Asamblea del Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los pueblos de América Latina, Arzobispo Oscar Romero, solicitará que los restos del conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada sean retirados de la Catedral Primada y devueltos a España.
Del 19 al 25 de marzo, sesiona en Bogotá la asamblea internacional del servicio internacional cristiano de solidaridad con los pueblos de América Latina: Oscar Arnulfo Romero, articulación que surgió en 1980.
La reunión está concebida como una oportunidad de solidaridad, reunión y cercanía con el pueblo colombiano en un momento decisivo para hacer realidad los cambios que la nación votó en junio del 2022.
En el marco de esta Asamblea también está citada la reunión de Convida 20, proceso que surgió por invitación del Papa Francisco, en medio de la pandemia, para no volver a la normalidad de la injusticia.
El 24 de marzo, fecha en la que se cumple un aniversario más del crimen de Monseñor Romero, está programado un espacio de conmemoración de su martirio, al igual que el de otros obispos comprometidos con la lucha por la justicia, como monseñor Angeleni, monseñor Valencia Cano, el obispo ecuatoriano Leonidas Proaño, Monseñor Gerardi –Guatemala–. que ofrendaron su vida o fueron asesinados por la causas de la paz y la justicia.
En este contexto, acudiendo a la inspiración que suscitan sus vidas consagradas al apoyo, al respaldo de la población y a la denuncia que hicieron de los crímenes y atropellos contra los pueblos originarios del continente, se realizará un acto de desagravio a los pueblos indígenas de Colombia y del continente. Este acto de desagravio se inscribe en la línea de las acciones de Monseñor Romero, y los Papas Juan Pablo y Francisco de pedir perdón. La acción simbólica acordada es solicitar que los restos de Gonzalo Jiménez de Quesada sean retirados de la Catedral Primada y puedan ser entregados al Distrito o directamente al Estado español.
La memoria histórica nos ha permitido conocer y comprender que Jiménez de Quesada, en medio de su feroz búsqueda de oro y esmeraldas, fue responsable de la tortura y asesinato de integrantes y líderes del pueblo Muisca. Los documentos de la época revelan también la magnitud del saqueo que ejecutó, hasta el punto de ser denunciado por sus propios compañeros de la empresa de usurpación y exterminio, y ser juzgado por la Corona española por tomar para sí buena parte de lo que debía entregar a los reyes.
¡Con estos antecedentes no puede continuar sucediendo que sus restos reposen en la Catedral Primada de Colombia, en la plaza en torno a la cual habitan los poderes del Estado colombiano!
La memoria legada por los conquistadores y la Colonia ha comenzado a ser erosionada, desde hace años, y se ha iniciado el proceso de dejar de rendir reconocimiento y honor a quienes invadieron, robaron, violaron y mataron. Y, al mismo tiempo, comenzar a recordar en todo su valor a quienes se opusieron y resistieron la tortura, el genocidio y el saqueo, y defendieron con sus vidas y sangre la vida digna, el amor por la verdad y el respeto sagrado a la madre tierra.
“ Y tuvieron forma (los españoles) de meter tanto la mano en el oro y las perlas y en tomar indios por esclavos de cualquier forma que podían que alteraron la Costa; y se escandalizaron los indios y mataron a cristianos, y cristianos a los indios, y se hizo de guerra la costa…”. Gonzalo Fernández de Oviedo
Jiménez de Quesada es nombrado en Santa Marta como general de una expedición en búsqueda de un camino terrestre que los condujera hacia el Perú y sus míticas riquezas. La situación de la tropa española se ha tornado insostenible porque los pueblos indígenas de la región que no los enfrentan, huyen hacia las alturas de la Sierra. Sin más oro que asaltar y sin alimentación y mano de obra esclava que sirva a sus necesidades, deciden explorar una vía hacia el sur. El hallazgo de la altiplanicie chibcha fue un acontecimiento de gran importancia por ser un punto de unión entre la costa caribe y el Perú.
El arribo de Jiménez de Quesada, con sus 220 hombres y setenta caballos, a la sabana chibcha, sucedió a comienzos del mes de marzo de 1537. Lo primero fue el deslumbramiento con la extraordinaria belleza de la altiplanicie andina, la fertilidad de sus tierras y el carácter pacífico, laborioso, artístico y espiritual de sus pobladores.
Lo primero que arrebataron fue el oro, las esmeraldas y la sal. Recorrieron la sabana andina de norte a sur, de oriente a occidente, asesinando, violando y robando. No hubo pequeño, mediano o gran poblado que no esquilmasen. Las ordenanzas que tenían fijaban los montos que correspondían a la corona española, y los montos a repartir entre los el general, el licenciado Gonzalo Jiménez de Quesada, su hermano: Hernán Pérez de Quesada, los capitanes y la tropa.
“Habiéndose enterado de la existencia del gran sacerdote de los muiscas que habitaba en Sogamoso, Jiménez se dirige hacia allí. Lo encuentra el 4 de septiembre y obtiene un nuevo y jugoso botín por 40.000 pesos de oro fino, 12.000 pesos de oro bajo y 118 esmeraldas”.
“Todos los cronistas concuerdan en declarar que en los meses que precedieron al despojo de Tunja, después de que se tuvo noticia de las minas de esmeraldas y se hubo conocido el carácter pacífico de la población aborigen y la abundancia de mantenimientos que ofrecía la provincia, los conquistadores abandonaron definitivamente de seguir con la expedición al Perú y resolvieron quedarse en la tierra y poblarla, aprendiendo la lengua aborigen, teniendo ya por entonces bastantes indios –e indias, naturalmente– para su servicio”.
“Bien podía ser el 6 de agosto de aquel año (1537 y no 1538), día de la Transfiguración, el día en que se dijo la primera misa, se hicieron los acostumbrados actos de soberanía y se empezaron a construir los ranchos que necesitaba el ejército a modo de viviendas indígenas –una especie de “fundación de hecho”–, tomándose posesión de la tierra, pero sin fijar todavía el sitio definitivo para una población española estable….”. Esta fecha marca la ocupación definitiva de las tierras del cacique Bogotá y su decisión de arraigarse.
El cacique Saxagipa zipa, fue muy astuto y durante muchos meses logró confundir a los españoles. Fue apresado y sometido a crueles tormentos, por órdenes de Jiménez de Quesada, para que revelara dónde estaba el oro, pero él se negó a decirlo y murió como consecuencia de las torturas. Muchos pueblos nativos fueron exterminados o diezmados, y algunos de ellos prefirieron el suicidio colectivo antes que la esclavitud.
Leave a Reply