El apoyo del bloque comunitario a Ucrania sale adelante sin Víktor Orbán. La UE, sin Hungría, exige garantías de seguridad futuras respaldadas por EEUU.
Bruselas-07/03/2025. La UE de la Seguridad y la Defensa comienza a poner sus primeros cimientos. El bloque comunitario, un proyecto de paz, se prepara para impulsar el mayor gasto en material bélico desde la Segunda Guerra Mundial. Los líderes avalan el plan rearme cocinado recientemente por Ursula von der Leyen y que pretende movilizar la friolera de800.000 millones de euros para aupar a la industria bélica en la próxima década. La ocasión que más cerca se estuvo de esta cuantía fue con el plan de recuperación post-pandemia.
“No cabe duda de que la guerra en Ucrania, el nuevo enfoque de la administración estadounidense hacia Europa y, sobre todo, la carrera armamentista iniciada por Rusia plantean desafíos completamente nuevos para nosotros. Y Europa debe aceptar este desafío, esta carrera armamentista. Y debe ganarla (…) Estoy convencido de que Rusia perderá esta carrera armamentista, al igual que la Unión Soviética perdió una carrera armamentista similar hace 40 años. Y esa es también la única manera de evitar un conflicto de mayor escala”, ha señalado el primer ministro polaco, Donald Tusk, a su llegada a la cita.
En Bruselas se ha impuesto el mensaje de que las ambiciones de Rusia van más allá de su vecino. “Rusia no se parará en Ucrania. Es una amenaza para Francia y para Europa”, afirma el presidente francés Emmanuel Macron. “Se avecina una nueva era. Europa se enfrenta a un peligro claro de una escala que ninguno de nosotros ha visto en nuestra vida adulta”, repite con frecuencia la presidenta de la Comisión Europea. En las conclusiones acordadas en la cumbre extraordinaria, ratificadas por los 27 líderes de Estado y de Gobierno, los europeos desgranan la lista de sus necesidades armamentísticas más urgentes: defensa aérea y de misiles; misiles y municiones; drones y sistemas antidrones; y capacidades tecnológicas de inteligencia artificial para la “guerra electrónica”.
La UE avala la creación de un nuevo instrumento de 150.000 millones de euros que proporcionará préstamos respaldados por el presupuesto comunitario. La fuente del resto de 650.000 millones de euros previstos por Von der Leyen están menos claros. Los Estados miembros cuentan con importantes divergencias. El Este quiere echar mano de los activos rusos congelados, pero algunos como Francia y Alemania ponen resistencia por sus dudas en términos jurídicos. Italia ha dejado claro que no aceptará que partidas de los fondos de cohesión se redirijan a la compra de armas. España pide presencia de eurobonos. Francia solo quiere ayudar a la industria ‘Made in Europe’.
Hungría se desmarca
El invitado estrella de la cumbre extraordinaria ha sido una vez más Volodimir Zelenski. Los mandatarios europeos han dialogado con él a puerta cerrada durante una hora y media. Del intercambio salen dos mensajes: Europa continuará apoyando el envío de armas a Kiev a pesar del freno de EEUU en material e inteligencia; y la paz, además de duradera, deberá ser justa. Pero, de momento, la UE continúa buscando un sitio que no encuentra en la mesa de negociación.
Orbán, que calentaba la cumbre acusando a sus socios comunitarios de promover una agenda belicista, no ha vetado finalmente las conclusiones, pero sí se ha descolgado de ellas. Es decir, la Unión ha aprobado una declaración suscrita por los 26 restantes donde queda claro que Budapest no la suscribe y se desvincula.
El Consejo Europeo, sin Orbán, reafirma “su apoyo constante e inquebrantable a la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas“. Tras los constantes órdagos del húngaro, en Bruselas la nueva unidad se impone en el umbral de 27 menos 1. “Todos queremos la paz. La diferencia es que hay 26 que creen que el camino para la paz pasa por reforzar la capacidad de defensa de Ucrania. Hungría está sola. Un país aislado no genera división”, ha defendido Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo, en rueda de prensa.
El texto final recoge las condiciones fijadas por los europeos para pactar la paz de Ucrania: el país invadido y Europa deben formar parte de las negociaciones; cualquier alto al fuego debe tener por objetivo una “paz global”; deben existir garantías de seguridad sólidas y creíbles que contribuyan a disuadir futuras agresiones rusas; y la paz debe respetar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.
Pese al movimiento de fichas que ha provocado el huracán en el tablero ucraniano y la retirada en seco del apoyo financiero, militar, diplomático y de seguridad de EEUU, la UE no cambia su estrategia y redobla el envío de armamento a las tropas de Zelenski para que llegue lo más “fuerte posible a la mesa de negociación”. “Europa ha dado pasos importantes para invertir más en defensa y acelerar la producción y entregas de armas. El momento es ahora. Ucrania debe conseguir lo que necesita para defenderse”, ha celebrado Kaja Kallas, la jefa de la diplomacia europea y una de las políticas más halconas con Rusia en el continente.
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