La conveniencia versus la verdad

“No por mucho madrugar amanece más temprano”. El viejo dicho popular queda una vez más refrendado. E n esta ocasión por la acción unilateral del gobierno en cabeza de Gustavo Petro al declarar a la sombra del final de año, cuando a lo largo del país las festividades estaban en pleno furor,  un cese bilateral de fuego con el Ejército de Liberación Nacional (Eln) .

 Transcurrieron tres días para que el Eln desmintiera haber acordado tal medida con el Gobierno y enfatizar que “La Delegación de Diálogos del ELN no ha discutido con el Gobierno de Gustavo Petro ninguna propuesta de Cese del Fuego Bilateral, por tanto aún no existe ningún acuerdo en esa materia.

En diversas oportunidades hemos señalado que el ELN sólo cumple lo que se discuta y se acuerde en la Mesa de Diálogos donde participemos. No puede aceptarse como acuerdo un decreto unilateral del Gobierno”.

Posición de los rebeldes que no resulta extraña y  es ampliamente conocida por su contraparte en el Ejecutivo que sabe de sobra que el Eln, según las decisiones  de sus Cuarto y Quinto Congresos,  no tiene la decisión de firmar un acuerdo de paz en tiempo record, y tampoco repetir el modelo de desmovilización y “entrega de armas” hasta ahora admitido y visto. No, como lo hiciera las Farc con el gobierno Santos, motivo por el cual no acepta contar como única sede para adelantar las negociaciones de paz La Habana, donde le exigen no levantarse de la Mesa sin firmar el acuerdo final, por lo que opta por adelantar las negociaciones en sedes rotativas, México la próxima, con un punto definido que no es el “cese bilateral” .

La negociación, en estas condiciones, será un proceso que, incluso, podría prolongarse mucho más allá de los 4 años del actual gobierno, siempre en procura por parte de los insurgentes de alcanzar compromiso por parte del establecimiento con variedad de cambios estructurales y con garantizar una participación activa y decisiva de las comunidades en el proceso negociador que apenas parece estar cerrando la fase abierta por el gobierno Santos. La nueva fase, la del gobierno Petro está en ciernes.

Pese a ello y en una clara manipulación de la opinión pública, con el propósito de la conveniencia de un cierre 2022 exitoso, se obró en vía contraria. ¿Una fake News, como tanto se denuncia hoy en el mundo con infinidad de sucesos y tergiversaciones? Una falsedad de parte de un gobierno que pregona diferencia, algo que no debiera caberle en la cabeza a nadie.

Como es conocido, el anuncio gubernamental daba cuenta de acuerdos similares con otras 4 organizaciones, dos guerrilleras y dos dedicadas al narcotráfico y al paramilitarismo. Ni unas ni otras desmintieron al Gobierno, lo que permite concluir que para el Gobierno anunciar el acuerdo de cese bilateral de fuegos con estas y sin el Eln no impactaba de igual manera en la opinión pública.  Al parecer, ¿el Eln debe aparecer como sea? Como sea, en tanto ninguna de las otras estructuras representa una amenaza estructural para el establecimiento.

Una manipulación de la realidad justificada por una vocería oficial en cabeza del ministro de Defensa y de Alfonso Prada, de Interior, quien llevó la vocería en la Casa de Nariño en horas matutinas del 4 de enero al momento de entregar una declaración aclaratoria de lo sucedido, con palabras que pese a su intención desnudan la manipulación y el afán por mostrar imagen de paz total y ganar opinión pública.

 Así puede concluirse de una declaración que no transmite una postura transparente y responsable con las promesas realizadas al país y con la construcción de una política de paz y la determinación de sus causas, sin torcerle el cuello a la realidad, como lo hace la declaración ministerial: “El cese bilateral es una respuesta principalmente a las comunidades y organizaciones sociales que piden la paz en el territorio. Esta decisión es respaldada hoy por el Secretario General de las Naciones Unidas, por la Conferencia Episcopal Colombiana, por la Defensoría del Pueblo, por el Consejo Mundial de Iglesias y por la Comunidad Internacional”. Y luego  relaciona que igual respaldo también lo otorga el Estado Mayor Central Farc, las Farc-Ep Segunda Marquetalia, las AGC y las Autodefensas de la Sierra. Por lo tanto, concluye con ligereza que, si “todos” están de acuerdo, el Eln también tiene que estarlo. Como se dice desde hace décadas en Colombia cuando se desconoce la realidad: “Algo va de Cundinamarca a Dinamarca”, y en el alto gobierno lo saben, de ahí que el ministro Prada dejara en claro casi al final de la declaración entregada que “(…) hemos decidido  suspender los efectos jurídicos del decreto 2657 del 31 de diciembre del 2022 mientras se estudia en la Mesa de diálogo el protocolo del cese bilateral”.

Y no podría ser de otra manera: puede que el Eln esté dispuesto a un cese bilateral de fuego pero previa discusión y acuerdo del protocolo que lo enmarque. Y eso fue lo que “olvidó” el actual gobierno.

Algo insólito en una negociación de paz. Insólito, mucho más cuando Otty Patiño, cabeza de la delegación gubernamental con el Eln, en declaración del 3 de enero enfatiza que la pretensión de Gustavo Petro con esa declaración era “abreviar los tiempos de la negociación armada y estimular al máximo los espacios de la negociación política”.

“Abreviar”, un afán revestido de “buenas intenciones”, como el camino que lleva al infierno. Un proceder que desconoce el saber popular, ese que recuerda que “No por mucho madrugar amanece más temprano”.

Información adicional

Paz Total. Diálogos Gobierno-Eln
Autor/a: Equipo desdeabajo
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo

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