Las dificultades económicas tensionan la paz social en el continente

Las condiciones económicas empeoran en la mayor parte del continente de manera sistemática. Sin embargo, las consecuencias van más allá de los datos macroeconómicos. La combinación del descontento político con la caída de la economía hace salir a las calles a personas en diferentes contextos, desde Ghana hasta Madagascar.

Salen a la calle para protestar por las condiciones de vida en Ghana. El aumento del precio de los productos básicos o del desempleo son la consecuencia del desplome de la economía financiera y esas circunstancias tensionan la vida social. En Madagascar, las motivaciones son más políticas, el presidente saliente se hace un traje a su medida, la oposición sale a la calle semanas antes de las elecciones y las movilizaciones son reprimidas. Las elecciones suenan como mar de fondo, también en una crisis en el Sahel en la que las informaciones son cada vez más confusas. Y el paso adelante de un activista honesto desata la esperanza en un contexto tan crispado como el congoleño.

Aumenta la tensión en Ghana por la crisis económica

Durante esta semana las calles de Accra han vuelto a ser el escenario de protestas ciudadanas que se enmarcan en un contexto de crisis económica, en uno de los países que en los últimos años se había considerado uno de los más prósperos del continente. La dudosa gestión económica del gobierno del actual presidente Nana Akufo-Addo ha provocado, en el último año, un empeoramiento de las condiciones financieras del país que ha visto cómo el coste del pago de su deuda pública se disparaba y devoraba la mayor parte del presupuesto nacional.

Hace alrededor de un año que empezaron a saltar las alarmas, cuando el ministro de Finanzas, Ken Ofori-Atta, admitió que los pagos de intereses consumían entre el 70 y el 100% de los ingresos del estado. A partir de ese momento la reestructuración de la deuda y la reclamación de un salvavidas a los organismos internacionales se ha repetido como un mantra. Mientras las medidas de urgencia hacían aumentar la inflación, pero no detenían la sangría de los recursos públicos, los y las ghanesas veían como el desplome de su economía se trasladaba a sus carteras y a sus cestas de la compra

La particular situación ghanesa —que no se corresponde con la imagen pública del país y su prestigio— ha desencadenado olas de protesta cíclicas. La última de estas convocatorias exigía la dimisión del gobernador del banco central del país, Ernest Addison y parte de su equipo, al que consideran responsable de las decisiones que no han conseguido neutralizar la caída. Los resultados del banco han arrojado pérdidas multimillonarias (en gran medida relacionadas con los acuerdos de reestructuración de la deuda) y han encendido las iras de la ciudadanía, que marchó por las calles de Accra hacia la sede de la entidad bancaria bajo el lema #OccupyBOG (en referencia a las siglas del banco por su nombre en inglés, Bank of Ghana).

Lo cierto es que desde la contundente reelección de Nana Akufo-Addo por mayoría absoluta en 2020, la paz social no ha terminado de consolidarse en el país. Las restricciones provocadas por la pandemia de la Covid-19 fueron el caldo de cultivo ideal para las primeras movilizaciones bajo el lema #FixTheCountry, que se convirtió en un movimiento ciudadano, con una combinación de reivindicaciones sociales y económica y los agravios de la violencia desplegada por la policía en la represión. Desde entonces, las movilizaciones se han ido reproduciendo cíclicamente con matices en la reivindicación.

En noviembre del pasado año, las protestas identificadas como “Arise Ghana”, ya se quejaban de la situación económica y exigían la salida del presidente. El mes pasado ya se produjo otra oleada similar. En este caso el lema era #OccupyJulorbiHouse, un juego de palabras combinando el ga y el inglés que significa, ‘Ocupa la casa del hijo del ladrón’, de nuevo haciendo referencia al malestar por los escándalos de corrupción ocurrido durante el gobierno de Nana Akufo-Addo, la mala gestión económica y el deterioro de las condiciones de vida por la escalada del precio de productos básicos o el aumento del desempleo. Aquellas protestas desencadenaron una ola de detenciones que generó un profundo malestar entre los activistas. Teniendo en cuenta las últimas evoluciones no es previsible que las condiciones de la economía ghanesa mejoren en un futuro inmediato.

Liberia vota para consolidar la estabilidad

Hace 20 años que concluyó la guerra en Liberia y el próximo martes los y las electoras del país acudirán por cuarta vez a las urnas para escoger a su presidente. Las quinielas apuntan a que será un hombre porque lo son la mayor parte de los candidatos con opciones reales de victoria y hay muchas posibilidades de que el actual presidente George Weah revalide su responsabilidad. La antigua estrella del fútbol mundial presenta un historial con buenos resultados y algunas medidas llamativas que han generado el aplauso de la comunidad internacional, pero también una serie de sombras provocadas por los episodios de corrupción y por los resultados económicos (que aparecen bastante alienados con el clima general).

Recientemente, un sondeo del Afrobarometer ha puesto de manifiesto la determinación de la ciudadanía en favor de unas elecciones que respeten las reglas del juego, aunque al mismo tiempo, transmitían su desconfianza respecto al organismo independiente encargado de la organización de los comicios. Esta voluntad ciudadana contrasta con algunos de los episodios que se han vivido durante la campaña electoral. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU emitía un comunicado esta semana en el que expresaba su preocupación por “los casos denunciados de violencia relacionada con las elecciones, el uso de lenguaje que podría constituir discurso de odio y los ataques a periodistas” en el contexto electoral. Precisamente el episodio más grave de este proceso preelectoral ha desencadenado una iniciativa juvenil para tratar de preservar la paz durante los comicios, promoviendo el debate y sensibilizando a los jóvenes que son mayoría en el país, para evitar manipulaciones y controlar los estallidos de ira en una posible crisis poselectoral.

