Los países europeos, liderados por Reino Unido y Francia, se distancian de EEUU y optan por el rearme y el envío de tropas a Ucrania para forzar a Rusia a detener la guerra.
03/03/2025. El “plan de paz” que presentaron Reino Unido y Francia este domingo en la cumbre aliada de Londres lanza un guante de desafío a su aliado Estados Unidos y al enemigo declarado de los europeos, Rusia. Al primero por desdeñar a Europa en sus contactos con Moscú y humillar al líder ucraniano, Volodímir Zelenski. A Rusia, para intentar que pierda su ventaja bélica actual con la amenaza de enviar a Ucrania tropas aliadas lideradas por Londres y París.
El plan contempla una tregua parcial en Ucrania, idea de Francia a la que Gran Bretaña ha mostrado ya objeciones. También se apuesta por multiplicar el envío de armas a Kiev y el despliegue de tropas de una coalición europea al margen de la OTAN para forzar a Rusia a firmar la paz, algo complicado porque está ganando la guerra. Sea como sea, Moscú ya ha anunciado que consideraría ese paso como una “incitación” a la guerra entre Occidente y Rusia.
Europa no quiere perder su peso mundial
Ni las amenazas rusas de atacar a cualquier soldado europeo que pise Ucrania ni el peligroso intento de ignorar a EEUU en un proceso de paz que inició Trump en febrero intimidan a los aliados europeos. Éstos parecen sordos por el batir de los tambores de guerra y ensimismados por la necesidad de “aprovechar este momento histórico”, como han señalado varios de sus líderes, para apuntalar el peso internacional de Europa, ninguneado por el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump.
Muchas propuestas, muchas dudas sobre su viabilidad y demasiada cerrazón ante lo que está ocurriendo en el campo de batalla, donde Rusia tiene la iniciativa. En Londres, la docena de países europeos reunidos junto a Canadá, Turquía y la Unión Europea fueron incapaces de presentar una estrategia realista que impida una estrepitosa derrota de Ucrania si Estados Unidos corta su ayuda militar, una posibilidad real tras lapelea entre Trump y Zelenski el viernes pasado en la Casa Blanca.
Trump acusó a Zelenski de no buscar la paz y de poner al mundo al borde de una guerra nuclear. Zelenski puso en duda las promesas de Trump para concluir la guerra sin contar con Kiev y los aliados europeos.
Éstos, reunidos el domingo bajo la iniciativa del primer ministro británico, Keir Starmer, optaron por ahondar la brecha con Estados Unidos y jugar solos en la partida contra Rusia, cuando ni siquiera se ponen de acuerdo entre sí para seguir una hoja de ruta de negociación definida.
Moscú no se cree que el militarismo proclamado en Londres pase de la retórica, pues en estos momentos Europa no puede afrontar una carrera de armamentos a gran escala por su alto coste económico y el riesgo altísimo de confrontación con Rusia que conllevaría.
Es comprensible que el cambio de paradigma geopolítico impulsado por Trump, con todas sus barbaridades y graves errores, ponga nerviosa a Europa, pues dictamina su pérdida de peso mundial y evidencia su diplomacia de doble rasero, con el amparo a genocidios, como el de Israel en Gaza, al tiempo que vende la superioridad democrática europea sobre el resto del planeta.
Zelenski, el príncipe de la paz en quien desconfían rusos y estadounidenses
Además, Europa ha convertido en su príncipe de la paz a un Zelenski dispuesto a cualquier cosa para llevar a sus aliados europeos a la guerra directa contra Rusia con el fin garantizar su propia supervivencia política, además de evidenciar su incapacidad para obtener el respeto de Washington y Moscú de cara a unas negociaciones de paz.
Por ello, el espectáculo, los abrazos, los votos por una “paz justa y duradera” y los discursos patrióticos se impusieron en Londres. Si el viernes, Zelenski era vapuleado por Trump, en una encerrona a la que contribuyó la soberbia del propio líder ucraniano, para gozo del Kremlin, este domingo todo fueron loas y vítores en la cumbre improvisada por Starmer y animada por el presidente francés, Emmanuel Macron, quetambién quiere convertirse en salvador de Europa.
Los 15, más la cúpula de la UE, se mostraron dispuestos a elaborar un plan de paz que después presentarán a Trump para intentar apartarlo de la órbita del presidente ruso, Vladímir Putin. Pero lo que no dijo nadie es cómo van a ayudar a Ucrania a recuperar el 20% de su territorio anexionado por Rusia o cómo van a impedir que el Kremlin sigue arrebatando más pedazos, sobre todo ahora que sabe que hay medio billón de dólares en juego por los minerales estratégicos ucranianos.
Conciliar la carrera de armamentos europea con la ayuda a Ucrania
Tampoco indicaron cómo van a hacer para compaginar el aumento del gasto militar que quieren para Europa, a la vez que multiplican el suministro de armas a Ucrania. Estas partidas europeas han de suplir el eventual bloqueo de los stocks de munición, misiles, sistemas antiaéreos, blindados, tanques y entrenamiento de soldados prometidos por EEUU a Ucrania sin hipotecar la economía de la UE por décadas.
