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En el Mundial Juvenil de Fútbol, empezamos perdiendo

En el Mundial Juvenil de Fútbol, empezamos perdiendo

Del fútbol me gusta todo, menos
ese cinismo de los que lo dirigen.

    Alfredo Relaño, As-Madrid

Colombia empezó perdiendo en el Mundial Juvenil de Fútbol. El certamen arrancará el 29 de julio y ya hay cifras negativas para el país. El evento internacional, operado por la Federación Colombiana de Fútbol pero orientado por la multinacional Fifa (Federación Internacional de Fútbol Asociado), permitirá que este monstruo económico, más que deportivo, aumente sus multimillonarias utilidades a consta de una inversión superior a los 170 mil millones de pesos, dinero que saldrá en un 50,2 por ciento del presupuesto nacional, y un 49,8 de los pobres municipios colombianos, sedes de la justa Sub-20. Es decir, el dinero que sale de los bolsillos de la población colombiana.

El costo de adecuación de los estadios seleccionados en los que se hará el Campeonato ya supera la mencionada cifra de los 170 mil millones, cuando en mayo de 2008, momento en el cual el Vicepresidente para la época, Francisco Santos, planteó a la hora de recibir la sede en Sydney (Australia) que la inversión no superaría los 70 mil millones. Claro, pues, que a la cifra antes mencionada se le deberá sumar otra, cercana a los 10 mil millones que ha agregado Coldeportes a la inversión para adecuar los campos de juego.

Para justificar tamaña inversión (con la cual se pudiera saldar la deuda de los propios clubes de fútbol profesional del país, superior a 150 mil millones de pesos, solucionar el problema de más tres mil ex futbolistas colombianos que aguantan hambre en las ciudades mismas que antaño los ovacionaron o sencillamente pagar la deuda de por lo menos 50 municipios del país), los organizadores colombianos plantean que el Mundial les dará empleo a más de ocho mil personas, generará turismo y dejará grandes obras de infraestructura. Pero todavía no han aparecido los escándalos por la contratación del Mundial, que, con absoluta seguridad, aflorarán tarde o temprano. Por ejemplo, pronto se conocerá públicamente que para adecuar el estadio Palogrande, de Manizales, se compraron sillas con espaldar a $76.173, y para la ciudad de Armenia pagaron $52.985 por el mismo asiento.

La Fifa se apunta el primer triunfo

Lo que ya se sabe es que la explotación publicitaria y económica del Mundial no será para quienes cubrieron los costos. Es decir, la ciudad de Armenia, que aportó cerca de 10 mil millones de pesos para la remodelación del Estadio Centenario, no recibirá un solo peso de los ingresos comerciales, publicitarios y de taquilla del evento. Todo le corresponderá a la Fifa, que desde marzo administra los ocho estadios seleccionados. Si un habitante de Ciudad Bolívar en Bogotá o de Siloé en Cali quiere utilizar el estadio, que es bien público, no tiene que pedirle autorización a su instituto de deportes y recreación sino a una multinacional con sede en Suiza. Los estadios del Mundial Sub-20, remodelados con dinero de los colombianos, ahora no pertenecen a las administraciones de las ciudades respectivas sino a la Fifa, que decide quién y cuándo los utiliza. Además, la publicidad de Master Card, Adidas, Coca Cola y otras multinacionales que se haga en los escenarios se pagará en dólares y en cheques que no se consignarán en bancos colombianos.

Es más, la Fifa obligó a los concejos municipales de las ciudades sedes a aprobar una exención de impuestos durante el Mundial. Mejor dicho, todo peso que ingrese por concepto de publicidad o taquillas del Mundial se irá limpio y sin deducciones a la tesorería de la Fifa, contrariando los dictámenes de la Ley 181 (Ley del Deporte de Colombia), que exige una deducción impositiva del 20 por ciento de los espectáculos públicos para los entes municipales y las administraciones de cada ciudad. De igual modo, la multinacional del fútbol tendrá derecho al reembolso total de los impuestos de valor agregado, e impuestos nacionales sobre venta o similares en productos o servicios adquiridos. Mejor dicho: un verdadero negocio para una entidad hoy cuestionada por los grandes escándalos de corrupción originados en la asignación de sedes de campeonatos y en los cuales están comprometidos sus principales directivos, los que vendrán a Medellín, Cali, Bogotá, Pereira, Armenia, Barranquilla, Manizales y Cartagena, a pasear y viaticar en dólares extraídos del bolsillo de los colombianos.

