Del 2022 al 24: ¿La “correlación de fuerzas” mejoró: es más grande y a favor?

De bulto, para gusto o disgusto de los gobernados, llevar unas “reformas acordadas” al Congreso notificó el nuevo ministro del interior. Una vez visto el remezón ministerial, después de varios meses en la espera, a dónde traspasó el país, ¿a un gabinete de salto en el cambio, o de continuidad? Inquieta por demás, que la “audiencia del ‘cambio’” no crece tan rápido como parecía, sin copar la expectativa de una Alternativa para la Nación Entera con un lenguaje nuevo. No, el habitual entre el activismo sino con el modo de la gente ciudadana.

Todo indica que el “acordar” que deja claro el ministro es el volumen o ‹‹capacidad de cambio›› del presidente Petro, en tanto carece de una bancada mayoritaria en el Congreso (elecciones marzo/22), no triunfó en primera vuelta (mayo 2022) y no exhibe con eco una condición de liderazgo, más allá de la adhesión del Pacto Histórico.

Llama la atención que el Presidente trance, y quede expuesto. Cómo no si a las pocas horas de ser nombrado ministro Juan Fernando Cristo, marcó distancia entre una Asamblea Nacional Constituyente con margen de ‘participación’ de ‘todos’ los colombianos, y el ‘Hecho Constituyente’ de modo itinerante que a capa y espada defiende el Presidente.

Cabe una pregunta. Dos años después de la posesión del Presidente, ¿qué ha pasado en lo relativo al impacto de opinión general y de emoción que tiene el cambio? O, mejor dicho: varió, ¿qué devino tras las cifras de la “primera vuelta” 2022, en cuanto a una mentalidad orgánica nueva que busque una conexión de grande mayoría?, en tanto sus números mostraron con fuerza venida desde atrás, mostraron una particular y singular mentalidad o ‹‹estado de la nación››: De tres inclinaciones dentro de la categoría pueblo, que vienen desde 1991. Tres minorías en contraste, ninguna con capacidad de cumplir la función de una considerable y ‹‹enorme mayoría››.

Las últimas medidas tomadas por el presidente Petro, ¿están a la ofensiva? O, ¿a la defensiva –sin el tamaño y peso de un golpe de timón que haga conexión con los grandes sectores de masa? Son realidades que obligan al presidente a ‘inventar’ para no perder la iniciativa ni permitir que la sensación de derrota cunda en la base del Pacto Histórico. Contingencia que pondría aviso a una derrota en las elecciones presidenciales de 2026. Tal eventualidad es la que motiva y está en la cabeza del mandatario, al convocar un “acto constituyente” o un “proceso constituyente” que tienen ámbitos distintos.

Algunos antecedentes de la situación y su coyuntura actual…

Aunque resulta incómodo y negado para los activismos aun siendo un ‹‹hecho significante››, el gobierno Petro comenzó estropeado. No pudo tener cabida como una grande fuerza simbólica: significado de un triunfo en primera vuelta. Afectado así, en su proporción social y su capacidad legislativa reales, no cuenta con el ‘voto seguro’ para hacer un “referendo” ni aprobar una Asamblea Constituyente. Tuvo que ir a “segunda vuelta”. Quince días más, útiles para hacer promesas, rebajar en el Programa y ajustar adhesiones de último momento, mas no, para revertir la correlación de fuerzas adversa del campo popular/alternativo que viene de antes.

Por otra parte, el resultado en votos condujo a una derrota no prevista. El no paso a segunda vuelta de Federico Gutiérrez, lo cual conlleva un revés –mas no la desaparición– de la iniciativa que encarna la derecha política en su conjunto. Y por supuesto, en las dos semanas después, tuvo desarrollo en el triunfo de Gustavo Petro y su consiguiente posesión sin mayores inconvenientes.

Tras la elección y posesión que vino, el país ve pasar un gobierno sin la constancia y sin un día a día con actuaciones de cambio. Sin ir más allá de los titulares, los mensajes y las frases. Sin que haya un acontecimiento que tenga extensión, albergue y crecimiento en la mente de la masa campesina. Tampoco, en la mejora de los rebusques diarios ni en unas medidas generales para matar el hambre, hacer un acto encomiable contra la corrupción o subsanar los descuidos con cada mana y cuenca de agua o que despierte el entusiasmo de las juventudes y los trabajadores.

