Aprobado ya el nuevo órgano legislativo, entramos en otra fase que, previsiblemente, será muy similar a esta-
La política venezolana es aquello que ocurre mientras que un periodista realiza el recorrido este-oeste en mototaxi tantas veces que se siente como una pelota de ping pong rebotando entre raqueta y raqueta. Ayer, nueva jornada decisiva. Otra vez, Caracas rota en dos. Nada que no hayan leído en los últimos días. Seguro que adivinan la división, pero se la recuerdo. En el oeste, partidarios de Nicolás Maduro celebrando la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. Tremenda rumba. En el este, opositores recibiendo gases lacrimógenos y clamando contra una iniciativa del Gobierno que ya es un hecho. Básicamente, la misma parafernalia de las últimas semanas. Aprobado ya el nuevo órgano legislativo, entramos en otra fase que, previsiblemente, será muy similar a esta. Al final, “la constituyente fue”, el Ejecutivo no cayó y el dólar sigue subiendo en el mercado negro. Ayer, 18.000 bolívares.
Una de las grandes virtudes del chavismo es las rumbas que monta. Cada mitin, manifestación, acto o convocatoria es un fiestón, con camiones atronando las canciones revolucionarias, gente bailando y los tragos fluyendo generosamente. Ayer no fue diferente. No todos los días se monta una constituyente, así que era necesario exhibir músculo. Por eso, desde primera hora, el centro de Caracas era una especie de ruidosa “free party” con camisetas rojas. Un escenario bien distinto al del este, donde nos acercaremos luego y en el que volaban los botes de humo.
La de la calle y la movilización para arropar a la asamblea es la parte, digamos, folklórica. En la asamblea, sin embargo, se desarrollaba la institucional. Desde el punto de la mañana, los 545 delegados tomaban posesión de su puesto e inauguraban el período constituyente. Se esperaba que los diputados opositores, los que fueron elegidos en 2015 y configuran una mayoría declarada en desacato por el Tribunal Superior de Justicia, se atrincherasen en el Palacio Federal Legislativo. No lo intentaron. Cuando llegaron los asambleístas con cuadros de Hugo Chávez y Simón Bolívar, tal y como había anunciado Diosdado Cabello hace dos semanas, el hemiciclo estaba vacío. También es verdad que en las últimas jornadas la Guardia Nacional se había desplegado en la zona, por lo que quizás tampoco hubiesen podido entrar.
Primera clave del día. Delcy Rodríguez, excanciller, es la elegida para presidir la asamblea. Una figura amable, interlocutora en la negociación con los opositores auspiciada por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, y con capacidad para dialogar con la Mesa de la Unidad Democrática. Habrá que ver para qué le sirve eso, ya que los opositores no están presentes en este órgano, donde únicamente hay diputados chavistas. Su discurso no aportó novedades (llamamiento al diálogo, advertencias a la oposición), más allá de anunciar que hoy se celebrará la primera sesión.
Segunda clave. Por el momento no habrá la imagen de diputados opositores siendo sacados por la fuerza del palacio legislativo. Existía la duda sobre qué haría la constituyente con la asamblea de 2015, si ordenaría su disolución. No por ahora. Así que convivirán las dos cámaras. Claro, que la recién elegida tiene un estatus superior, ya que se ubica por encima del poder de todo resto de las instituciones. Además, cabe recordar que la asamblea ordinaria estaba ya declarada en desacato por el Tribunal Supremo de Justicia, lo que le convertía en un ente sin funcionalidad práctica.
“Esto va a unir la esperanza y la fortaleza de tener propuestas de los distintos grupos de la sociedad venezolana. Esta es una oportunidad para expresar lo que queremos alcanzar”. Andrea Sánchez participaba en la caravana hacia la asamblea y ponía énfasis en una idea: no buscar revanchismos. En la calle, los partidarios del presidente, Nicolás Maduro, dan por seguro que salen de esta crisis. Así que ya están gestionando el “post”, es decir, cómo relacionarse con una oposición que sigue en la calle pero a la que se le ha ofrecido una salida: participar en las elecciones a gobernadores del 10 de diciembre.
