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Richard Wagner: el genio renacido

Richard Wagner: el genio renacido

Richard Wagner nació en Leipzig, Alemania, el 22 de mayo de 1813, razón por la cual se celebran los 200 años de su nacimiento. Conmemoración válida, polémica, y necesaria.

 

Esta efemérides es del todo saludable para el fortalecimiento de la cultura de un país como Colombia, cerrado a ciertas tendencias y gustos artísticos, el hecho de que hoy se promueva escuchar a Wagner en foros, conciertos, seminarios, para conocerlo y reconocerlo; es algo en verdad novedoso.

 

Más aún, porque el artista alemán fue durante mucho tiempo, en Colombia y otros países, satanizado como el músico de Hitler (téngase en cuenta que Wagner murió en 1885), sobre todo su ópera “El Anillo de los Nibelungos” (impetuosa y de contenidos relacionados con la mitología germana) como la responsable del III Reich, de la Segunda Guerra Mundial y del holocausto. Después de esta guerra, e incluso hasta la década de 1990, una verdadera ola de paranoia y de persecución intelectual se desató contra cualquier manifestación favorable al músico alemán y a la misma mitología alemana. Se impuso así la visión de los grandes grupos económicos y de las clases sociales vencedoras en esta guerra.

 

Pero esta visión global, que incluía como es obvio a la cultura, no podía permanecer incólume, esas mismas clases no podían quedarse atrás, ya que llegaron y se impusieron cambios en la ópera –y la música en general–, y entonces para algunos resultó repelente y brutal lo decidido años atrás.

 

El hecho es que en el país gustoso, como es el de la ópera (tanto el que habita Bogotá, Medellín, Cali o Manizales), nunca se presentaron óperas de Wagner. Se escuchaban las oberturas de las óperas principales, pero de ahí no se pasaba. Se sabe que el Taller de ópera de la Universidad de Caldas intentó hacer una adaptación de “El Tanhauser”, sin terminar el proyecto, el cual no fue posible, no solo por los problemas de logística que implica la monumental puesta en escena de una ópera del compositor alemán, sino sobre todo como manifestación de un problema político, y de política cultural.

 

Después de 1990, con la destrucción de la URSS, el mundo cambió, la bipolaridad se vino abajo, y aún a pesar del dominio de los EE.UU. sobre el mundo, la multipolaridad se fue abriendo caminos, propiciando que en el terreno de las ideas y de la cultura la diversidad esté a la orden del día. La reciente alianza de Cine Colombia con la Metropolitana Opera de New York (2008) permitió apreciar transmisiones en directo de la obra del compositor Richard Wagner. El 18 de julio de este año se presentó por primera vez en Colombia “El Tanhauser” bajo la batuta del venezolano Gustavo Dudamel y la Orquesta Simón Bolívar, de Venezuela. Teniendo en cuenta que las óperas de Wagner se estrenaron en la segunda mitad del siglo XIX; entonces, aunque tarde, bienvenidas sus óperas 180 años después.

 

Características de la obra de Wagner

 

En breves líneas miremos cuáles son los elementos de la música y de la ópera de Richard Wagner que tanto han repugnado a gran parte de la culta y sobria intelectualidad dominante colombiana. Pero habría que decir que esa actitud es tanto desde la derecha como de la izquierda.

 

Así como en el fútbol, el gusto internacional se orienta mayoritariamente por el Calcio italiano, la Liga inglesa, algo de la Liga española, pero el gusto por la Bundesliga alemana ha sido poco y hasta hoy se está conociendo y reconociendo, o sino obsérvese las reacciones al hecho de que la final de la Uefa Champions 2012 fue entre dos equipos alemanes. Aquí hay tanto de gusto como de política.

 

Con Wagner sucede algo parecido, el gusto colombiano ha sido por la ópera clásica sobre todo la italiana: Verdi, Toscanini, Donizetti y por los franceses; los demás como los rusos, ingleses o estadounidenses una rareza.