A un año y medio de su posesión, el gobierno solo ha hecho trascender en forma limitada, y con dificultad, dos aspectos de su ejecutoria y cumplimiento –al lado de la referencia más reciente y estrenada ¿Un poder constituyente en manifestación volante?–que implica una ruptura del funcionamiento institucional de los poderes del Estado. En cuanto a la gestión de gobierno y gabinete vista, un aspecto que suma jornadas es la reforma de la salud. Otro, el concerniente a la “paz total” con sus altibajos y el inicial paso de cuenta a los generalatos. A la hora de la verdad, con lamento y adversidad para la masa que brega en el día a día, este es un pequeño margen de ‘realización’.

Esta es una circunstancia que anida un distanciamiento. Hasta ahora, sin llegar al reclamo y la vociferación en la cotidianidad de abajo. En el escalón de arriba, el Presidente hace llamados de “apoyo en la calle”, sin ofrecer un impacto que contrarreste en alguna proporción al discurso opositor.

Con el país inmerso en la creciente crisis económica global –ni final ni con la copa llena en este mundo–, para ver la llegada de un país distinto en convivencia y abundante; tiene que ser a partir de la coincidencia fuerte entre cultura, economía y política, pareja con la elevación moral de las políticas públicas, toca aprender de las situaciones, y ajustar la acción al curso y contenido de los acontecimientos que sobrevengan.

En el contexto por ver, hay que tomar en cuenta que la realidad política nacional, continental, subregional e internacional está marcada por la sucesión y encadenamiento de las coyunturas que pasan. Cada una, con duración diferente. Cada una, con su saldo en el avance o salto, estancamiento o retroceso, en lo referente a recuperar, mantener o imponerla iniciativa política. Ya sea refrenada y encogida con un contenido defensivo, o ya, bajo una decisión y ánimo ofensivo en sentido orgánico.

Un sentido de futuro, obliga a no pasar por alto que a la orilla de los excluidos la atraviesa: La inexistencia crónica y dañina de dos piezas sustanciales en la acumulación y movilización continua y diferenciada del descontento:

1. Una ‹‹conducción estratégica››, que permanece irresuelta sin depósito o coordinación en alguna instancia.

2. Un actor popular activo y plural con propósito y sentido de gobierno y poder, en la vía de configurarse y sellar su afianzamiento.

Esta falla origina un ‹‹estado deficiente›› y deforme de varios factores que aportan en la puja por la Reivindicación social y popular, la Democracia y la Insumisión ciudadana.

A este respecto, hay varias preguntas sin respuesta: –Cuál es la naturaleza y cuál la representación que el gobierno actual encarna. –Cuál es el campo (¿en la tensión entre el popular o el oligárquico?) que cuenta con la ‹‹ventaja profunda›› en los pensares de la gente. –Cuál es el tamaño de la relación entre la población general y las figuraciones de ‘liderazgo’ que andan. Asímismo, sigue sin saberse: porqué la actual ‹‹correlación social de fuerzas›› tiene favorabilidad y vive atada a lo tradicional. De igual modo, toca considerar en particular: i) ¿Sucede, hay o no un caracterizado y suficiente deslinde anti-oligárquico en la ‹‹acumulación de fuerza›› alternativa? ii) ¿Cuál es el estado de conformación de una masa crítica? y iii) ¿está cerca la llegada de un “momento de inflexión?

Las últimas medidas tomadas por el presidente Petro, ¿están a la ofensiva? O, ¿a la defensiva –sin capacidad de dar un golpe de timón y conexión con los grandes sectores de masa? Son realidades que obligan al presidente a ‘inventar’ para no perder la iniciativa ni permitir que la sensación de derrota cunda en la base del Pacto Histórico. Contingencia que pondría aviso a una derrota en las elecciones presidenciales de 2026. Tal eventualidad es la que motiva y está en la cabeza del mandatario, al convocar un “acto constituyente” o un “proceso constituyente” con ámbitos distintos.

Dinámica y cuatro posibles escenarios en la coyuntura

Hasta ahora, Colombia no cuenta con el enunciado suficiente de una “línea estratégica” –o, andando en su elaboración decidida– que señale un argumento de pensamiento crítico, programático, de prelación en las tareas y con definición de la extensión y las alianzas que debe tener el campo de un Bloque Alternativo efectivo. Son varios los asuntos neurálgicos que van quedando sin elaboración como parte de la conformación sólida de una fuerza de gobierno. Son los casos de:

•  Una “alianza” que trascienda a largo plazo, y que prevenga y haga una jerarquía de las tareas. • El quehacer por la conjunción en los distintos territorios de todos los organismos del activismo social y revolucionario.

•  El mantener la vista en la proyección continua del movimiento social. Componentes que son necesarios, para contrarrestar la afectación adversa en la “correlación de fuerzas” política y social.