“Necesitamos urgentemente rearmar Europa“, con “inversiones masivas en defensa”, instó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Y al tiempo, hay que “convertir a Ucrania en un puercoespín de acero indigesto para los potenciales agresores”, afirmó la líder europea. Von der Leyen prometió “un plan integral” sobre el rearme de Europa, aunque no dio fechas para su presentación. Tampoco del plan para expandir la ayuda militar a Ucrania.
Macron ha apostado por dedicar a esta cruzada armamentística entre el 3 y el 3,5% del PIB de cada país europeo. El presidente francés ha emplazado la discusión de este tema a la cumbre extraordinaria que el jueves celebrará la UE.
El envío de tropas europeas, un reto difícil
También se abordará el reto de enviar tropas a Ucrania, donde la guerra ha dejado en cuadros al ejército ucraniano, como maliciosamente recordó a Zelenski el viernes el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance. Lo que no acaban de concretar ni Londres ni París es el momento exacto del despacho de estas tropas, es decir, tras una tregua o después de firmar la paz definitiva con Moscú.
En el primero de los casos sería, simplemente, dar el pistoletazo a una confrontación armada con Rusia y, posiblemente, a una guerra nuclear, como la que el viernes Trump acusó a Zelenski de estar fomentando y quelos europeos se toman bastante a risa.
El domingo, tras apuntarse el neblinoso plan del despliegue de tropas de una coalición occidental en Ucrania, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, puso de manifiesto la oposición del Kremlin a semejante paso. “Macron y Starmer llevan tiempo dando vueltas a ideas como el entrenamiento de miles de pacificadores [pero] este plan de poner fuerzas de paz en Ucrania no es más que una nueva incitación del régimen de Kiev a la guerra contra nosotros“, dijo el jefe de la diplomacia rusa.
Ese despacho de tropas sería sin el paraguas de la OTAN y eso no acaba de gustar a los países de la Alianza limítrofes con Rusia. Lo expuso el presidente finlandés, Alexander Stubb, en el marco de la reunión de Londres, tratando de vincular ese despliegue a un plan de seguridad europeo de la OTAN.
“Reino Unido y Francia se han comprometido a mantener algún tipo de presencia de tropas en Ucrania. Pero los países que comparten frontera con Rusia tienen la responsabilidad de defender a la OTAN en esa frontera, por lo que sus contribuciones serán diferentes”, dijo Stubb.
Una extraña tregua
La tregua parcial que propone Francia y de la que duda Gran Bretaña, aunque el domingo dio un visto bueno inicial, entraña muchas dificultades para su puesta en marcha. Sería de un mes y cubriría los ataques aéreos, marítimos y contra las infraestructuras energéticas ucranianas. Pero no estarían incluidos los combates terrestres. Según los franceses, sería para comprobar la seriedad de los rusos.
Teniendo en cuenta que una ofensiva terrestre precisa de cobertura aérea o fuego artillero desde buques, así como atacar el abastecimiento energético a unidades militares, parece poco menos que imposible el parón bélico propuesto por Francia.
“Una tregua de este tipo en materia de infraestructura aérea, marítima y energética nos permitiría determinar si el presidente ruso, Vladímir Putin, está actuando de buena fe cuando se compromete a una tregua. Y entonces es cuando podrían comenzar las verdaderas negociaciones de paz”, dijo este lunes el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noel Barrot.
No se dio ninguna aclaración sobre cómo se monitorearía un alto el fuego aéreo, marítimo y energético. El problema es que se pretenda hacer ese control con ayuda de la OTAN, con aviones de la Alianza sobrevolando las zonas de posible conflicto y sistemas de misiles apuntando hacia territorio ruso. Moscú jamás lo permitiría.
La segunda fase de este proceso incluiría ese despliegue de tropas terrestres europeas, según precisó Macron en una entrevista con Le Figaro en la noche del domingo. Por si acaso, el presidente galo subrayó que “no habrá tropas europeas en suelo ucraniano en las próximas semanas”. No parece, en todo caso, que nadie en Europa esté ya pertrechando a sus efectivos para enviarlos a Ucrania a la primera orden que llegue de Macron.
El despacho de tropas es una tentación que lleva rumiando Macron más de un año. Considera que tal paso forzaría a Moscú a firmar la paz bajo la suposición de que el ejército ruso no intentaría atacar a fuerzas europeas sobre el terreno. Una suposición bastante endeble.
Por eso, este lunes, el ministro de Defensa británico, Luke Pollard, frenó un tanto el belicismo entusiasta de Macron y sus pretorianos en Europa. Según Pollard, aún se están discutiendo los detalles de ese plan y de otros. Tampoco le pareció sensato dar una tregua de un mes, pues, según los británicos, ese tiempo podría ayudar a Rusia a reagrupar sus fuerzas y preparar un contraataque masivo.
Leave a Reply