar a múltiples series de Anime, juegos de cartas y videojuegos. La serie tenia referencias al antiguo Egipto, en particular al Faraón Atem.

 

Información adicional

Autor/a: DIEGO SÁNCHEZ GONZÁLEZ
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