Ese es uno de los grandes debates que se mantienen en el otro lado de la ciudad. Son las 14.00 horas y Altamira registra una entrada floja. Es cierto que hay más manifestantes que en jornadas previas, pero no es la multitud que se congregó en las primeras jornadas de protestas, allá por mayo. Hay desazón. Llevan semanas asegurando que “la constituyente no va” y han terminado por comprobar que para frenar a un Estado se necesita más que anhelos. Por eso, se revuelven unos contra otros. “La calle se enfrió un poco desde el domingo. Hoy se espera que activemos un poco la calle, pero hay descontento con algunas de las directrices de los partidos opositores, lo que está provocando apatía”. Rubén Darío Gil es uno de estos personajes peculiares que surgen en torno a las protestas. Muestra sus heridas de guerra y reconoce que hoy no podrá marchar por un golpe recibido hace unos días. No se corta en cuestionar a sus dirigentes. “Hay una cierta sensación de traición por parte de la militancia”, afirma. En su opinión, las dudas sobre presentarse o no a las elecciones a gobernadores de diciembre está matando al movimiento.
Quienes sí que están enfadados con esta idea son los jóvenes pertenecientes a la denominada “resistencia”, chavales que han sido utilizados como ariete en primera línea pero ahora se sienten abandonados. “No hay liderazgo. Hay discusiones internas en la MUD, a partir de las elecciones a la constituyente parece que se disolvieron, falta liderazgo”, aseguraba un chaval con capucha que, obviamente, no quería ser identificado.
En realidad, tanto Gil como el adolescente embozado se equivocaban. Minutos después irrumpiría en la plaza un bloque de manifestantes donde se encontraban los opositores más conocidos. Ahí estaba Carlos Ocariz, alcalde del municipio Sucre, o Freddy Guevara, vicepresidente de la Asamblea Nacional y quien ejerce de “pitbull” ante el encarcelamiento de Leopoldo López. El objetivo de la marcha era llegar a la sede de la asamblea. Aunque ya sabían que no lo harían. La dinámica no ha cambiado desde hace meses. La oposición convoca una protesta desde el este hacia el oeste, la Guardia Nacional Bolivariana monta un cordón, la dispersa y los opositores ni se acercan. Así ocurrió ayer en la avenida Francisco Miranda, en Chacaíto, que es algo así como la frontera imaginaria que une los barrios opositores con los más proclives al chavismo. Hay una parte de la que no suele hablarse. Opositores y chavistas se tienen ganas y es mejor no pensar qué ocurriría si, en lugar de interceptar la manifestación, los uniformados permitiesen que ambos bloques chocasen en el centro de Caracas.
Superada la enésima jornada decisiva, queda esperar qué se decidirá hoy en la primera sesión de la asamblea constituyente. Ahí comenzarán a verse prioridades. Por el lado opositor, será el lunes, con la apertura de las candidaturas para los comicios, el día clave. La crisis está lejos de resolverse así que nos espera una larga temporada con jornadas clave como la de ayer.
Caracas
05/08/2017 11:30 Actualizado: 05/08/2017 11:30
Alberto Pradilla
Los 500 asambleístas sesionaron en la Legislatura venezolana; Delcy Rodríguez fue elegida presidenta del cuerpo
La Asamblea Nacional Constituyente quedó instalada
Página12
La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela quedó formalmente instalada ayer como órgano plenipotenciario, con integrantes únicamente del oficialismo y la ex canciller Delcy Rodríguez como titular.
“Se ha instalado una Asamblea Nacional Constituyente con poder para actuar. Empezaremos a actuar desde mañana. No se sorprendan”, aseguró en su discurso Rodríguez, de 48 años, quien tomó juramento como presidenta, vestida de rojo, con una bandera venezolana en la mano y la Carta Magna que se va a cambiar. Con un gran retrato del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) y del libertador Simón Bolívar, Rodríguez ingresó, con el dirigente Diosdado Cabello y la primera dama Cilia Flores (también asambleístas), al salón elíptico del Palacio Legislativo, ante los asambleístas elegidos y la plana mayor del chavismo.
