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La economía cubana ante el cambio de Gobierno

La economía cubana ante el cambio de Gobierno

El nuevo poder ejecutivo que se formará a partir del 19 de abril próximo estará conformado por personas que nacieron después de la revolución y que por ende no cuentan con la legitimidad histórica de quienes lucharon en la Sierra Maestra.

 El Presidente Raúl Castro llega al fin de su mandato sin haber logrado aplicar el 75% de las reformas aprobadas por el Parlamento, por el Partido Comunista (PCC) y por la población, en asambleas de debate barrial. Deja en manos del nuevo mandatario problemas tan complejos como la unificación de la moneda o la apertura de la empresa privada. 

“El periodo de Raúl Castro no ha generado el crecimiento económico que proclamó, pero los cambios en la sociedad no han sido menores. La expansión de derechos de propiedad, religión, acceso a internet y viajes de los últimos años han producido una cultura política mucho más vocal, plural y menos controlable por el partido-Estado”, es el balance del profesor cubanoamericano Arturo López Levi.

Durante el último año, los cambios se han paralizado, no hay nuevas aperturas, no se entregan más licencias de autónomos para abrir hostales o restaurantes, se congeló la creación de cooperativas y no existe un mecanismo para legalizar las pymes, a pesar de que el propio Raúl Castro aseguró en el Congreso del PCC que serían autorizadas, dentro del plan de reestructuración económica.

La unificación monetaria es el siguiente desafío que se enfrenta la economía: entre las dos monedas existen cinco tasas de cambio diferentes. Según el doctor en economía cubano Juan Triana, cuando se dé ese paso quebrarán el 60% de las empresas estatales, que hoy importan sus insumos gracias a una tasa de cambio más favorable. El también economista y profesor Pavel Vidal cree que, a pesar de todo, la única salida es “desmantelar toda la estructura productiva e instituciones que han mostrado su inefectividad por décadas”. Sin embargo, el cierre de estas empresas deficitarias provocaría un mínimo de 1,5 millones de desocupados.

Durante los últimos meses las autoridades han recalcado que no permitirán la acumulación de riquezas. “El asunto es que no me dejan crecer más, tengo una fábrica de 10 000 m2 y 300 obreros”, afirma un empresario y agrega que “la inversión que tenía prevista en Cuba tuve que realizarla en Ecuador”.

Los sectores más ortodoxos temen que las reformas lleven hacia el capitalismo y se oponen a estos cambios. La retirada de Raúl Castro del Gobierno conllevará a la salida del grupo más reacio a las transformaciones y podría dejar las manos libres al nuevo presidente y su equipo para acelerar las reformas. El ex diplomático cubano Carlos Alzugaray cree que “Raúl dejará que Díaz Canel, o quien sea electo, actúe con la menor interferencia posible” desde el PCC, donde se concentrarán los dirigentes de históricos.

El cubano de a pie se limita a juzgar al Gobierno en su conjunto por no haber alcanzado la prosperidad prometida. Raúl Castro eliminó las trabas para viajar, generalizó el uso de internet, multiplicó por cinco el número de autónomos, permitió el acceso de los cubanos a los hoteles de turismo y autorizó la compraventa de casas, a pesar de lo cual Betsy, una joven de 20 años, asegura que no ve “nada destacable en su gestión”. Para le gente común, el tema económico es clave a la hora de realizar un juicio.

Los daños causados por el Bloqueo de los EE UU parece un tema ya gastado a los ojos de los cubanos aunque la intensificación del mismo durante 2017 haya afectado duramente la económica nacional y la de los pequeños empresarios en particular. El miedo sembrado por la administración Trump a viajar a Cuba redujo el número de turistas estadounidenses, una buena parte de los cuales llegaban por Airbnb para hospedarse en casa particulares y comer en restaurantes privados.

Trump dispara al corazón de la industria más dinámica de la isla —15% de crecimiento anual— buscando hacer el mayor daño económico y social posible. En esencia mantiene el fundamento del embargo descrito en un documento del Departamento de Estado el 6 de abril de 1960: “… debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. (…) Una línea de acción que tuviera el mayor impacto es negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

El nuevo poder ejecutivo que se formará a partir del 19 de abril próximo estará conformado por personas que nacieron después de la revolución y que por ende no cuentan con la legitimidad histórica de quienes lucharon en la Sierra Maestra. El profesor López Levi considera que “el nuevo liderazgo depende más de una legitimidad por gestión, medida en estabilidad social, seguridad pública, crecimiento económico y mejoría del bienestar de la población”. Pavel Vidal agrega que el próximo presidente cubano “necesitará convencer de que tiene la autoridad y la disposición para completar los objetivos trazados y profundizar el proceso de reformas económicas, sobreponiéndose a las fuerzas internas que se resisten a los cambios”.

 

Fernando Ravsberg
La Habana (Cuba)

publicado
2018-03-31 06:00:00

Información adicional

Autor/a: Fernando Ravsberg
País: Cuba
Región: El Caribe
Fuente: El Salto

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