El movimiento islamista libanés informó sobre la muerte de Safieddine “en un bombardeo sionista” y agregó que falleció junto a otros miembros de Hezbolá.
Hezbolá confirmó este miércoles la muerte de Hashem Safieddine, el posible sucesor de Hasán Nasralá al frente del movimiento islamista libanés, después de que el ejército israelí anunciara que lo había “eliminado” a principios de octubre en un ataque cerca de Beirut. Mientras tanto los ataques israelíes de las últimas 24 horas contra la Franja de Gaza dejaron al menos 74 muertos y 130 heridos, según el informe con los datos de los hospitales que publica casi diariamente el ministerio de Salud gazatí.
“El candidato más probable” en la sucesión
En un comunicado, Hezbolá informó sobre la muerte del jefe del consejo ejecutivo del movimiento proiraní “en un bombardeo sionista” y agregó que murió junto a otros miembros del partido chiita. El grupo indicó en el comunicado que el clérigo “dedicó la mayor parte de su vida al servicio de Hezbolá, de la Resistencia Islámica y de su comunidad”, mientras que señaló que dirigió “con responsabilidad y capacidad” el consejo ejecutivo del grupo.
Una fuente cercana a Hezbolá afirmó que Safieddine era “el candidato más probable” a suceder al fallecido Nasralá. El martes el Ejército israelí confirmó que asesinó al destacado clérigo en un ataque el pasado 4 de octubre, aunque el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ya anunció hace dos semanas la muerte de Safieddine y la de su posible reemplazo.
“Hemos llegado a Nasralá, a su sucesor y a la mayoría de líderes de Hezbolá. Vamos a alcanzar a cualquiera que amenace a los civiles del Estado de Israel”, dijo el vocero en árabe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Avichay Adraee. Decenas de líderes y altos cargos de Hezbolá han sido asesinados por Israel en el último mes, cuando comenzó una campaña de bombardeos masiva contra el Líbano que se saldó con cientos de muertos y provocó el desplazamiento de más de 1,2 millones de personas.
Mil trabajadores sanitarios caídos
Desde que empezó la guerra entre Israel y Hamas, hace más de un año, 42.792 personas perdieron la vida y 100.412 resultaron heridas en el devastado enclave de Gaza, sin contar los miles de cuerpos que se estima siguen enterrados bajo los escombros. Este miércoles el director general del ministerio de Sanidad, Munir al Bursh, denunció que Israel mató a más de mil trabajadores sanitarios en toda la Franja desde el comienzo de la ofensiva.
Los ataques se concentran ahora, sobre todo, en la zona norte del enclave, donde Israel mantiene un asedio que ya deja al menos 770 muertos. El martes por la mañana un bombardeo contra una residencia familiar en el centro histórico de Yabalia, en el norte gazatí, mató al menos a 10 personas, recogen los medios palestinos. Y en Ciudad de Gaza, también en el norte, al menos tres personas murieron en un ataque contra una escuela que acoge a miles de desplazados, según fuentes locales.
Pese a las muertes causadas contra civiles reportadas por medios palestinos, Israel garantiza que tomaron “numerosas medidas para mitigar el riesgo de dañar a los civiles, incluido el uso de municiones precisas, vigilancia aérea e información de inteligencia adicional”. No es la primera vez que Israel bombardea escuelas en la ya devastada Franja de Gaza reconvertidas desde el inicio de la ofensiva en el refugio de miles de desplazados que se han quedado sin sus casas destrozadas por los ataques israelíes.
El Ejército israelí insiste en que Hamas “abusa sistemáticamente de la infraestructura civil en violación del derecho internacional”. El asedio de Israel impide a la Organización Mundial de la Salud (OMS) continuar con la segunda fase de su campaña de vacunación contra la polio, que se esperaba fuera trasladada este miércoles al norte del enclave tras haber cubierto el sur y el centro, y después de que la primera dosis se suministrara en septiembre.
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