Entrevista a Jorge Ramos, estrella de Univision y uno de los periodistas más influyentes de EE UU.
Durante la campaña electoral, Donald Trump le expulsó de una rueda de prensa por preguntar sobre la inmigración; este viernes recibirá en Medellín el premio a la excelencia de la Fundación Gabriel García Márquez
Jorge Ramos no da una noticia por perdida. Buen jugador de tenis, su mejor golpe es la intensidad, pelear las bolas hasta la extenuación. Quizás esa voluntad de hierro, trasladada a su trabajo, es lo que le ha convertido, a sus 59 años, en uno de los periodistas más influyentes de EE UU, país al que llegó con apenas 24 años procedente de Ciudad de México, su lugar de nacimiento.
“Me marché de México para poder ser periodista”, nos cuenta Ramos en Medellín, en donde recibirá hoy viernes el premio a la excelencia de la Fundación Gabriel García Márquez, durante el quinto Festival Gabo. “Estaba empezando, en un programa de televisión llamado 60 minutos, y en mi segundo o tercer reportaje me propuse hablar de la falta de democracia en México, de lo que entonces se llamaba el dedazo, que era cuando los presidentes elegían a dedo a su sucesor, y se me ocurrió criticar al presidente y entrevistar a dos grandes periodistas, uno era Carlos Monsiváis y la otra Elena Poniatowska, y entonces me dijeron que ellos no podían estar en el reportaje y además que tenía que cambiar la historia. Me negué a hacerlo. Y a esa edad creo que tomé la decisión profesional más importante de mi vida. No solo renuncié a la televisora, si no que me fui de México”.
Jorge Ramos es un personaje popular entre las audiencias televisivas hispanas de EE UU. Sus programas informativos en Univision han convertido su rostro en familiar. Siempre fue un periodista peleón, pero su salto definitivo a la fama en las televisiones de todo el mundo lo dio durante la campaña del hoy presidente Donald Trump, cuando fue expulsado de una rueda de prensa tras preguntar insistentemente al candidato por sus posiciones sobre los inmigrantes.
“Era una pregunta sobre lo que yo soy. Llegué a Estados Unidos el dos de enero de 1983 y ese país me dio las oportunidades que no tuve en México. Me trataron con extraordinaria generosidad. Llegué a Los Ángeles, que es una ciudad muy mexicana, y fui tratado con cariño y generosidad. Y todo fue así hasta que llegó Donal Trump”, dice Ramos, que goza de un enorme prestigio también entre sus compañeros de oficio. Daniel Coronell, periodista colombiano director de noticias de Univision, asegura que Jorge “es un profesional excepcional que sabe bien que no se puede ser neutral frente al racismo y a la discriminación. La neutralidad es un crimen cuando es pretexto para permitir el atropello de los más débiles. Pocos como él tienen claro el sentido del periodismo como un contra poder”.
El repunte del racismo en EE UU es preocupante, Ramos piensa que “el racismo es parte de la historia norteamericana. Estados Unidos tuvo décadas de esclavitud, seguidas por décadas de discriminación, seguidas por décadas de racismo, eso forma parte de su historia. Han luchado duramente para tratar de dejarlo a un lado, pero Trump lo que ha hecho es que le ha dado permiso a los racistas para expresar su opinión. Antes era políticamente incorrecto, ahora ya no. Si Trump hace comentarios racistas contra inmigrantes mexicanos, si hace comentarios sexistas contra las mujeres, si hace comentarios xenófobos, si eso lo hace el propio presidente, si se burla de alguien por tener problemas físicos, si insulta y le llama hijo de perra a un jugador de fútbol americano, si miente más de mil veces en lo que va de su presidencia, según el Washington Post, que puedes esperar de los otros americanos”.
Trump le expulsó de la rueda de prensa, pero ahora es el presidente, ¿Cómo lo lleva Jorge Ramos?: “He descubierto tarde en mi vida que hay momentos en los que hay que dejar a un lado la neutralidad. En los casos de racismo, discriminación, corrupción, mentiras públicas, dictaduras o violaciones de los derechos humanos, creo que los periodistas debemos tomar partido. Nuestra obligación es cuestionar a los que tienen el poder, sobre todo si entendemos el periodismo como servicio público. En esta época de casos extremos como el de Trump, el mejor periodismo se hace dejando a un lado la neutralidad”.
Desde la trinchera del periodismo en inglés, también recibe Ramos piropos. Para Marty Baron, el famoso director del Washington Post, “representa una voz inquebrantable, clara y enérgica para los hispanos en los Estados Unidos. Con su experiencia y conocimiento impresionantes, arroja luz constantemente sobre los temas más importantes en esa comunidad. Utiliza su posición como uno de los periodistas más conocidos de nuestro país para exigir dignidad y respeto a todos los que viven aquí”.
