Los documentos y testimonios obtenidos por ‘Haaretz’ revelan que la orden operativa Aníbal se aplicó en tres instalaciones militares donde se había infiltrado Hamás y es posible que además pusiera en peligro la vida de civiles
Las operaciones y los ataques aéreos de la División de Gaza durante las primeras horas del 7 de octubre se ejecutaron a partir de información muy limitada. Los momentos posteriores al ataque de Hamás fueron tan largos como caóticos. Llegaban informes, algunos eran confusos. Cuando por fin lograron interpretarlos correctamente, cayeron en la cuenta de que había ocurrido algo terrible.
Las redes de comunicación no daban abasto con el flujo de información, y tampoco los soldados que enviaban los informes. Sin embargo, el mensaje transmitido a las 11:22 por la red de la División de Gaza fue muy claro: “Absolutamente ningún vehículo puede volver a Gaza”, ordenaron.
Para entonces, las FDI no estaban al tanto del alcance de los secuestros en la frontera de Gaza, pero sí de que eran muchas las personas implicadas. Precisamente por eso estaba claro el significado del mensaje y cuál sería el destino de parte de los cautivos.
No era la primera vez que la división daba una orden así en un esfuerzo por frustrar los secuestros aun a costa de las vidas de las personas secuestradas; se trata de un protocolo que el ejército denomina “procedimiento Aníbal”.
Los documentos que obtuvo Haaretz, así como los testimonios de soldados, oficiales de rango intermedio y altos mandos de las FDI, evidencian múltiples órdenes y procedimientos dispuestos por la División de Gaza, el Comando Sur y el Estado Mayor de las FDI hasta la tarde de ese mismo día que demuestran cómo el procedimiento se extendió por numerosos puntos de la frontera desde las primeras horas tras al ataque.
Haaretz no ha podido confirmar si los disparos alcanzaron a algún civil o soldado durante la aplicación del procedimiento –ni, en caso afirmativo, a cuántos–. No obstante, los datos recopilados indican que muchas de las personas secuestradas corrieron peligro, pues podrían haber sido víctimas de los disparos israelíes, aunque no estuviesen dirigidos a ellas.
A las 6:43, con el lanzamiento de misiles a Israel y el ataque de miles de combatientes de Hamás a bastiones militares y los centros de observación y comunicaciones de la división, el general de brigada Avi Rosenfeld, comandante de la división, proclamó: “Nos han invadido los filisteos”.
Cuando un enemigo invade territorio israelí, este procedimiento permite al comandante de una división asumir poder extraordinario, incluida la autoridad para usar artillería pesada en suelo israelí con el objetivo de detener la incursión enemiga.
Pues bien, una fuente de las FDI de muy alto nivel a la que acudió Haaretz ratificó que el 7 de octubre se había aplicado el procedimiento Aníbal, pero que la orden no estuvo a cargo del comandante de la división. Entonces, ¿quién lo activó? Quizás las investigaciones de la posguerra permitan averiguarlo, añadió la fuente.
En cualquier caso, según un oficial de Defensa conocedor de las operaciones de la División de Gaza el 7 de octubre, a la mañana “nadie sabía qué estaba pasando afuera”. Rosenfeld se encontraba en la sala de guerra, encerrado, “mientras afuera se desencadenaba una guerra mundial”.
“Nos quedamos impactados por la cantidad de terroristas que habían penetrado la base. Nunca habíamos imaginado un ataque de esa magnitud, ni en nuestra peor pesadilla. No teníamos ni idea de a cuántos habían secuestrado ni dónde estaban las fuerzas armadas. Todo el mundo enloqueció. Se tomaron decisiones sin contrastar la información”, afirmó.
Una de estas decisiones se tomó a las 7:18, cuando un puesto de observación del puesto avanzado de Yiftah informó de un secuestro en el paso fronterizo de Erez, adyacente a la oficina de enlace de las FDI. “Aníbal en Erez” –dictaba la orden procedente del cuartel general de la división– “Envíen un Zik”. El Zik es un dron de asalto no tripulado y la orden era tajante.
No fue la última vez que transmitieron esta instrucción por la red de comunicaciones. Durante la siguiente media hora, la división descubrió que los terroristas de Hamás habían logrado matar y secuestrar a soldados de la frontera y la base colindante. Entonces, la repitieron a las 7:41: Aníbal en Erez, ataque en el paso fronterizo y la base para impedir el secuestro de más soldados.
La orden volvió a reiterarse en varias ocasiones, y no solo en el paso fronterizo de Erez. De acuerdo con los datos recabados por Haaretz y confirmados por el ejército, durante esa mañana el procedimiento Aníbal se activó en otras dos ubicaciones en las que se habían infiltrado los terroristas: la base militar de Re’im, donde se encontraba el cuartel general de la división, y el puesto avanzado de Nahal Oz, una base de avistadoras. Con todo, no fue suficiente para evitar el secuestro de 7 miembros ni el asesinato de 15 avistadoras y 38 soldados.
En el transcurso de las siguientes horas, el cuartel general de la división empezó a atar cabos y comprender la dimensión del ataque de Hamás, sin contar la incursión en la kibutz Nir Oz, a donde las primeras milicias llegaron cuando los terroristas ya se habían retirado. Todo indica que el procedimiento Aníbal se habría seguido aplicando con la misma frecuencia. A las 10:19, por ejemplo, llegó un informe al cuartel general de la división para comunicar que un Zik había atacado la base de Re’im.