El baile de informaciones y desinformaciones en el Sahel

No cabe duda de que la información y el rigor han sido una de las primeras víctimas de la crisis de seguridad del Sahel. A medida que la tensión ha ido creciendo en los últimos años la batalla por el relato se intensificado y se ha enconado. Ahora mismo, es complicado, determinar la certeza de las informaciones. Dos ejemplos claros de esta situación se han producido en los últimos días. Esta misma semana el ejército de Mali ha lanzado una amplia operación hacia la región del norte del país, bajo el control de los rebeldes tuareg. Por otro lado, el gobierno de Burkina Faso ha asegurado haber frustrado un intento de golpe de Estado contra la junta militar salida del último golpe de Estado y protagonizado por un alto mando del Ejército. En torno a estos dos episodios todo son informaciones cruzadas y, sobre todo, mucha confusión.

La operación del gobierno de Mali no ha quedado en secreto durante mucho tiempo. La contundencia del despliegue ha desencadenado las informaciones. Algunos han llegado a decir que se trata de una de las mayores operaciones militares desde la independencia. Se trataba en un primer momento de una respuesta a diversas acciones de los rebeldes tuareg que, en las últimas semanas, han activado las hostilidades, atacando a algunos destacamentos militares en la región. Otras fuentes han ido transmitiendo los encontronazos de las fuerzas armadas y los tropiezos que habían experimentado en su avance. Entre unos comentaristas y otros también se ha desatado el conflicto, reclamando la veracidad para sus posiciones encontradas, incluida la participación de efectivos de Wagner en la columna del ejército de Mali.

El miércoles 27 de septiembre la junta militar de Burkina Faso anunció haber frustrado un golpe de Estado. Según las informaciones oficiales, las actividades de la inteligencia militar desenmascararon los planes de asaltar el poder y derrocar al actual presidente, el capitán Ibrahim Traoré. Los rumores se habían extendido por las redes sociales antes de la comunicación formal. Cuatro altos cargos militares han sido interpelados en este proceso. Hace apenas un mes, tres miembros de la armada burkinesa fueron detenidos acusados de estar preparado un plan para desestabilizar al gobierno militar.

Curiosamente, en medio de estas tormentas informativas, tanto el gobierno militar de Mali, como la Junta de Burkina Faso han anunciado el retraso de las elecciones previstas en ambos países debido que todavía no se cumplen las condiciones.

Denis Mukwege quiere ser presidente de la RD del Congo

En medio de un contexto de tensión y de aumento de la represión, los ciudadanos y las ciudadanas de la República Democrática del Congo han recibido una oleada de esperanza sin precedentes. El doctor Denis Mukwege, una personalidad en el país y en el extranjero, ha anunciado esta semana su candidatura a las futuras elecciones presidenciales. Mukwege se ha hecho popular por su trabajo como cirujano ginecológico con las mujeres que han sufrido violencia sexual en algunas de las zonas más turbulentas del país y en 2018 recibió el premio Nobel de la Paz lo que internacionalizó y popularizó aún más su lucha. El médico ha sufrido atentados y ha tenido que sobreponerse a todo tipo de ataques.

u nombre ya sonó en las elecciones que suponían el relevo de Joseph Kabila y que dieron la victoria al actual presidente Félix Tshisekedi, pero en aquella ocasión parece que la esperanza estaba garantizada por el cambio al frente del país. El mandato de Tshisekedi no ha estado a la altura y progresivamente se ha ido incrementando una deriva de violación de derechos fundamentales. La violencia se ha incrementado en el este con el incremento de la actividad de grupos rebeldes y la tensión social ha terminado de estallar en el marco del periodo preelectoral con unas elevadas cotas de represión de la disidencia y con una extremada contundencia contra la oposición. El anuncio de la candidatura de Mukwege para las elecciones previstas para diciembre supone un revulsivo para las esperanzas, sobre todo de las organizaciones de la sociedad civil que buscan nombres ajenos a la clase política y que ven en este hombre que ha destacado por su compromiso y su honestidad una alternativa al escenario de violencia.

La oposición protesta en Madagascar

Queda aún un mes para las elecciones presidenciales en Madagascar, según los planes previstos, y esta semana una manifestación convocada por once de los trece candidatos fue gaseada por la policía. La tensión ha ido creciendo en este periodo preelectoral y ha alcanzado su nivel máximo esta semana con la represión violenta de una manifestación masiva de la oposición. El presidente saliente Andry Rajoelina ha ido modelando las normas del juego a su medida hasta conseguir un escenario en el que sus adversarios aseguran que se ha producido un golpe de estado institucional. Durante la interinidad a la que obliga la Constitución, el país debe ser gobernado por el presidente del senado, sin embargo, una sospechosa carambola ha puesto al frente del ejecutivo a un aliado de Rajoelina.

El presidente saliente ya se encargó de prohibir las manifestaciones en el periodo preelectoral y sus decisiones han ido haciendo crecer la tensión, por lo que el próximo mes hasta el 9 de noviembre, fecha señalada para las elecciones, puede generar más violencia.

Por, Carlos Bajo Erro

@cbajo

6 oct 2023

Información adicional

Actualidad africana
Autor/a: Carlos Bajo Erro
País:
Región: África
Fuente: El Salto

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