El presidente ucraniano está dispuesto a compartir con EEUU los recursos minerales estratégicos del país si el inquilino de la Casa Blanca relega a Rusia en las negociaciones para detener la guerra.
Madrid-10/02/2025
La Conferencia de Seguridad de Múnich que se reúne esta semana tiene como prioridad en su agenda la búsqueda de una salida pacífica a la guerra de Ucrania. Pero el asunto no es fácil y Ucrania parte en clara desventaja. Está perdiendo el conflicto y podría tener que renunciar a una quinta parte de su territorio. La proximidad entre los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y Rusia, Vladímir Putin, agrega inquietud a la crisis, de la que cualquier salida parece posible.
Por eso, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, está dispuesto a todo para no perder baza en unas eventuales negociaciones de paz. Hasta el punto de ofrecer en bandeja a EEUU los minerales estratégicos de Ucrania, incluidas las llamadas “tierras raras”, base de la tecnología más avanzada y claves para la fabricación de armamento. También ofreció la explotación conjunta de los yacimientos de hierro, carbón, titanio y uranio.
“¡Traed vuestras empresas y explotemos juntos nuestros recursos!”
“He dicho a nuestros socios estadounidenses: invertid en Ucrania. Traed vuestras empresas. Trabajad con nosotros. Desarrollemos juntos estos recursos”, afirmó el líder ucraniano en la red social X. Zelenski apostó por convertir a Ucrania en un “socio estratégico líder” de EEUU Trump ya reclamó la semana pasada a Kiev la explotación de tierras raras y otros minerales estratégicos a cambio de seguir suministrándole armas.
El presidente ucraniano subrayó que quiere alcanzar cuanto antes un acuerdo de paz que evite que esos recursos caigan en manos de Rusia (que ha invadido ya importantes zonas mineras del este del país) y, además, garantice la seguridad a Ucrania. No mencionó a la OTAN, que era hasta ahora una exigencia ucraniana para sentarse a la mesa de negoción con Rusia.
La entrada en la OTAN parece descartada ya y no solo por la oposición que ha mostrado el propio Trump. El canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, y su rival conservador y favorito para las elecciones del 23 de febrero, Friedrich Merz, rechazaron este domingo de pleno la adhesión de Ucrania a la Alianza.
Aunque ambos políticos alemanes han prometido su apoyo a Ucrania, subrayan que no es el momento para su ingreso en la OTAN. Este posicionamiento tiene mucha importancia en este momento, a pocos días de la Conferencia de Seguridad de Múnich, ante una inminente reunión entre Trump y Zelenski, y tras la confirmación por el presidente estadounidense de que ya está hablando con Putin.
Trump dice que ya ha hablado con Putin
La semana pasada, Trump mencionó la posibilidad de verse esta semana las caras con Zelenski, sin confirmar si sería en EEUU o por llamada telefónica. También dijo que ya había hablado con Putin. El Kremlin no quiso confirmar esta circunstancia, aunque reconoció que los preparativos para un encuentro entre los presidentes ruso y estadounidenses se encontraban en una “fase avanzada”.
“Los canales de comunicación existen, no están cerrados y funcionan“, pero aún no hay acuerdos sobre contactos “al más alto nivel” para determinar cuándo se producirá la cumbre también mencionada por Trump entre los presidentes de EEUU y Rusia, ha aseverado este lunes el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov.
La respuesta, en Múnich
La Conferencia de Seguridad de Múnich celebrará su reunión de este año entre el 14 y el 16 de febrero, con la guerra de Ucrania entre las prioridades de su agenda. Zelenski encabezará la delegación ucraniana y está previsto que asista el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, y el enviado especial de Trump para Ucrania y Rusia, Keith Kellogg.
“Creo que pocas veces habíamos llegado a una Conferencia de Seguridad en una situación tan tensa si se miran los conflictos que hay actualmente en el mundo. Para encontrar una situación parecida habría que remontarnos a los comienzos de la Conferencia de Seguridad (en 1963) y a la crisis de Cuba o la construcción del muro de Berlín”, dijo este lunes Christoph Heusgen, director del encuentro.
La Conferencia de Seguridad de Múnich es un foro independiente que, con el lema “Paz a través del diálogo”, debate temas de seguridad internacional, defensa y política exterior. Es uno de los mayores encuentros del mundo de este tipo y en esta ocasión se espera la participación de cerca de 60 jefes de Estado y Gobierno, y de un centenar de ministros.
Kiev ya ha indicado que Zelenski expondrá en Múnich los puntos indispensables para poner fin a la contienda. El jefe de la Oficina Presidencial ucraniana, Andriy Yermak, explicó que se está “cerca de terminar esta guerra con una paz justa y duradera”, y pidió que se impidiera a Rusia dividir a los socios de Ucrania.
¿Cuánto vale la oferta de Zelenski a Trump?
Ahora el problema que se le plantea a Zelenski es que Trump valore en su justo término el alcance de la oferta ucraniana sobre esos recursos estratégicos muy valiosos para el hegemonismo tecnológico estadounidense. Sobre todo, si, por lo visto, buena parte de los yacimientos, especialmente los de tierras raras, están en ya en manos rusas.