Éste órgano plenipotenciario se instaló y comenzará a sesionar hoy por tiempo indefinido, en el salón elíptico frente al hemiciclo donde realiza sus debates el Parlamento de mayoría opositora. Según Maduro, su Constituyente sacará al país petrolero de la profunda crisis económica que agobia a los venezolanos. Los partidarios del presidente celebraban en las calles céntricas de Caracas la puesta en marcha de la asamblea constituyente.
Los 500 asambleístas entraron a la sede con rosas rojas, al canto de “volvió, volvió”, festejando el regreso del chavismo a la Asamblea tras el triunfo parlamentario opositor en el 2015. Una vez dentro, se escuchó la versión del himno nacional interpretado por Chávez, una grabación que acompaña la mayoría de los actos oficialistas. En los alrededores del palacio, camiones con música y militantes y simpatizantes oficialistas con camisetas rojas esperaron para ver la llegada de los integrantes del nuevo cuerpo.
El asambleísta Fernando Soto Rojas encabezó el acto de instalación. “Debe constituirse el Estado para liberar a la nación de toda dominación, opresión, explotación extranjera y de la burguesía nacional”, remarcó Soto Rojas. Después, a propuesta de Cabello y con el voto unánime de los constituyentes presentes, la ex canciller Rodríguez fue elegida titular del cuerpo, mientras que el ex vicepresidente Aristóbulo Istúriz y la ex fiscal Isaías Rodríguez serán los número dos y tres, respectivamente, de la Asamblea. Un rato antes, un tribunal había declarado nula la solicitud del Ministerio Público (MP) de anular la instalación de la Constituyente. “El pueblo hoy regresa a la Asamblea de donde no tenía que salir”, dijo Euclides Vivas, de 72 años, con un distintivo en el pecho que rezaba “No al fascismo”, en una marcha de simpatizantes del gobierno en las afueras del Legislativo.
“¿Juran ustedes defendernos de las agresiones imperialistas, de la derecha traidora?”, preguntó retóricamente Rodríguez a los diputados. Un poco más tarde, en su discurso inicial, la presidenta de la Constituyente pidió a sus colegas agradecer al convocante “Nicolás Maduro, que hoy se hizo gigante”. Maduro no asistió al evento, en un gesto para escenificar la soberanía e independencia de la nueva Asamblea frente a los poderes constituidos. “Vinimos aquí no a destruir nuestra Constitución, sino a eliminar todos los obstáculos que nos han impedido materializar algunos de sus avances”, aseguró Rodríguez. Con ello no sólo ratifica el propósito de arrase de la resistencia que anima este proceso, sino que, sobre todo, responde las críticas de sectores disidentes del chavismo que tomaron distancia pública de la Constituyente, señalando que se pretende aniquilar la Constitución original del ex presidente Chávez (la vigente, que es de 1999) para perpetuar en el poder a Maduro.
Rodríguez advirtió también a la oposición que esta Constituyente llegó para hacer justicia, puntualizando que sus líderes correrán con las consecuencias si no se deciden a hacer acción política. Dijo que desde el sábado empezarán a tomar medidas: “No se sorprendan porque ya llegó el poder Constituyente”. Por su parte, Soto Rojas, que fue presidente del Parlamento antes de la victoria por mayoría absoluta de la oposición, adelantó que la Constituyente avanzará hacia la construcción de una sociedad sin clases sociales y unos medios de producción regidos por los principios de justa distribución de los bienes y servicios. En su discurso, Rodríguez además advirtió a los dirigentes de la oposición, calificándolos de fascistas, que les llegará la justicia. “A la derecha violenta: Si no toma el camino democrático y de la acción política, se impondrá la justicia”, aseguró.
A su vez, la ex canciller afirmó que esta asamblea logró romper la fase más oscura de la dictadura que desde la derecha trataba de impedir el derecho al voto y el derecho al libre tránsito, en referencia a los cortes de calles promovidos por la oposición para protestar contra la Constituyente. Rodríguez recrimina a la oposición ser un grupo minoritario que busca una restauración neoliberal a costa y al precio que sea y dice que esparce ideas falsas sobre lo que ocurre en el país: “En Venezuela no hay hambre, en Venezuela hay voluntad, aquí no hay crisis humanitaria, aquí hay amor”, señaló.
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