¿Qué está pasando en Siria?
Milicianos islamistas en el aeropuerto militar de Nayrab, en Alepo, Siria, este lunes, 2/2/2024. — EPA / Bilal Al Hammoud

El panorama sirio se presenta como una madeja de intereses locales entremezclados con las agendas de las grandes potencias, convirtiendo al país en un campo de batalla geopolítico.

“Frenar la agresión”. Es el lema de la ofensiva, lanzada el 27 de noviembre por varios grupos rebeldes en el noroeste de Siria, que en pocos días logró resultados inauditos: la toma de la mayor parte de Alepo y el estratégico enclave de Saraqeb, que conecta Alepo con Damasco, además de distintos puntos de la provincia de Hama. Este avance, que ha provocado un colapso en las líneas del régimen de Bashar al Asad, marca un nuevo punto de inflexión en la guerra siria, reconfigurando el mapa del norte del país.

Las imágenes de la ofensiva rebelde son ya históricas: soldados del régimen huyendo en desbandada, combatientes rebeldes ondeando la bandera verde, blanca y negra en zonas hasta hace poco controladas por la dictadura. También reencuentros emotivos entre familias separadas durante más de una década de revolución y guerra, y escenas de liberación de decenas de hombres y mujeres encarcelados durante años en prisiones como la de Tarek Bin Ziad.

La reacción del régimen y su aliado ruso no se ha hecho esperar. Como ha sido habitual en estos años, la táctica ha consistido en bombardear núcleos de población, en los que viven en su mayoría personas doble o triplemente desplazadas, causando cientos de víctimas civiles. Sin embargo, el contexto local actual es otro y la capacidad del régimen de enfrentarse al avance rebelde dista mucho de la de años anteriores.

¿Qué supone esta ofensiva y cómo ha sido posible? El panorama sirio es tan complejo que resulta fácil perderse entre los intereses locales y las agendas de las grandes potencias, que han convertido al país en un campo de batalla geopolítico. Existen muchas dudas, cuestiones contradictorias, unidades de acción insospechadas en otros momentos. Una madeja que desafía visiones simplistas y requiere más matices de los que se pueden aportar en un solo artículo. Con la información disponible, intentemos identificar algunas claves.

El simbolismo de Alepo

Que la ofensiva haya tenido a Alepo como objetivo es particularmente simbólico, porque la ciudad, que llegó a ser el epicentro de la resistencia contra el régimen de Bashar al Asad, encarna tanto las esperanzas como las tragedias del proceso revolucionario sirio.

Entre 2012 y 2016, cuando el este de Alepo se mantuvo fuera del control del régimen, surgió un proceso de autogestión revolucionaria que inspiró a otras zonas liberadas. Se crearon en ese período consejos locales para gestionar servicios básicos como agua, salud o educación, pero también con vistas a sentar las bases de un futuro de Siria con representación popular, y con un papel significativo de las mujeres. Sin embargo, este proceso de experimentación revolucionaria fue frustrado por la intensificación de los bombardeos del régimen sirio y sus aliados ruso e iraní. La agresión incluyó ataques indiscriminados con barriles explosivos y artillería pesada, y el uso del hambre como arma de guerra.

El documental Para Sama, de Waad Al-Kateab, captura muy bien esos “cinco años de amor, muerte y esperanza”. También el libro Un país en llamas: Los sirios en la revolución y la guerra, de Leila al Shami y Robin Yassin Kassab, que muestra testimonios de primera mano de combatientes de la oposición, activistas locales y defensores de derechos humanos.

Ocho años después, el contexto es muy distinto, pero el simbolismo de ver la bandera revolucionaria siria ondear junto con la palestina en la ciudadela de Alepo, arrasada por fuerzas del régimen sirio, Irán y Rusia, es innegable.

Desde el barrio cristiano de Suleimaniya, en Alepo, llegan estos días escenas de aparente normalidad navideña, pese a los esfuerzos del régimen por incidir en el caos desatado en la ciudad. También otras como la protagonizada por Ahmad Al-Dalati, del grupo Ahrar al Sham, que visitaba una mezquita de Alepo después de doce años, y cuyo contenido es revelador de la pretensión local y antisectaria de grupos anteriormente enfrentados.

03/12/2024

Información adicional

Autor/a: Leila Nachawati
País: Siria
Región: Medio Oriente
Fuente: Público

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