En X, Zelenski explicó que Rusia pretende hacerse con el control de todas esas reservas de minerales estratégicos, componentes esenciales de tecnologías utilizadas para fabricar teléfonos móviles, automóviles eléctricos y armamento, en concreto drones y misiles. “Si no actuamos ahora, estos recursos no solo se emplearán contra Ucrania, sino que podrían usarse contra EEUU y Europa“, advirtió.
Según el presidente ucraniano, las regiones de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, y Donetsk, en el este, tienen grandes reservas de tierras raras, mientras que en el sur y centro del país hay enormes depósitos de hierro y las mayores concentraciones de Titanio de Europa. También las zonas ocupadas por Rusia en Donetsk y la vecina Lugansk se encuentran algunas de las principales reservas de antracita de Ucrania.
Las imparables victorias rusas en el frente de Donetsk, la toma casi completa de Lugansk y la presión en Zaporiyia y otras líneas de batalla no ayudan desde luego a que Trump vea con mucho entusiasmo la oferta de Zelenski.
Ucrania, un jugoso botín, como Groenlandia o el canal de Panamá
La ha repetido Mijailo Podoliak, asesor de la Oficina Presidencial de Ucrania, quien quiso llamar si cabe más la atención empresarial de Trump al subrayar el valor estratégico de Ucrania gracias también a su posición geográfica, en la conjunción de Asia y Europa.
En este sentido, Podoliak mencionó el interés chino en la guerra y la comprensión de Ucrania ante las preocupaciones de Washington por la rivalidad que plantea Pekín. Y, en un paso que subrayó la plena aquiescencia de Kiev con la diplomacia agresiva de “la nueva Casa Blanca”, Podoliak dijo entender las apuestas geopolíticas que está haciendo el presidente estadounidense caiga quien caiga.
“No debe extrañar que la Administración Trump se haya marcado el objetivo de controlar las rutas que pasan por Groenlandia, por el Canal de Panamá y por el Pasaje de Drake (entre el Cabo de Hornos y la Antártida)”, dijo el asesor presidencial ucraniano, en una muestra más de pleitesía a Washington.
Zelenski, más trumpista que Trump
Con la nueva estrategia de Zelenski y sus acólitos, Ucrania apuesta no tanto por ser el escudo de Europa ante Rusia o el campo de batalla donde se defienden las democracias europeas del totalitarismo ruso, como defendía hasta no hace tanto, sino por convertirse en la cabeza de puente de EEUU en el viejo continente.
La oferta de Zelenski a Trump para gestionar juntos la explotación de los metales estratégicos ucranianos apunta en este sentido, al igual que la propuesta que hizo el presidente de Ucrania hace unos meses para convertir al ejército ucraniano en la armada adelantada de EEUU en Europa. Ahora lo repitió Zelenski, incidiendo en la “preparación” que estos años de confrontación contra Rusia han dado a Ucrania, por ejemplo, en la guerra de drones.
En realidad esta propuesta no es disparatada si se recuerda el papel fundamental que tuvo Washington en 2014 en la llamada revolución de Maidán, en Kiev, en la defenestración del entonces presidente ucraniano prorruso, Viktor Yanukóvich, y en la ofensiva militar contra las fuerzas prorrusas del Donbás, acontecimientos que tuvieron como reacción, ese mismo año, la anexión ilegal rusa de la península de Crimea y el apoyo directo de Moscú a los separatistas de Donetsk y Lugansk, antecedentes todos ellos de la actual contienda.
La victoria de Trump en las elecciones estadounidenses de noviembre del año pasado determinó el golpe de timón de la Administración Zelenski hacia un trumpismo que no fue contestado con igual entusiasmo por parte del que sería nombrado nuevo presidente de Estados Unidos.
Aunque Trump ya no afirma que Zelenski es el mejor “vendedor” de Europa, por la rapidez con la que todo el viejo continente compró su discurso a cambio de decenas de miles de millones de euros en ayuda y armas, ni tampoco repite que acabará con la guerra en Ucrania en 24 horas, el líder estadounidense está dejando claro que sólo hará lo que su espíritu de mercachifle le dicte.
¿Una cumbre de superpotencias?
Y entre sus planes para Ucrania, que podrían por fin ser revelados esta semana en la Conferencia de Seguridad de Múnich, podría estar una gran cumbre entre superpotencias con Putin de interlocutor y Zelenski de convidado de piedra, lo que sería el final político del presidente ucraniano. De ahí la celeridad con la que está poniendo en venta el patrimonio ucraniano tratando de conseguir la palmadita en la espalda de Trump.
Las palabras que ha pronunciado este lunes Riabkov apuntan a cierta connivencia en la sombra entre Trump y Putin, sensación que incrementa el anuncio del presidente estadounidense de que ya ha hablado con el ruso y que se espera un anuncio importante.
“El equipo de Trump, pese a las contradicciones existentes en las posiciones declaradas por él mismo y sus partidarios, al menos expresa un interés en restablecer el diálogo con Rusia interrumpido por los demócratas”, ha afirmado el viceministro ruso.
Y ha añadido que la vuelta de Trump a la Casa Blanca “representa un hito en la política interna de EEUU y, claro está, el surgimiento de un muchos factores y detalles nuevos en la política exterior” de Washington. Entre ellos podría estar la firma de la paz con Rusia y no tanto con Ucrania.
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