Y para Jon Lee Anderson, el gran reportero del New Yorker, Jorge Ramos “se ha convertido en una referencia del periodismo actual, no solo por su loable carrera profesional sino por su postura moral y valiente frente al racismo y las agresiones —tanto a los medios como a los inmigrantes hispanos— por parte del presidente Trump y sus seguidores. Es un símbolo vivo de la noticia verdadera frente a las fake news de Trump, que finalmente no son más que desinformación, una de las más viejas y viles artimañas de la guerra. Jorge es la antítesis de todo eso, es un defensor de los valores democráticos y de tolerancia social.
Aunque Ramos esté pendiente siempre de lo que ocurre en EE UU, nunca ha olvidado sus orígenes y sigue atento a las dolorosas circunstancias que se viven en México, por los terremotos, pero sobre todo por la violencia: “Lo más grave es que los mexicanos han normalizado la violencia, pero no es normal que te maten 87.000 personas en un sexenio, no es normal que desaparezcan 43 estudiantes hace tres años y aún no se sepa dónde están, no es normal que maten 36 periodistas y que no pase nada. México es uno de los países más peligrosos del mundo. Peña Nieto cree que todo es un problema de percepción y se equivoca. Peña Nieto es un presidente tímido, agachón. Hasta que los mexicanos no digamos basta, las cosas van a seguir empeorando. Si sigue así Peña Nieto, va a superar los 104 mil muertos de Felipe Calderón y su sexenio se va a convertir en el más sangriento de las décadas recientes”.
Pedí también opinión sobre cómo se ve la figura de Jorge desde México al periodista Daniel Moreno, fundador y director de uno de los nuevos medios más influyentes del país, Animal Político: “El trabajo de Jorge Ramos ha sido importante por varias razones. Ha dado un servicio clave para los migrantes al informarles de lo que ocurre en sus países de origen; ha sido voz para ellos, en la lucha por sus derechos, y ha usado su relevancia para ponerla a su servicio. Pero no se ha quedado ahí. En los últimos años ha sido también un periodista fundamental para documentar y denunciar lo que ocurre en México, precisamente en tiempos en los que hace falta información y voces independientes”.
Internet, las f ake news, las redes sociales: “He tenido la suerte de trabajar con muchos millenials, y ellos me han enseñado. Tengo tres millones de seguidores en Twitter y dos millones en Facebook y todos los días se plantea el dilema de si adelantarles las noticias o esperar al informativo de la televisión. Pero el dinero viene por la televisión, aunque el futuro está en pantallas cada vez más pequeñas.
Hablando de Internet, pregunto por Jorge al periodista español Borja Echevarría, responsable de las plataformas de digitales de noticias de Univision: “Jorge sabe a quién le habla y cómo hacerlo. Es directo y claro, no se recrea en sí mismo. Y además escucha mucho. Se le nota en una conversación de pasillo y esa virtud la lleva a las redes sociales, donde hoy fluye una buena parte de la conversación. También tiene una cualidad ideal para los tiempos que corren en el periodismo: mira hacia el futuro, se adapta con cierta facilidad, no parece sentir melancolía del pasado. Dice que es un dinosaurio, aunque creo que esto, que repite habitualmente, es un poco impostado. No creo que esté dispuesto a perecer y es el primero de la fila en apuntarse a innovar y a experimentar cualquier forma que le lleve a su objetivo final: conectar con la audiencia, donde sea”.
Los elogios son unánimes y le pregunto al protagonista por sus defectos, sus historias fallidas, sus debilidades: “Errores cometo todo el tiempo, sobre todo en Twitter, me equivoco casi todos los días. Por la premura y porque siempre falta contexto o haber ajustado un poco más el ángulo”.
Y no me resisto a hablar con Sabrina Zambrano, su productora, la persona que trabaja más horas y más cerca de Jorge cada día: “Es incansable. Siempre está cuando hay que estar y dónde tiene que estar. Muchas personas en la comunidad latina de los Estados Unidos sienten que no tienen voz o que son invisibles pero Jorge con sus palabras y con sus libros los hace visibles, muy visibles. No teme decir que se equivoca y nos alaba constantemente por nuestro trabajo. Me ha enseñado que las nuevas ideas y reinventarse es muy importante. Para mí Jorge ha sido mi mejor escuela, mi maestro”.
El partido toca a su fin y Jorge Ramos, menudo, fibroso, en plena forma, sigue persiguiendo la noticia desde sus ojos claros y brillantes. Además de gran periodista tiene fama de hombre bueno y solidario. A Daniel Coronell nunca se le olvidará el 31 de diciembre de 2015: “Mi hija estaba hospitalizada y todos temíamos lo peor. Nunca olvidaré que esa amarga noche vieja, Jorge llegó al hospital con un abrazo y un postre que nos endulzó la vida. Se sentó en un pasillo a jugar ajedrez con nuestro otro hijo, de 8 años para esa época, mientras los fuegos artificiales anunciaban la llegada del año nuevo”.
Por Gumersindo Lafuente – Medellín (Colombia)
29/09/2017 – 08:29h
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