Cuando en Túnez la gente salió a la calle para echar a Zine El Abidine Ben Alí reclamaban “dignidad”, emblema de la Primavera Árabe. Dos años después, mientras se redacta la nueva Constitución, el gobierno islamista de Ennahda persigue los mismos objetivos que su antecesor: desarrollar el modelo económica que exige el FMI y seguir con la aplicación de planes de austeridad. Público ha tenido acceso en Túnez a través de una fuente que quiere permanecer en el anonimato a un documento “estrictamente confidencial” en el que el Gobierno envía un memorándum de políticas económicas y financieras a la Directora General del FMI, Christine Lagarde. En él se responde a las exigencias de la institución internacional planteando las reformas y recortes previstos para el próximo año.
De espaldas a la aprobación democrática, el gobierno de Ennahda, para llevar a cabo las reformas, solicita al FMI 1.320 millones de euros. “En caso de desembolso, las franjas desbloqueadas se reembolsan trimestralmente sobre 5 años a partir de la fecha de su desembolso con un plazo de gracia de 3 años y medio”, aseguran a continuación. Según las mismas fuentes, el memorándum respondería punto por punto a lo exigido y pactado previamente con el FMI bajo amenaza de éste de tomar medidas para “ahogar económicamente al país”. También lo piensa el conjunto del Frente Popular, la agrupación de todos los partidos de izquierda y la principal fuerza de oposición, que ve en estos planes un intento de paralizar la revolución del 14 de enero de 2011.
A cambio, el ejecutivo se compromete a seguir las líneas de política económica que han caracterizado a la institución internacional desde su nacimiento: desmantelamiento de servicios sociales públicos, privatizaciones, “flexibilización” del mercado laboral, contención del gasto y favorecer a las grandes compañías: “Nuestro programa de reformas estructurales se centra en mejorar el clima de negocios y la promoción de un sector privado competitivo”, dice el memorándum textualmente.
En la primera parte del documento, firmada por el Gobernador del Banco Central de Túnez, Chedly Ayari, y el ministro de Finanzas, Elyes Fakhfakh, comienzan asegurando que la prioridad inmediata de su gobierno es “relanzar la actividad económica y crear un clima de estabilidad y confianza que revitalizaría la inversión y el papel del sector privado”. En este marco, para “proseguir con el programa de reformas estructurales”, piden “el apoyo del FMI”, el cual hará un seguimiento del programa asegurado por revistas trimestrales. Y aseguran: “permanecemos vigilantes y dispuestos a tomar toda medida suplementaria que se comprobara necesaria para lograr tales objetivos. Consultaremos los servicios del FMI sobre la adopción de estas medidas, y con anticipación a toda revisión de las políticas macroeconómicas contenidas en este memorándum, conforme a las políticas de consultaciones del FMI. Todas las informaciones y datos necesarios para el seguimiento del programa se proporcionarán a los servicios del FMI”.
A continuación, se desarrolla todo un análisis sobre la situación económica y política de Túnez en el momento actual, las reformas llevadas a cabo en el último año y cuáles serán las políticas a desarrollar en los próximos dos años. Al igual que las recetas enviadas por el FMI al sur de Europa, el documento hace hincapié en la necesidad de ajuste presupuestario al mismo tiempo que prevé inyecciones de capital al sistema bancario.
Además, mientras se prevén todo tipo de recortes para ajustar el déficit no se hace mención a la deuda que tiene contraída el país árabe y que es una de las losas para su desarrollo. Una deuda que “ha sido contraída por un régimen dictatorial, por lo que no solamente es ilegítima sino que es odiosa. Se trata de una deuda pública externa hacia acreedores que son tanto países como el FMI y acreedores privados que han sido cómplices de Ben Alí”, aseguraba desde Túnez Éric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de la Deuda en el Tercer Mundo (CADTM). En la misma entrevista, Toussaint recordaba que la estrategia que sigue el FMI es “otorgar créditos para comprometer a los nuevos gobiernos con acuerdos que refuerzan el modelo neoliberal que implica seguir precarizando el mercado de trabajo”.
La última página del memorándum recoge una agenda con las medidas concretas que va a tomar el gobierno mes por mes y cuál es el objetivo que persigue con cada una de ellas. Un calendario que según la oposición y la fuente que ha aportado el documento sería el que ha exigido directamente la institución que dirige Lagarde.
Algunas de las medidas de un calendario de corte neoliberal
– Aumentar los precios de los combustibles durante 2013.
– Adopción por parte del Consejo de Ministros de la orientación estratégica sobre el futuro rol del Estado en el sistema bancario en función de las auditorías de los bancos públicos.
– Adopción de una nueva circular que elimine la capitalización de las tasas de interés de los depósitos cuyo vencimiento sea superior a un año.
– La retirada por parte del Banco Central de Túnez de las medidas de restricción de las importaciones.
– Aprobación en el Consejo de Ministros de una nueva fórmula de fijación automática de los precios de la energía.
Por LUIS GIMÉNEZ SAN MIGUELTúnez / Madrid04/04/2013 07:00 Actualizado: 04/04/2013
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