El régimen de Netanyahu contacta con los legisladores estadounidenses para que amenacen con medidas de boicot al Gobierno de Ramaphosa con el fin de que retire su denuncia en la Corte Internacional de Justicia.
10 sep 2024
La administración demócrata de Joe Biden y Kamala Harris sigue su hoja de ruta de protección y alianza con Israel. La pasada semana, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Mike Miller rechazó que el Gobierno vaya a revisar su política de suministro de armamento pesado al régimen de Netanyahu. Ahora se sabe que el régimen sionista no se conforma sino que ha instado al sistema político estadounidense, legisladores a nivel federal y estatal, a que presionen a Sudáfrica, país que interpuso la demanda por genocidio en la Corte Internacional de Justicia.
Este lunes, el medio Axios publicó que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel envió un cable clasificado a la embajada de Israel en Washington DC y a todos sus consulados con este contenido: “Le pedimos que trabaje inmediatamente con los legisladores a nivel federal y estatal, con los gobernadores y las organizaciones judías para presionar a Sudáfrica para que cambie su política hacia Israel y para dejar en claro que continuar con sus acciones actuales, como apoyar a Hamás e impulsar medidas antiisraelíes en tribunales internacionales, tendrá un alto precio”.
La información detalla que entre las medidas planteadas está la presentación de legislación que vaya en contra de los intereses del país africano dado que, “incluso si no se materializan, presentarlas y hablar sobre ellas será importante”.
El registro del caso abierto por parte de Sudáfrica contra Israel se remonta a diciembre de 2023, cuando la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, dio inicio al procedimiento, al que más tarde se han adherido, con diferentes grados de implicación, pero todos oficialmente, Nicaragua, Colombia, Libia, México, España y Turquía.
Israel trata de aprovechar la coyuntura política en Sudáfrica, tras la crisis de Gobierno que tuvo lugar en julio, y que obligó al presidente Cyril Ramaphosa a integrar hasta once partidos, incluido el de oposición, en un Gobierno de unidad nacional. En diciembre, el ejecutivo africano inició el proceso después de considerar que las acciones de Israel son de carácter genocida en virtud de la Convención sobre el Genocidio de 1948 porque tienen como objetivo provocar la destrucción de una parte sustancial de Gaza.
Mientras Israel maniobra a través de su diplomacia, su ejército, continúa la operación de limpieza étnica. Cuatro misiles lanzados en la zona humanitaria de al-Mawasi, en Khan Younis, han dejado más de cuarenta personas muertas en la madrugada del 9 de septiembre. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía ha calificado el ataque como un crimen de guerra.
“El nivel de sufrimiento que estamos presenciando en Gaza no tiene precedentes durante mi mandato”, ha denunciado esta mañana el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. “Nunca he visto tal nivel de muerte y destrucción como el que estamos viendo en Gaza en los últimos meses”.
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