Con la esperanza entre los dientes 

Con la esperanza entre los dientes, como decía John Berger que hay que escribir, Colombia se mueve en una casi constante realidad electoral, con etapas pre y post, y así como unos años atrás la escena estaba dominada por Álvaro Uribe, hoy está dominada por Gustavo Petro. Dominada porque es él quien pone la agenda a los medios y al primer anillo de atención política del país. Allí se habla de lo que Petro dice en sus tuits, o propone en sus discursos comportándose como un inspirado artista, un performer algunas veces, agitando las aguas hacia lo que viene, con un discurso emotivo, teatral, lírico, florido, juguetón con las palabras: “Si me descifras en el río, te muerdo en la serpiente”, describía José Lezama Lima en La dignidad de la poesía. Así Petro, llamando a votar castigando a quien no esté con el País Nuevo que ha enunciado, y que no ha podido aun liberar del discurso y hacerlo realidad. Prolongando las eses o masticando silencios breves agita banderas y saca del museo esa espada que es memoria de luchas. Y la propone al país desenvainada, invocando la posibilidad del todo o nada, para despertar pasiones y así poder transformar la realidad, aquello que popularmente se interpreta y vota como posibilidad de “cambio”. Gustavo Petro sostiene la iniciativa. Es decir, sostiene la atención, esa frágil tensión.

El de Petro no es un proyecto de izquierda, como no lo fue el M-19. Pero sí de ampliación de la democracia, en nombre de los descapitalizados, que en otros tiempos tuvieron trabajos que los definieron como clase, y que hoy quieren tener derechos efectivos, y no solo enunciados. El suyo es un proyecto que se ha instalado a punta de discursos, y hoy está marcando la realidad con el respaldo de algo así como la tercera parte del país, que reivindica un “Estamos aquí, y esto es trinchera”. Y desde aquel bolivarianismo más romántico al tiempo que más visionario, siendo que la atención se mueve en torno a lo que dice o hace, o no hace, Petro usa la tribuna para llamar a sembrar de vida las estrellas o a recuperar la Gran Colombia. Y luego aterriza en los días en curso, torea pequeñas rebeliones de quienes creen que el mundo puede ser puro, maneja los tiempos, y va preparando el momento en que el “sancocho” estará a punto

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Información adicional

Autor/a: Ángel Beccassino*
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico Le Monde diplomatique, edición Colombia Nº255, junio 2025

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