Los ideologismos son una constante en la lucha política, se perpetúan otras se olvidan, los ejemplos sobran. Para ir al grano, ¿existirá el chavismo?.
Digamos que para que un conjunto de mensajes o ideas que se expulsan al mundo se conviertan en “ismos” necesitan conformar un pensamiento claro que inspire a una ancha colectividad en función de una acción común y continuada. Hay ismos macabros por lo que implicaron la más horrible de las consecuencias como es el hecho del nazismo, como hay ismos que marcan límites históricos para un orden de pensamiento e interpretación del tiempo como es el caso del modernismo o los que aluden a una transformación del quehacer humano con sentidos revolucionarios para el arte, la técnica, la renovación o revolución política. El llamado “chavismo” nunca alcanzó tales picos para bien o mal como se quiera, se delimitó al arrastre de un liderazgo individual quien fuera un excelente estratega pero que a su vez un aprendiz en los asuntos ideológicos de la política constreñidos a su formación militar y dejando que una inmensa basura ética civil y militar termine de inundar su gobierno, expulsando, burocratizando y corrompiendo buena parte de lo que fue lo mas sano que soportó ese liderazgo. Movimiento que muchos en este país en algún momento tarde o temprano seguimos y algunos gobernamos en altas esferas, pero nunca produjo una síntesis compleja de horizontes de pensamiento y acción que marcara un hecho histórico y un planteamiento con la suficiente solidez como para generar un movimiento que dirija la sociedad sobre determinados fines, ya sea para destruir y ahogar el mundo, para definir su momento histórico o para generar las condiciones de su liberación. En definitiva mas que un ismo es una corta mitología de finales y principios de siglo que han servido a una identidad política.
Con la muerte de Chávez y por tanto del liderazgo que este pudo conservar, la única manera de conservar el “chavismo” es dándole fuerza a la mitología, o sentido explicativo de la vida, y liderazgo creadas, siendo probablemente los puntos que sobre una verborrea repetitiva y sin ninguna creatividad histriónica intentó en sus primeros momentos Nicolás Maduro. “Muerto el rey…viva el rey”, diría en sus adentros, pero el liderazgo sustitutivo lo que ha tendido con evidencia en la pobreza multiplicada es ha desmoronar el liderazgo mitológico. Desde hace años que como lo queramos interpretar un liderazgo aglutinante o una mitología que se acercó a una suerte de alabanza de tipo cuasi religiosa se va desmoronando por sí sola. Ese chavismo se hizo útil solo para una identidad grupal, utilizada por muchos grupos de izquierda que no quieren abandonar viejos sueños, pero también para bandas mafiosas multimillonarias situadas en el Estado, en algunos casos paramilitares, que se adhieren de una forma u otra al gobierno e imponen sus condiciones. El último chavismo desde ese alerón termina imponiendo sus términos pero a su vez no son más que polillas que sirven y siguen sus pautas al capitalismo global manejado por capitales cada vez más pequeños número de quienes lo manejan y fortunas más concentradas. El hecho es que esa nueva burguesía parásita creada en los mismos tiempos de Chávez toma el poder con Nicolas y terminan por destruir toda la capa productiva y de servicios de este país, logrando un alcance desastroso pocas veces visto históricamente: el salario prácticamente en cero y la comida cercana a ser la más cara del mundo.
El chavismo por tanto ya NO EXISTE, solo sirve a las nostalgias revolucionarias o al uso de este neologismo por parte de lo más rico y podrido de esta sociedad, desgraciadamente logrado pero su condición de movimiento en el seno de la sociedad prácticamente está desaparecida.
¿Qué viene entonces?. Las circunstancias vividas globalmente gracias a las burbujas financieras que siempre provocarán guerras, utilizando etnicismos y racismos de todas clase para ello, manteniendo los formatos neocoloniales en sociedades y gobiernos que manejan a sus anchas, mas la invención de enfermedades que aplacaron al mundo entero como lo fue el Covid 19, el desarrollo de la mecanización robótica productiva, le dan a estas castas que se insertan dentro de un gobierno de hecho ilegítimo por la decenas de maneras que violan la constitución y desarrollan una represión sobre el caudal periodístico que es aplastado por la censura y autocensura de todo tipo de medios y la misma soberanía monetaria, sustituida por la imposición de un dólar penetrado por lo general por el blanqueo de dineros y la especulación hiperinflacionaria, en un primero momento hacen que la sociedad mas pobre acuda una arraigada cultura de subsistencia del trabajo informal o casero que le permite sobrevivir inventando todo tipo de negocios e intercambios. Allí el chavismo y su misma oposición dejan de existir como polaridad política efectiva y en muchos casos violenta como lo fueron los acontecimientos del 2017 y mas adelante inventar un presidente payaso y corrupto que sirvió los para agravar las sanciones sobre Venezuela. Esta cultura sin embargo ya no tiene viabilidad productiva y de subsistencia, los monstros que acabaron el bolívar ahora blanquean e invierten en negocios de importación a tasa cero, frente a los cuales la economía real hecha con manos y cabeza ya no puede competir. Evidentemente que la tendencia hacia el estallido de la sociedad, harta y rabiosa restableciendo una renovada lucha de clases, se vuelve una necesidad y un hecho que desde mediados del año 2012 empieza a aflorar teniendo en este primer mes del año 2013 al magisterio nacional una vanguardia temporal con capacidad de llenar las calles a nivel nacional. La debida justicia de un salario digno ha sido su consigna pero hasta los momentos es solo un planteamiento guiado por la desesperación y la justa reivindicación. Pero el odio hacia este gobierno llena el alma todavía escondida de esta multitud justiciera. ¿Qué es lo que viene o falta entonces?. Lo llamaríamos el salto cuantitativo donde se funden el pasado de los “ismos” incluso socialistas, el presente nefasto y el sueño futuro que por nuestro lado tiene el sentido de una izquierda libertaria en cualquiera de sus versiones.
Faltan luego las condiciones de este salto. Evidentemente que la condición primera es la expulsión de este gobierno, la reconstrucción libertaria e igualitaria del Estado, no es un problema de restablecer las instituciones ya caducas, es el construir “otras” que le permitan al individuo y al colectivo ser dueños de una productividad que utiliza el suelo y el subsuelo en función de la recreación de un país y salirse de la conducción imperial que obliga el orden global capitalista. Esto es un proceso constituyente popular, democrático e inclusivo que no será fácil ni inmediato, será probablemente largo pero con una carga transformadora permanente. ¿Qué será del petróleo y de todos los minerales fósiles que contine nuestra tierra? ¿Qué será de nuestra alimentación y su exportación? ¿Cómo se logrará un estado de soberanía tecnológica y alimentaria? ¿Cómo salimos de las burbujas monetarias en que nos han metido? ¿Cómo hacemos de esto principios de unidad continental?. Hay estas y decenas de preguntas a las cuales responder. Ni el chavismo ni ningún “ismo” por más soñador que sea contiene la solidez de su respuesta. Por los momentos tenemos frente a nosotros la movilización permanente. El sentimiento y furia de millones que es la base popular que ha de dar el salto necesario, y es ahora no por meses ni mucho menos por años que el hecho liberador ha de darse. Es la politización del momento, los o el liderazgo vendrá con ello, no importa los riesgos y los miedos naturales, lo que importa es el atrevimiento y la cualidad del pensamiento que recorra este salto.
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