Los olímpicos de París 2024: una cárcel

Los Juegos Olímpicos de 2024, también llamados la XXXIII edición olímpica, se realizaron del 26 de julio al 11 de agosto, en Paris la capital de Francia, que debido a los contextos geopolíticos como la guerra en Ucrania, el genocidio en Gaza y la lucha de clases en varios países, incluido el país anfitrión, fue blindada por la gracia del señor Macron.

En una verdadera cárcel fue convertida la capital francesa, muy a la idea imperial de Emmanuel Macron. El centro de la ciudad bloqueada con vallas, llevando la urbe a semejar una ciudad fantasma y no la activa de los bares y restaurantes; ciudad demarcada hasta el extremo, colocando en cintura cualquier movimiento de quienes se atrevían a recorrerla, obligados a portar un código QR otorgado por el Mininterior después de un “exhaustivo análisis del perfil del solicitante”, no vaya y se cuele un “terrorista”. El resultado final, producto del control desplegado: una ciudad en estado de guerra, y unos Juegos Olímpicos en nada cercanos a su consigna de “paz y fraternidad”. 

Para lograr su propósito de control total, los vecinos a los centros deportivos fueron desalojados, y como lo hemos vivido en Colomnbia ante la celebración de eventos internacionales, los indigentes mandados a otras ciudades. Drones y helicópteros cuidando desde el especio aéreo, en los aeropuertos chequeos dignos de país en guerra; según balance del propio Emmanuel Macron, 250.000 efectivos de las fuerzas de seguridad las que fueron desplegadas, de ellas 45.000 policías y 18.000 mil militares de las fuerzas antiterroristas Sentinelle, más 25.000 agentes de seguridad privada. Además, policías de 43 países fueron enviados a Paris a “apoyar” la seguridad, incluyendo Mosad, CIA, MI6, ¿acaso en esa ciudad se iba a realizar algún combate a muerte entre la oscuridad y la luz?

Toda una parafernalia digna del que se cree emperador. Todo esto porque Macron quería mostrar su poderío, y para blindarse dado su apoyo a la guerra en Ucrania y su estimulo a la rusofobia en la sociedad francesa, además de su ferviente apoyo al genocidio de los sionistas fascistas de Israel en Gaza y la represión en Cisjordania y Jerusalén Oriental. 

De ahí que no apareciera extraña la súper seguridad dispuesta para proteger a la delegación de Israel con más de 1.000 policías y comandos antiterroristas. La presencia del Mosad también fue registrada, participando por el “temor a un ataque de Hamas”. Paranoia a alto nivel. Podian verse comandos antiterroristas armando “círculos de acero” en todos los eventos donde se presentaron deportistas de Israel. Por ejemplo, cuando se realizó el partido de fútbol masculino entre Mali e Israel, en el estadio Parc de Prince, la BRI –brigada de intervención y búsqueda– patrulló el estadio apoyado por drones y otro equipamiento policial, y ¿qué pasó? Nada. En ningún evento donde participaron israelíes ocurrió algo salido de los libretos. 

Hoy hablan del “éxito de la seguridad del evento”. Claro que Macron también habló de la “herencia cultural inmaterial”, como es la “capacidad de trabajar juntos más allá de las tradicionales fracturas de los habitantes de Paris”. Estos Juegos, según él, mostraron que los franceses “cuando vamos todos juntos, somos invencibles”, un mensaje, en el fondo y en el actual contexto europeo, de tipo guerrerista.

Un periodista de NYT describió de la siguiente manera el operativo de seguridad: “Encabezaban la marcha furgonetas de la policía, decenas de ellas repletas de comandos antidisturbios franceses y rodeada de una serie de agentes en motocicleta. Los israelíes viajaron en un capullo de seguridad en el centro de la enorme caravana, metidos en un bus urbano de servicio especial para los juegos. Luego venían más furgonetas, más escoltas policiales, más sirenas; un impresionante despliegue de fuerzas con un único objetivo, el de proteger a los primeros participantes israelíes que entraron al terreno de juego en París”. Mientras que la delegación de Palestina de ocho atletas, convivio en la Villa Olímpica, sin protección distinta a la que tenían las demás delegaciones, y sin ningún trato especial, allí estuvieron, igual que las demás delegaciones.

