Tanque de oxígeno

Cuando el escepticismo aumenta ante la negativa del gobierno Maduro de entregar las actas totales que certifiquen los resultados de las elecciones del pasado 28J; cuando en amplios sectores de la diplomacia internacional dejan el silencio y expresan que sin duda los comicios “no fueron transparentes”, como se desprende de las comunicaciones emitidas por parte de quienes cubrieron desde Naciones Unidas y el Centro Carter la disputa presidencial, ahora, aun con el hacerse a un lado del presidente mexicano, la dupla Colombia-Brasil le tira un respiro, un tanque de oxígeno al gobierno venezolano.

La fórmula propuesta, permite deducir en los entre líneas con que habla la diplomacia de los Estados, que el 28J la democracia fue arriada en Venezuela y el autoritarismo se impuso. Pese a ello, y como camino necesario, según lo expresado por el presidente Gustavo Petro en declaraciones anteriores, para evitar que la violencia se imponga en el hermano país e, incluso, que la región quede como territorio de disputa militar internacional, la alternativa es: El “levantamiento de todas las sanciones contra Venezuela. Amnistía general nacional e internacional. Garantías totales a la acción política. Gobierno de cohabitación transitorio. Nuevas elecciones libres”.

La propuesta, que podría ser alternativa para el oficialismo del país de Bolívar, deja también leer algo de crítica ante la amplia represión y violencia desatada contra la oposición y el pueblo inconforme con la manipulación de que fueron objeto, traducida esa realidad en por lo menos, y según cifras oficiales, 27 asesinados (dos agentes de la policía entre ellos) y más de 1.200 detenidos, con amenazas de encarcelar por “fascistas” y someter a extensas penas a quienes protesten, de ahí que planteen los dos países “Garantías totales a la acción política”, así como “Amnistía nacional e internacional”.

La pregunta que surge de inmediato es: ¿Estará dispuesto el gobierno venezolano a parar su acción represiva y violenta, así como a permitir que la oposición, como los sectores políticos –sociales y de izquierda unos– que no tuvieron espacio para presentar candidaturas propias, a desplegar acción política en plenas condiciones?

Pero además, en tanto la propuesta presentada por los presidentes Petro y Lula no plantea tiempo alguno para que Maduro en nombre de su gobierno de respuesta oficial, la misma permite que la represión continúe desatada, que las fuerzas diversas de la oposición sigan en el ojo de la persecución, que el terror mantenga sus fueros en lo extenso del territorio nacional, evitando que las gentes profundicen su acción por la defensa del voto emitido y por el cambio de gobierno. Con ese fruto en manos, en unas semanas más, dado el caso de una respuesta positiva a la propuesta por parte de Maduro, las fuerzas opositoras y el inconformismo popular expresado espontáneamente ya estarán al límite, y en condiciones desfavorables, por tanto, para acometer una nueva campaña electoral.

La propuesta, que implica no solo al gobierno y a la oposición venezolana sino también a países como Estados Unidos y la Unión Europea, pues propone el “Levantamiento de todas las sanciones contra Venezuela…”, conlleva una inmersión o arista nueva de intensa discusión global. Novedad, toda vez que varios de los países concitados ya certificaron que el candidato de la oposición fue el real vencedor en los comicios que dieron paso a la crisis en curso.

Valorando el esfuerzo de la diplomacia de Brasil y Colombia para evitar el resbalón y ascenso del conflicto ya en marcha en el país vecino, es necesario recalcar que es difícil llamar a votar de nuevo a la población que con actas en la mano se siente vencedora. No es raro que así actúen, pues aceptarlo puede significar la misma desmoralización de los millones que emitieron su voto para que Maduro dejara de estar en la cabeza del gobierno. ¿Cómo explicarles a esos millones, sometidos hoy al terror feroz desatado en su contra, que en unos meses su voto si será respetado? En consecuencia con ello, luego de conocer la propuesta en cuestión, María Corina Machado declaró que “[…] es una falta de respeto plantear nuevos comicios.” Con expresiones diferentes, Nicolás Maduro también la rechazó¿Habrá nacido muerta la propuesta presentada en horas de la mañana del 15 de agosto? o ¿la complejidad de la misma dificultará los trámites correspondientes, pero finalmente será aprobada –con cambios que le impongan las partes?

Tal vez sí, tal vez no, el tiempo lo dirá. Pero el ítem que sí está muerto es el de “Gobierno de cohabitación transitorio”, acudiendo para ello a la experiencia del Frente Nacional en Colombia, el cual fue negociado por el bipartidismo colombiano, garantizando el monopolio del gobierno por su parte, y desconociendo la existencia de partidos de izquierda, ilegalizados y perseguidos. La realidad es que en Venezuela no existe tal bipartidismo. Tanto las fuerzas calificadas de derecha, como las de izquierda, van más allá de los liderazgos electorales más conocidos.

En el caso de la izquierda que no hace parte del Partido Unido Socialista de Venezuela, y que crítica a Maduro por neoliberal, perseguida por el gobierno y sin posibilidad de presentar candidatos propios el 28J, aceptar tal propuesta es enterrarse con mano propia, algo que no hace ninguna fuerza que tenga convicción de gobierno y de poder.

En estas condiciones, el debate que le espera a la propuesta presentada por los presidentes de Brasil y Colombia es largo y complejo, ¿estará dispuesta a ello la oposición, y la inconforme sociedad venezolana, sabiendo que el tiempo y las condiciones que la misma trae es un tanque de oxígeno para el madurismo?

Información adicional

Autor/a: Juan Espinosa
País: Venezuela
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo

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