El presidente de EEUU ve crecer su frustración, incapaz de sentar a Ucrania y Rusia en una negociación que pare la guerra sin que suponga la capitulación total de Kiev.
25/04/2025. En la recta final de sus primeros 100 días al frente de la Casa Blanca, Donald Trump aún insiste en que “tendrá éxito” y en breve acabará con la guerra de Ucrania. Pero las noticias que llegan del frente no pueden ser maquilladas por la verborrea política y todo apunta a que aún habrá contienda para rato, sobre todo con unas posiciones tan distantes.
Incluso aunque Ucrania ahora diga, según una propuesta respaldada por sus aliados europeos y difundida este viernes por Reuters, que podría debatir sobre los territorios ocupados por Moscú siempre y cuando antes se firme un alto el fuego incondicional, para Rusia y EEUU poco hay que negociar sobre esas conquistas, que Moscú reclama como propias y que Washington le reconoce tácitamente.
Las prisas de Trump son manifiestas y no va a dejar que los intentos de ganar tiempo de ucranianos y europeos retrasen una paz conveniente y definitiva para EEUU. Tampoco le vale la persistencia de los combates y ataques como si nadie estuviera negociando nada. “No estoy contento con los ataques rusos en Kiev. Innecesarios y en un mal momento. Vladimir, ¡para! Mueren 5.000 soldados a la semana. ¡Logremos el acuerdo de paz!”, escribió Trump en su red Truth Social.
Con esa demanda imperiosa del fin de la guerra al presidente ruso, Vladímir Putin, Trump evidenciaba, al menos de palabra, toda su frustración al ver fracasar uno tras otro sus intentos de detener el conflicto. De aquella promesa de parar la guerra en 24 horas se ha pasado a la probabilidad de que ésta se prolongue hasta el próximo invierno o mucho más allá.
El desencadenante de la última crítica de Trump a Putin llegó con las oleadas de drones y misiles lanzados por Rusia sobre Ucrania, especialmente contra Kiev, en las últimas dos jornadas. El jueves murieron al menos 12 personas y 70 resultaron heridas en un ataque ruso contra instalaciones civiles, entre ellas un hospital infantil en Okhmatdyt, en la capital ucraniana. Este viernes otras cinco personas fueron asesinadas en sendos ataques rusos en las localidades de Pavlohrad, en el centro de Ucrania, y Yarova, en el este.
“Pasarán cosas” si no cesan los bombardeos masivos rusos contra las ciudades ucranianas, aseveró el presidente estadounidense, aunque sin mucha convicción.
Trump sigue creyendo, al menos públicamente, en un pronto fin de la contienda. “No es mi guerra, es la de [Joe] Biden (su antecesor en la presidencia de EEUU). Yo estoy intentando apagar el fuego. Y creo que vamos a tener éxito y que vamos a salvar muchas vidas”, afirmó el líder estadounidense.
Y lo cierto es que ya hay una hoja de ruta estadounidense anterior a la ucraniana y filtrada a la prensa esta semana también. El problema es que en ese borrador Rusia sale beneficiada y Ucrania se ve abocada a reconocer prácticamente su capitulación. Por eso, con una prisa acelerada, tras conocerse este plan estadounidense, Kiev y Bruselas han difundido su contrapropuesta.
Trump dice que Crimea será rusa sí o sí
En el plan estadounidense, Moscú conservaría la península de Crimea, anexionada en 2014, y la mayor parte de los territorios conquistados desde que comenzó esta guerra el 24 de febrero de 2022. Putin también conseguiría el compromiso por parte de EEUU y la propia Ucrania para que Kiev abandone sus aspiraciones de entrar en la OTAN, una de las razones esgrimidas por Rusia para invadir a su vecino del sur.
En sus declaraciones de esta semana, Trump se sintió ufano al señalar que Putin había renunciado al menos a su “objetivo” de apoderarse de toda Ucrania. “Parar la guerra, no tomar todo el país. [Son] concesiones bastante grandes” por parte de Rusia, manifestó Trump en una rueda en la Casa Blanca.
Concesiones expresadas por Trump, pero que no se atienen a la realidad. Es cierto que Rusia lleva la iniciativa militar, especialmente en el este de Ucrania, en la región de Donetsk. Pero es difícil pensar que, tras el desgaste de estos años de guerra, Rusia esté (o haya estado alguna vez) en posición de conquistar el resto de Ucrania, cuando, en realidad, solo ha podido ocupar una quinta parte.
Un obstáculo para considerar siquiera la propuesta ucraniano-europea está en la desconfianza que tiene Trump en el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a quien volvió a acusar esta semana de prolongar la contienda y “bloquear” las negociaciones de paz con su insistencia en no reconocer la anexión rusa de Crimea, y descartar los derechos de guerra rusos a los territorios conquistados en Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón.
Zelenski “puede tener paz o puede luchar otros tres años antes de perder todo el país”, afirmó Trump, para quien el presidente ucraniano es “el hombre sin cartas que jugar”, una acusación muy similar a la que le espetó en su tormentoso encuentro en la Casa Blanca en febrero pasado.