…Y la crisis futbolística sigue en Colombia

Todo esto sucede en medio de situaciones negativas en las que se desenvuelve el fútbol colombiano, como la crisis económica de los clubes profesionales, que ya supera los 150 mil millones de pesos; la misma que se pretende solucionar con un crédito de Findeter. Es decir, el gobierno colombiano soluciona problemas privados de los clubes y los empresarios llenan sus bolsillos con millonarias cifras por concepto de venta de jugadores, dejando a algunos de ellos en la miseria.

Por otro lado, hay miles de demandas de los futbolistas profesionales de Colombia, quienes denunciaron ante la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que la mayoría de ellos no tiene protección, ya que los clubes les hacen contratos chimbos para evadir impuestos y prestaciones. Recientemente chocó un bus de Alianza Petrolera, equipo de la Primera B. Sus futbolistas fueron llevados a diferentes centros hospitalarios del oriente colombiano, pero muchos de ellos no fueron atendidos por carecer de seguridad social.
De igual manera, el certamen mundial Sub-20 se hace en Colombia justo en un momento en que los alcaldes y los dirigentes deportivos no han podido solucionar los problemas de las barras, los mismos que ocasionan dolorosas e irreparables pérdidas humanas.

Se trata de un evento juvenil de fútbol que se cumplirá en el país 25 años después de la renuncia de Colombia a la Copa Mundo 1986, que se había dispuesto para el país pero que al final no se hizo, oportunidad aprovechada por México, dizque porque los dineros del Mundial iban a ser utilizados mejor en obras de desarrollo social y humano de nuestra población. Ni lo uno ni lo otro se hizo. Ni las obras se desarrollaron ni la pobreza se acabó ni la infraestructura se mejoró.

Lo deportivo y otras arandelas

Luego de la eliminación de Colombia de la Copa América de Fútbol 2011, con un puñado de jugadores que antaño fueron promocionados para su venta en selecciones juveniles, viene ahora otro representativo nacional conformado por futbolistas nacidos en Chocó, el Urabá antioqueño, Bogotá, Medellín, Cali, Buenaventura y Barranquilla, entre otras ciudades. Por ello, más que una competencia deportiva, ya se vislumbra una guerra de empresarios para tratar de vender sus jugadores a un club europeo. Ese es el otro negocio del Mundial. Ya el de Fifa fue expuesto.

Se trata de que Eduardo Lara, el técnico de la selección nacional, así como lo hicieron en su momento con Rodallega, Falcao, Guarín y Aguilar. Se pondrá en la vitrina mundial otro grupo de futbolistas que tienen más en mente un contrato internacional que un buen resultado mundialista. El propio Lara así lo hizo y lo hace, tal como lo han denunciado los medios de comunicación, ya que él también recibe su bonificación. Y no puede ser diferente porque la vida y la subsistencia material de Johnny Mosquera (Envigado), Sebastián Viáfara (Quindío), Yerson Candelo y Héctor Quiñónez (Cali), Juan David Díaz (Pasto) y Andrés Felipe Mosquera (Bogotá FC), todos de la Selección Sub-20 y de equipos profesionales, dependen fundamentalmente de la venta de sus derechos deportivos al exterior, ya que eso les garantizará un buen ingreso económico porque en sus clubes ni el sueldo mínimo reciben. Ese es el tema, el Mundial, más que la competencia, feria de contratación y de dólares donde los empresarios y la Fifa tratarán de sacar su tajada, mientras los jóvenes futbolistas seguirán soñando en cómo salir de la miseria en la que viven en Tumaco, Buenaventura, Turbo, Necoclí y Soledad.

Es paradójico que, mientras se habla de 170 mil millones de pesos en la organización de un Mundial de Fútbol y cuyas utilidades saldrán del país, hacia la banca internacional, la nevera de las familias de la mayoría de los jugadores de la Selección, es decir, los protagonistas, esté vacía.

Por si queda algún interés…

Aquí están los grupos y las selecciones que participarán en el Campeonato Mundial Juvenil de Fútbol entre el 29 de julio y el 20 de agosto.

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