A lomos de mula o gastando sus zapatillas, el escritor y periodista recorrió su país para entenderlo y darlo a conocer
Alfredo Molano Bravo cumpliría 80 años el 3 de mayo y en octubre será un lustro desde su marcha. Fue una persona íntegra que ejercía la sociología como pocos y que escuchaba a la gente como nadie para escribir sus crónicas e historias desde el corazón profundo de la Colombia más honda y oscura y menos conocida.
Caminó, escuchóy así conociófierros, destierros, trochas, mulas, fusiles, tropeles, aguas arriba, con rebusques o del otro lado (pero dentro de todo), en un drama nacional que todavía pervive y que él quiso intentar amainar con su participación como miembro de la Comisión de la Verdad.
Molano siguió recorriendo el país para este organismo de la misma manera que lo había hecho siempre “sin ceremonias ni protocolo; de tenis y sombrero; en carro, lancha o a caballo; llegando directa y sencillamente a las casas de la gente, y -sobre todo- escuchando”.Esa práctica de la escucha le sirvió para hacer escuela y para mostrar al mundo esa otra Colombia que la historia ignora y los medios suelen ocultar.
En La libreta de Molano, un homenaje a su memoria de la propia Comisión de la Verdad, Boaventura de Sousa Santos le llama “el sociólogo de los olvidados” y le reconoce como “uno de los intelectuales activistas más brillantes del siglo XX y probablemente uno de los más incomprendidos”. Tal vez porque su método, si es que se le puede llamar así, era sencillo, consistía en “recorrer los rincones más recónditos de la Colombia profunda, hablar con los campesinos más humildes, grabar horas incansables de diálogos y después construir un texto suyo escrito en primera persona, que se transfiguraba para dar cuenta minuciosa de la vida, del sufrimiento, de la alegría y de la lucha de la gente con quien convivía”.
Cuando alguien a quien apreciamos nos deja, siempre nos queda el remordimiento de lo que pudimos hacer y no hicimos. Con Alfredo Molano me crucé varios mensajes de correo electrónico que iniciaron al compartirle la entrada a mi blog dedicada a “la monumental de las ventas”, un restaurante español en el centro de Bogotá.Alfredo me contestó para ´gritarme`: “oiga, pero ¿dónde queda?”. Y con razón, porque en el texto había obviado dar la dirección del comedero. Le respondí con el dato e invitándole a almorzar cuándo quisiera o pudiera. Esa comida quedó pendiente y ya no se dará, algún día tendré que hacerla en su honor.Tuvimos otros intercambios epistolares a los que siempre tuvo la delicadeza de contestarme.Finalmente me acerqué mucho más al cronista que a la persona cuando tuve la suerte de revisar para su publicación el texto Molano testimonial. Poéticas de las memorias de guerra en Colombiadel profesor Farouk Caballero.
Los relatos de Molano“dejan ver el sinsentido de una historia de violencia que marca a sangre y fuego la realidad colombiana en sus algo más de dos siglos de existencia como país” y sus obras son “novelas testimonio, o testimonios novelados”, que cumplen con la exigencia planteada por el autor cubano Miguel Barnet de que deben “proponerse un desentrañamiento de la realidad, tomando los hechos principales, los que más han afectado la sensibilidad de un pueblo y describiéndolos por boca de uno de sus protagonistas más idóneos”.
En palabras de Marta Ruiz, miembro de la Comisión de la Verdad, Molano fue “el hombre que sabía escuchar”; según Ginna Morelo, presidenta de Consejo de Redacción, era “un periodista contra el silencio”; para el columnista Mario Jursich, fue “un autor de registro híbrido”; el editor Rodrigo Pardocreía quesiempre “lofascinó lahistoria del ‘otro’país: el campo,los campesinos e,inevitablemente,la violencia”, y el profesor Farouk Caballero destaca la necesidad de “aprovechar de mejor forma el archivo polifónico que Molano, durante toda su vida, construyó”.
Los textos de Molano narran con tal claridad las oscuridades de un siglo de guerras en Colombia, amplificando las voces de colectivos marginados, que fue señalado como un “francotiradorintelectualrevoltoso e izquierdoso”.De hecho, las continuas amenazas que recibió le obligaron a exiliarse en España. Durante ese tiempo escribió Desterrados. Crónicas del desarraigo en la que afirma:
“No me acomodaré nunca al exilio, aunque tengo que decir hoy que esa pequeña muerte, hecha siempre de ajenidades, no comienza con las amenazas de los enemigos sino con el silencio de los amigos. […] comprendí -agachando la cabeza en señal de profundo respeto- que el drama de mi exilio, a pesar de sus dolores, es un pálido reflejo de la auténtica tragedia que viven a diario millones de colombianos desterrados, exiliados en su propio país”.
Este gran cronista escribió con ahínco y compromiso personal para mostrar a sus compatriotas y al mundo esa otra Colombia, más real y más terca. Así lo expresaba en las “Palabras de entrada” de su Antología de crónicas periodísticas:
“De esas tierras y de otras —de todas las tierras— salían en los sangrientos años del filo entre dos siglos los desterrados a buscar otras tierras dónde echar raíces y otros techos para guarecerse. Tierras y techos donde volvía a comenzar el ciclo de horror.
Otros huían detrás de las promesas de una nueva vida hecha con bolitas de coca envueltas en guantes de cirugía y tragadas de afán. O aquel niño que no podía tomar agua del río porque temía que los cadáveres navegantes abrieran los ojos. Siento aún a ese niño que terminó de polizón en un barco turco del que fue botado en altamar como un fardo para que el capitán no tuviera que dar explicaciones en Nueva York por transportar menores de edad.
A los viejos nos da por recordar aun lo que hemos escrito”.
Y a los vivos nos queda la tarea de conocer la obra y la vida de Alfredo Molano para que sus testimonios nos activen las fibras, para seguir creyendo en la paz y en el valor de la palabra de lxsotrxs para construirla.
J. Ignacio “Iñaki” Chaves G.
Doctor en Comunicación y Ciencias Sociales
Grupo Investigación Laboratorio Comunicación y Cultura – COMandalucía
Grupo Investigación Comunicación, Sociedad y Cultura – GICOMSOC
Investigador junior Colciencias
miembro de IFJ, AE-IC y ALAIC
Enlaces
Fundación Alfredo Molano https://www.fundacionalfredomolanobravo.org/
El testimonio poético de Molano como memoria de la guerrahttps://mundoobrero.es/2021/09/12/el-testimonio-poetico-de-molano-como-memoria-de-la-guerra/
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