En una entrevista en la revista Time publicada este viernes, Trump apuntó con más firmeza a la que parece ya una irreversible partición de Ucrania: “Crimea seguirá bajo control de Rusia. Zelenski lo entiende, y todos comprenden que ha estado con ellos durante mucho tiempo. Ha estado con ellos mucho antes de la llegada de Trump”, indicó en referencia a su propia entrada en la Casa Blanca el 20 de enero pasado.
En este mismo sentido habló el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, quien remarcó que la postura de EEUU es “congelar las líneas territoriales” en Ucrania, allí “donde están hoy” y una vez que Rusia se comprometa a no seguir avanzando.
Lo de una Crimea rusa no le gustó nada a Zelenski: “Ucrania no reconoce legalmente la ocupación de Crimea. No hay nada que discutir aquí. Esto va en contra de nuestra Constitución”. Y la respuesta inmediata de Trump en Truth Social en este pingpong retórico ahondó si cabe más la brecha: “Son declaraciones incendiarias como las de Zelenski las que hacen tan difícil acabar con esta guerra”.
El 9 de Mayo
El presidente estadounidense sabe perfectamente que la presión militar está en manos de Rusia en estos momentos y que no parará si no se le ofrece al Kremlin una salida triunfal ya, no esperando a las negociaciones interminables sobre los territorios que ofrece la propuesta ucraniano-europea. Se acerca la celebración del 9 de Mayo, el Día de la Victoria que conmemorará en Rusia el 80º aniversario de la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Y Putin quiere ofrecer a los rusos su propia gran victoria.
Por una parte, el Ejército ruso ha recuperado prácticamente la totalidad del territorio de la región de Kursk invadida por tropas ucranianas el verano pasado. La completa reconquista del sur de Kursk sería una medalla imprescindible para exhibir en la Plaza Roja el día del desfile del 9 de Mayo, en el que participarán además soldados participantes en la guerra de Ucrania.
Pero si además, Putin puede mostrar a los rusos que Trump y sus acólitos han reconocido “oficialmente” que Crimea y las grandes zonas del Donbás, Zaporiyia y Jersón son parte ya inseparable de la Federación Rusa, la celebración sería completa. Por eso no le vale mucho la propuesta ucraniana de discutir la titularidad de esos territorios solo después de un hipotético alto el fuego.
El alcalde de Kiev: habrá que conceder territorio por paz
Zelenski, por supuesto y pese a las presiones estadounidenses cada día más duras, no aceptará esto, pues supondría de facto su fin político y puede que aún peor. Sin embargo, ya hay voces en Ucrania, nada sospechosas de rusofilia, que apuntan en la dirección que marca EEUU, esto es, ceder territorio a cambio de paz. Lo acaba de decir el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, en declaraciones a la BBC.
“Uno de los escenarios es ceder territorio. No es justo, pero la paz, una paz temporal, quizá pueda ser una solución, temporal”, dijo el edil de la capital ucraniana. Subrayó que, si bien el pueblo ucraniano nunca aceptará esa ocupación, finalmente Zelenski no tendría otro camino que asumir esa “dolorosa solución” para conseguir la paz.
Las declaraciones del alcalde de Kiev van así un paso más allá que lo expresado en la propuesta ucraniano-europea de hablar sobre los territorios ocupados por Rusia si se acuerda antes un alto el fuego en la guerra.
El problema es que Moscú nunca aceptará firmar una tregua si antes no queda claro que esas conquistas son ya irreversibles, que es lo que EEUU reconoce. Sería dar un paso atrás. Que además el plan de la UE y Kiev reclame la devolución a Ucrania de la central nuclear de Zaporiyia ya les dice a los rusos que tiene gato encerrado.
Fracaso europeo en el apoyo a Zelenski
Pese a ese apoyo europeo a la contrapropuesta ucraniana, lo cierto es que el respaldo de la UE a Zelenski empieza también a hacer aguas ante la presión de EEUU. El miércoles, la reunión de ministros de Exteriores occidentales convocada por Reino Unido en Londres para presentar por todo lo alto la propuesta ucraniana a EEUU fracasó estrepitosamente y se convirtió en un encuentro técnico menor después de que cancelaran su asistencia al evento el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el enviado especial de Trump para esta crisis, Steve Witkoff.
Finalmente, la contrapropuesta ucraniana y europea fue ofrecida a los funcionarios de menor rango estadounidenses que acudieron a Londres.
Witkoff se vio con Putin este viernes en Moscú y, aunque no se dieron muchos detalles del encuentro, el Kremlin indicó que se había abordado la posibilidad de que en un futuro haya negociaciones directas entre Rusia y Ucrania, pero sin ofrecer ninguna precisión al respecto. A principios de semana, el mismo Putin no excluyó que se reanuden los contactos directos entre Moscú y Kiev, ahora intermediados por Washington.
El tiempo corre demasiado deprisa y las negociaciones van demasiado lentas. Tanto Trump como su vicepresidente Vance recordaron esta semana que si las partes no alcanzan pronto un acuerdo, EEUU se podría retirar del proceso de paz. Trump incluso habló de una fecha límite; muchas miradas se centran en este sentido en la semana próxima, cuando se cumplirán sus primeros 100 días de mandato.
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