Ante la “reiterada violación de los derechos de los maestros y la burla a los acuerdos firmados con el gobierno”, la Junta Nacional de la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, convocó a un paro nacional que en principio será de tres días (de hoy martes hasta el jueves), y su levantamiento dependerá de los compromisos concretos y la voluntad política del gobierno para solucionar los problemas acuciantes del magisterio, en especial la mejora sustancial del deficiente servicio de salud y el pago de las multimillonarias deudas acumuladas.
Óver Dorado, segundo vicepresidente de Fecode, en diálogo con esta agencia señaló que en las conversaciones con el gobierno en los últimos días ha habido avances, pero no los suficientes como para desistir de la orden del paro. “Podemos llegar a un acuerdo si el gobierno se compromete a darle salida a los problemas con plazos y asignaciones presupuestales determinadas”, señaló.
La protesta la adelantan más de 300 mil docentes del sector público y afecta a unos 8 millones de niños y jóvenes, quienes no tendrán clases durante los tres días del paro, el cual incluye marchas y movilizaciones en las ciudades, tomas emblemáticas, entrega de pliegos de peticiones a alcaldes y gobernadores, y actividades políticas y culturales, acciones éstas en las que los maestros estarán acompañados por el movimiento estudiantil universitario aglutinado en la MANE.
Para el jueves se tiene prevista la que han llamado la “Toma de Bogotá”, que servirá para calibrar el estado del movimiento y la correlación de fuerza, y para que la Junta Nacional de Fecode evalúe las soluciones efectivas propuestas por el gobierno y determine si el paro continúa o se levanta.
Son varios y complejos los problemas que afronta el magisterio y que lo motiva al cese de actividades, unos sin solución desde hace años y otros como producto de incumplimientos de acuerdos suscritos con el gobierno en años recientes. El magisterio representado por Fecode ha venido insistiendo en su solución y le ha propuesto al Gobierno fórmulas de arreglo, pero hasta ahora lo que ha obtenido, según Óver Dorado, son maniobras dilatorias e incumplimientos.
Servicio de salud en crisis
Para Dorado lo que hoy está en juego es la dignificación de la profesión docente, y en tal sentido el tema de la prestación del servicio médico al educador y su grupo familiar es esencial. Es un servicio que para los maestros está establecido en un régimen especial, pero cuya calidad deja mucho que desear.
Fecode exige que los contratistas del servicio de salud amplíen sus plantas de médicos, especialistas, centros de atención y de urgencias, y que se rebajen las cotizaciones, que son de las más altas del sistema.
“Hay represamiento de cirugías, de citas con especialistas y de tratamientos de alto costo. La deuda con las entidades prestadoras ascienda a $160 mil millones y los contratistas no les están pagando a los proveedores, todo seguramente con la intención de desprestigiar el régimen especial de salud de los maestros y por esa vía llevarnos al régimen de Ley 100”, puntualizó el directivo de Fecode, quien puso como el ejemplo el caso de Antioquia, donde hay 23 hospitales cerrados por la crisis de la red pública hospitalaria, en municipios donde éstos hospitales son las únicas entidades que les prestan el servicio.
Otra preocupación de Fecode es que los dineros de la salud vayan a parar al pago de cesantías y jubilaciones, punto clave en la negociación porque la intención del gobierno, asegura, es quebrar el Fondo para entregarlo a los fondos privados.
Deudas multibillonarias
En el tema de las deudas que los sucesivos gobiernos han acumulado con el magisterio, la situación es abrumadora. La deuda con el Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio es exorbitante: ya asciende a $88 billones ($75 billones como deuda de la Nación y $13 billones de las entidades territoriales).
Y las deudas laborales acumuladas en los últimos diez a docentes y personal administrativo, por concepto de primas (extralegales, sitios de difícil acceso, homologación, entre otras) y otros rubros, asciende a $800 mil millones. Por lo pronto, el gobierno se comprometió a pagar $160 mil millones en este mes de septiembre.
Según Fecode, la Nación debe asumir el pago directo de la prima de servicios, sin demandas, haciendo el traslado presupuestal que se requiera, y reconociendo el retroactivo que bajo su responsabilidad dejó de pagar al magisterio.
Libertad sindical amenazada
También está el tema de la libertad sindical y el derecho de asociación, que Fecode ve amenazado porque el decreto 1278, que rige para los maestros contratados a partir del año 2002, desestimula la vinculación de los maestros nuevos a las actividades sindicales, toda vez que a éstos no se les puede hacer evaluación de desempeño durante el tiempo que estén en misión sindical, y así pierden la posibilidad de ascensos y reubicación salarial.
“Ese tema lo negociamos hace dos años, y lo volvimos a negociar este año, y en ninguna se ha cumplido”, aseguró Óver Dorado.
El Estatuto Único y otros reclamos
El lento trámite de la negociación del nuevo Estatuto Único, una vieja aspiración del movimiento sindical del magisterio, también está hoy en el ojo del huracán de la protesta de los docentes del sector público.
La negociación de este estatuto está en manos de una Comisión Tripartita, y uno de los acuerdos firmados este año entre el gobierno y Fecode establece que la comisión le ponga el “acelerador” a la negociación, pero en la práctica ésta no avanza.
La defensa de la educación pública como un derecho fundamental, ha sido también transversal en la agenda de lucha de los maestros colombianos en las últimas dos décadas, y en esa reivindicación coinciden con la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, MANE. Fecode busca que se eliminen las concesiones, contrataciones y administraciones por medio de las cuales se entrega a particulares la educación pública estatal, convertida en simple “servicio educativo”.
Como también exige la modificación de los parámetros de relación estudiante-docente-aula; el respeto a la jornada laboral, la autonomía y la libertad de cátedra; y que se elimine el acoso laboral contra los docentes y otros trabajadores de la educación.
Y finalmente, Fecode exige que no haya retaliaciones contra quienes participen en el actual paro, el cual sólo puede levantarse con la firma de ese punto.
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