En todo caso en el proceso político y orgánico de Colombia, pueden dibujarse como coyunturas precedentes que tuvieron su comienzo así:

–  (…)

–  Conformación del Comando Nacional que ganó oídos para convocar el Paro 28-29 de feb. 2019. Aparece el Covid-19 y hubo el decreto del confinamiento que afectó el quehacer social y el ahorro en la sociedad.

–  El momento y resultado de la primera vuelta 2022, comenzó la anterior coyuntura.

–  Los resultados electorales del 29 de Octubre/23.

–  Y, Julio 2024 abre el espacio de un año, en el que alguno de cuatro comportamientos puede aparecer o no con carácter prevaleciente.

1.- ‹‹Escenario destacado›› con sus tres comportamientos

La novedad en el Palacio de Nariño de un presidente con origen diferente a la rancia oligarquía, todavía sin tocar sensiblemente al grueso mayoritario de la población –sin un cambio en la naturaleza del poder, Marco Fidel Suárez, Belisario Betancur y Álvaro Uribe, tampoco provenían de un apellido aristocrático–tiene en escena la propuesta y debate respecto a un comportamiento de:

“Acuerdo Nacional” que gana espacio desde diferentes ángulos, y tiene dos alcances, dos variantes en juego:

* La divulgada y planteada por parte del presidente Petro a los cacaos, a las cúpulas del estamento político, financiero y productivo, y a la bancada y la dirección social que lo respalda. Un Acuerdo dentro del molde institucional, en su interés de que el “cuerpo político” que vaya generando el Presidente a partir del Pacto Histórico conocido, le abra campo para continuar su protagonismo a lo largo de 15 o 20 años más.

    * La mencionada así, por el comandante Antonio García del Eln desde el año 2002 en Ginebra (Suiza). Tiene como soporte y fin, la lucha y controversia dentro del acuerdo por ‹‹una hegemonía popular››. En este propósito, el Eln dispone de dos instrumentos: Los resultados que vaya dando la Mesa de Negociación y la ‹‹Consulta de participación›› que en mayo de 2025 entregue el comité nombrado con 83 miembros delegados. Un organismo y conclusiones, que para el Eln tienen la mayor legitimidad. Es “el más deliberativo que existe en el país” afirma.    

• Transición armada y “Hecho Constituyente. En lo pertinente al conflicto armado que no cesa–, la esfera (‘militar’) ha derivado en un contenido o límite desestabilizador, de “resistencia”, mas no tanto de posibilidad triunfante y de avance en un teatro de atracción de la población urbana.

– En las ‹‹cinco esquinas›› del mapa se asienta un agravamiento de la confrontación armada. Circunstancia y dimensión sin perspectiva de fuerza decisiva, que puede dar origen a una capacidad de emplazamiento al poder central por parte de la guerrilla, que fuerce a una “solución política” con justicia social. Entonces, está a la vista una correlación de fuerzas que lleva siete u ocho décadas en un largo trayecto de luchas y desvelos, que hoy por hoy no es favorable a la iniciativa ni a la mayor definición en la orilla nuestra del campo social y popular. Comportamiento en el que coinciden con contradicción: el Presidente, el Eln, las dos facciones de las Farc-Ep (Estado mayor), la Segunda Marquetalia y la franja del movimiento social radical.

• Presión desde bases sociales no estructural de “oposición política” para renuncia negociada de Presidente.

   Asunto derivado de un retraimiento o velocidad de desencanto que tiene grados perceptibles en opiniones de la gente. Un comportamiento que tiene cuatro acelerantes (Ver gráfico).

2.- Golpe suave. Desconocido para el público, el politólogo estadounidense Gene Sharp elaboró una teoría sobre la no violencia como arma política. Por cuenta de la Otan y más tarde de la CIA, formó a los líderes de los golpes de Estado suave de los últimos quince años. Según Sharp, la estrategia del ‘golpe suave’ puede desarrollarse por etapas jerarquizadas o simultáneamente.

1ra etapa: ablandamiento (empleando la guerra de IV generación)

–  Desarrollo de matrices de opinión centradas en déficit reales o potenciales.

–  Cabalgamiento de los conflictos y promoción del descontento.

–  Promoción de factores de malestar: desabastecimiento, criminalidad, inseguridad, manipulación del dólar, paro patronal (lockout) y otros.

–  Denuncias de corrupción, promoción de intrigas sectarias y fractura de la unidad

3.- Irrupción espontánea de un movimiento con desafío de calle.

4.- Fortalecimiento del Gobierno (…sin el sol a las espaldas). 17 de julio convocatoria a una concentración de júbilo por la refrendación de la Reforma pensional.

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Información adicional

Petro adelantó el comienzo de la campaña 2026
Autor/a: Omar Roberto Rodríguez
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo N°315, 19 de julio - 19 de agosto de 2024

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