Así, por ejemplo, a pesar de una prolífica narrativa del “fascismo”, sus conflictos con la administración pública eran en gran medida personales, no programáticos, productos de su estilo autocrático sui generis y de su incomprensión de las fronteras entre los intereses del Estado y los de su familia en torno a la cual giraba −y sigue girando−...
El 21 de septiembre del año en curso la señora Débora Lipstadt, embajadora de los EEUU contra el antisemitismo –tal aberración aún existe–, acusó al presidente Gustavo Petro de tener “una retórica antisemita”. Posteriormente, el 23 de septiembre, el periódico El Tiempo –pro sionista–, entrevistó al señor Fernando Lottenberg, Comisionado de la ONU contra el...
¿Cómo se lidia con las deudas? Se pagan o se destruye a quienes inducen la culpa. En todo lo que irradia, el mensaje de Trump es un proyecto de destrucción. ¿Hasta dónde llegará?
Las elecciones estadounidenses hablan de un país en un momento extraño y deprimente. La izquierda apoya sin entusiasmo a Kamala Harris.
74 millones dicen que votarán por un abusador sexual de mujeres, un empresario farsante, el primer ex presidente con decenas de cargos criminales, un incitador de un golpe de Estado y alguien que amenaza a sus críticos, incluidos periodistas
Nunca antes Estados Unidos ha contemplado un proyecto neofascista como opción electoral real y muy posible.
En las anteriores ediciones de la Eurocopa, y los partidos de las ligas nacionales, se han presenciado múltiples expresiones de racismo, homofobia y sexismo en los estadios. Pero esta vez ha sido más pronunciado y virulento debido a las condiciones políticas, económicas, sociales y de guerra que vive Europa. El fútbol queda atado a esta condición.
A lo largo de todo este tiempo, hemos visto cómo se ha consolidado la idea de una Europa del shock, que en nombre de la integración europea ha ido modificando la relación de fuerzas entre las clases en un sentido inverso al que se vio reflejado en el Espíritu del 45
Hay que arrebatárselo al 1%, a los que nos han hecho algoritmos, a los mesiánicos, genocidas y dementes libertarios.
Mientras se van apagando las luces de la educación y la cultura, y se pervierte aún más la narrativa nacional con la infusión del "cristianismo nacionalista", parece que el país procede hacia una nueva edad oscura