Pero estas olimpiadas también mostraron la parte inmoral del gobierno de Francia, y del COI, al no aplicar, no lo han hecho hace mucho tiempo, el principio olímpico de la tregua, donde los contendientes podían participar sin represalias. Eso no pasó, Rusia y Bielorrusia fueron marginadas como enemigos que son para ellos, y sí participaron Ucrania e Israel.

Como todo evento de este tipo, entre sus propósitos más profundos está el negocio, el mercado, el consumo, sin más ni más, todo lo que ello deje para las arcas nacionales y locales. Y no fue poco, pues según los infomes oficiales, a Francia ingresaron por esos días quince millones de turistas, todos los cuales tuvieron que pasar y soportar los filtros de seguridad, aceptados sin chistar pues para eso habían pagado costosas entradas.

 El representante del COI dijo en la clausura de los Juegos que habían sido de la “solidaridad y la paz”, incluso de “delegaciones de países en guerra”. Y no se ruborizó por ello. También dijo que el certámen “había unido a Francia”, un gran logro. Otro embuste. Se ufanó de la “gran seguridad brindada a los juegos”, claro, convirtiendo a Paris en una cárcel. Porque lo que la TV oficial no mostró fue que la delegación de Israel no participó en la clausura de los JJ.OO. Tampocó registrron –al menos no las trasmitían– las permanentes rechifla en contra de la delegación de Israel, así como el ondear banderas Palestinas al grito de Free, Free Palestina. Se intentaron y se realizaron marchas de protesta contra el genocidio en Gaza a pesar del blindaje de la ciudad, con la consigna “el genocidio no es un deporte olímpico”, y otras que decían: “Olímpicos genocidas”, expuestas en los estadios. Sin embargo, las señales de TV mostraron la ciudad en paz y sin ningún problema o protesta. Una verdadera cultura europea. 

Si se miran con cuidado los Juegos Olímpicos de Paris 2024, queda la certeza que estuvieron cargados de un inocultable tufillo imperialistas: la puesta en escena del supuesto país poderoso, orgulloso de su pasado imperial, ya que no popular ni insumiso.

Pero en esa cárcel, unos Olímpicos de la opulencia y el lujo con elevados costos de alojamiento y alimentación, y de transporte. Cien euros y en adelante una noche en un hotel común; precios de lujo. Los hoteles tuvieron ganancias superiores al 19 por ciento, con respecto al 2023 para igual mes del año anterior, y en restaurantes y museos un 25 por ciento más que el año anterior.

 El transporte subió de manera impresionante e imposible en su cotidianidad para un habitante de la ciudad: el tiquete de metro de 2.10 euros pasó a 4 e incluso hasta 6 euros según el trayecto; el paquete de 10 tiquetes pasó de 16 a 32 euros. Se tenía que comprar, de manera obligatoria, el Paris Pase 2024: un día a 16 euros, dos a 30, tres a 40, todos 70 euros, válidos para transportarse por toda la red ferrea urbana. 

En pesos colombianos los 70 euros serían algo así como 290.000. El pasaje de transmilenio en Bogotá, que es costoso, está en 2.930 pesos por trayecto, para un solo trayecto al mes serian 87.900. En Paris, en un mes, un turista pagó tres veces y media más de lo que pagaría por el transmi en Bogotá.

Según el Banco de Francia, los Olímpicos aportaron un 0,45 por ciento al PIB. Según Visa, que era la tarjeta obligatoria en esos juegos, el consumo aumentó en un 20 por ciento, y en un 29 por ciento los gastos cancelados por extranjeros. Ahora es el turno para los juegos paraolímpicos, que según el gobierno movilizarán 250.000 personas con discapacidad, lo que afianzará el negocio y las ganancias. Unos olímpicos privatizados, no más veamos los sponsor: AB InBev, Airbnb, Alibaba, Allianz, Atos, Bridgestone, Coca-Cola, Delloite, Intel, Omega, Panasonic, P&G, Samsung, Toyota, Visa, Carrefour, EDF, LVMH, Orange, Sanofi. 

Esta es la esencia profunda del por qué y para qué los JJ.OO, y alrededor de ello el espectáculo, el sensacionalismo y la alimentación del patriotismo y el chovinismo más elemental.

Información adicional

Autor/a: Pedro Miguel Tapia
País: Francia
Región: Europa
Fuente:

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