Tres minutos después, llegó otro similar. Para entonces, el comando de élite Shaldag ya estaba combatiendo a los terroristas sobre el terreno. Hasta el día de hoy, se desconoce si alguno de sus miembros salió herido del ataque de dron. Lo que sí está comprobado es que se transmitió un mensaje a través de la red de comunicaciones para que se asegurasen de que no quedaba ningún soldado fuera de la base, ya que las tropas de las FDI estaban a punto de entrar y expulsar o eliminar a los terroristas que permaneciesen allí.
La decisión de ejecutar ataques dentro de los puestos avanzados atormentará a los altos comandantes toda su vida, sostiene un alto mando de Defensa. “Cualquiera que tome esa decisión es consciente de que nuestros combatientes en esa zona también pueden sufrir las consecuencias”.
Ahora bien, los ataques no solo se produjeron en el interior de los puestos avanzados y las bases. A las 10:32, los batallones de la zona recibieron la orden de disparar morteros hacia la Franja de Gaza. Los debates en el seno del ejército sugieren que esta orden, atribuida al general de brigada Rosenfeld, fue ampliamente criticada, puesto que en ese momento la información de la que disponían las FDI acerca de los efectivos que había en la zona, ya fuesen soldados o civiles, era insuficiente. Algunos se encontraban en zonas descampadas o en bosques próximos a la frontera, tratando de esconderse de los terroristas.
Además, el ejército desconocía el número de personas que habían sido secuestradas. “Creíamos que ya eran decenas”, relató una fuente del ejército a Haaretz. Al disparar morteros en la Franja de Gaza los pondrían en peligro. Pero aún fueron más allá: a las 11:22 se emitió otra orden que prohibía a los vehículos regresar a Gaza.
“Todos sabíamos que los vehículos podían llevar civiles o soldados secuestrados”, aseveró una fuente del Comando Sur con la que conversó Haaretz. “En ningún caso se atacó un vehículo a sabiendas de que llevaba personas secuestradas, pero la verdad es que no teníamos forma de saberlo. No puedo afirmar que hubiese una directriz clara, pero éramos conscientes de lo que implicaba prohibir que los vehículos regresasen a Gaza”.
A las 14:00 tuvo lugar otro acontecimiento. Todos los efectivos recibieron la orden de no salir de las comunidades fronterizas hacia el oeste, en dirección a la frontera, ni perseguir a los terroristas –en esto último ponía especial énfasis–. Llegados a ese punto, la zona fronteriza era escenario de un tiroteo intenso dirigido a cualquiera que la transitase, convirtiéndola en una zona de riesgo.
“El objetivo de la orden era convertir el área que circundaba la valla fronteriza en una zona mortal y cerrarla hacia el oeste”, comentó la fuente del Comando Sur.
A las 18:40, la inteligencia militar sospechaba que muchos terroristas estaban tratando de huir conjuntamente hacia la Franja de Gaza, de forma organizada. Esto ocurría cerca de las kibutz Be’eri, Kfar Aza y Kissufim. Acto seguido, el ejército lanzó ataques de artillería hacia la zona de la valla fronteriza, muy próxima a estas comunidades. Poco después, disparó proyectiles al paso fronterizo de Erez. Las FDI afirman no tener constancia de que esos bombardeos hayan afectado a ningún civil.
Hubo un caso en el que sí se constató el impacto del fuego sobre civiles –y contó con una gran cobertura mediática–; sucedió en la vivienda de Pessi Cohen, situada en la kibutz Be’eri. Había catorce rehenes retenidos dentro cuando las FDI atacaron el inmueble, y trece de ellos fueron asesinados. En las próximas semanas está previsto que las FDI publiquen las conclusiones de su investigación sobre el incidente, que permitirán esclarecer si el general de brigada Barak Hiram, comandante de la División 99 a cargo de las operaciones en Be’eri el 7 de octubre, aplicó el procedimiento Aníbal. ¿Dio la orden para que el tanque avanzase incluso a expensas de las víctimas civiles, como declaró en una entrevista que concedió posteriormente al New York Times?
A lo largo de todos estos meses, las FDI se han negado a revelar si se aplicó el procedimiento contra los civiles capturados. Lo cierto es que, incluso aunque la respuesta fuese afirmativa, nos encontramos ante una pregunta más bien incompleta; ese día, Hiram habría actuado simplemente en consonancia con la manera de proceder de las FDI.
De acuerdo con la información a la que Haaretz tuvo acceso, esta fue la situación sobre el terreno al menos hasta las 21:33, momento en el que el Comando Sur emitió una orden más: cercar la zona fronteriza con tanques. De hecho, todos los efectivos que había en esa área recibieron autorización para abrir fuego contra cualquiera que se acercase, sin ningún tipo de restricción.
Preguntado por este asunto, el portavoz de las FDI concluyó: “El ejército lleva seis meses combatiendo intensamente en varios frentes, con el foco puesto en conseguir los objetivos de guerra. A su vez, las FDI han iniciado investigaciones internas sobre lo ocurrido durante el 7 de octubre y el periodo anterior. El objetivo de dichas investigaciones es aprender y extraer conclusiones que podrían ser útiles para proseguir el combate. Una vez finalicen las indagaciones, los resultados se presentarán al público con transparencia”.
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11/07/2024
Este artículo se publicó originalmente en Haaretz.
La traducción es de Cristina Marey Castro.
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