 

Richard Wagner fue un romántico y nacionalista al rescatar y proponer la mitología germánica como parte de la cultura popular alemana, además vivió durante el momento de la creación del II Reich del Canciller Otto Bismark tras la derrota de Francia en la Guerra franco-prusiana de 1870. Este evento dio lugar al surgimiento de la dinastía de los Hohenzollern y a la coronación del Káiser Guillermo I. Alemania inició así el camino de su unidad y hacia el desarrollo del capitalismo. Unos años antes Wagner compuso una obra nacionalista que dio para muchas polémicas: “Los Maestros Cantores de Nuremberg”, obra que unió el nacionalismo, la crítica al capitalismo, algo de antisemitismo del que participaron todos los intelectuales en el siglo XIX y un deseo por un mundo mejor, donde los pueblos pudieran gobernarse a sí mismos; en todo caso su posición no fue favorable a la democracia occidental. Su obra niega que la democracia occidental sea el único sistema de gobierno que puede existir, y que les pudiera servir a los diferentes pueblos. Criticó, entonces, al sistema capitalista y la necesidad de la máxima ganancia y de la usura.

 

Wagner quiso un “arte total”, drama, música, pintura y canto en una unidad, componía la música, la orquestación de las partituras, escribía los libretos y diseñaba las puestas en escena de sus poderosas óperas. Por medio de este arte total, quería hacer que el público cambiara sus pensamientos, sentimientos y la acción.

 

Este músico alemán creó el método del “leitmotiv” o ideas fuerza o temas fundamentales de forma sistemática, pues Mozart en “La flauta mágica” y Carl Von Weber en “El cazador furtivo” ya lo habían hecho de manera embrionaria. Esos temas son las guías para el espectador durante los actos, para que identifique, personajes, acciones, paisajes, lugares y sentimientos. Por ejemplo, en el “Anillo del Rin” son oro, anillo, amor, río, maldad. El libreto habla a la parte consciente del espectador y la música al subconsciente, al sentimiento, emociones y motivaciones.

 

De igual manera, Wagner llevó el estilo de orquestación de Beethoven, sobretodo el de la novena sinfonía, a sus máximas consecuencias, incluyendo 125 músicos, aumentando los metales y colocando la orquesta en el “foso” o debajo del escenario. Innovó en el arte de la disposición de los instrumentos, de dirigir a los músicos, y en la manera de interpretar las obras. Con el “Oro del rin” rompió con todos las formas anteriores de ópera, ya no escenas sino actos, no arias sino oberturas. Pero en la bella “Tristán e Isolda” música, drama, y voz van más allá, aquí la música es la expresión de lo tumultuoso, de energía difusa, de pasión carnal.

 

Wagner prefirió el poema popular al erudito, el mito a la historia, el instinto a la razón, y en esto les da la razón a los románticos antiguos alemanes como Herder.

 

La ópera wagneriana conquistó el mundo a pesar de la persecución por su temática y su música, que hostiga, entumece, halaga los sentidos y sume al espectador en verdadero éxtasis voluptuoso que puede devenir, según el gusto, en placer estético, tumulto pasional o reverencia sacra. Una hermosa música. Hoy en día no se respeta tanto el significado y contenido original de sus obras pues las ridiculizan con personajes como Disney, Superman y otros como parte de las puestas en escena, todo eso como parte de lo que llaman “desnazificar” sus obras.


 

Sus obras

Wagner compuso recitales, obras sinfónicas, marchas, música de cámara, Lieder, música para coro y para piano.

 

Sin embargo es más conocido por sus operas, como: las hadas, La prohibición de amar, Rienzi, El buque fantasma, Tanhauser, Lohengrin, Los maestros Cantores de Núremberg, El anillo de los Nibelungos ( El oro de Rin, las Valkirias; Sigfrido y El ocaso de los dioses), Tristán e Isolda, y Parsifal.

 

* Lo mejor de Wagner: http://www.youtube.com/watch?v=4i0TnNI6U-w


 

Recuadro

Términos en la ópera

Obertura: pieza musical que sirve de introducción a una obra (ópera, oratoria, concierto…) Las primeras óperas carecían de ella.
Aria: composición musical sobre cierto número de versos para que la cante una sola voz. Cada ópera tiene varias arias. Se suele aplaudir después de cada una de ellas.

Estilo recitativo: el que consiste en cantar recitando.

Cavatina: aria sencilla de corta extensión, consta de dos tiempos o partes. Son famosas la cavatina del Don Juan, de Mozart, y la del Barbero de Sevilla, de Rossini.

 

* Términos escogidos de la Enciclopedia Salvat, ed. 1955.

Información adicional

Autor/a: PEDRO MIGUEL TAPIA
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