Actuar en pro de un sistema de protección social universal

Vivimos hoy en Colombia un periodo especial, inédito, que puede constituirse en una oportunidad histórica para iniciar un camino que nos conduzca a configurar un país distinto, que efectivamente cuida y protege a su gente, en todas las dimensiones de la vida y la salud.

Allí radica la apuesta central del actual gobierno nacional, convertir a Colombia en potencia mundial de la vida y desde luego, aun siendo un propósito ambicioso, no por ello imposible. Un propósito fundamental para una nación con una historia marcada por múltiples violencias, guerras y por profundas desigualdades sociales, articuladas al colonialismo, al racismos y al patriarcalismo.

En este contexto, pretendiendo revertir estas constantes, el gobierno nacional ha presentado un conjunto de reformas del orden social y laboral al Congreso de la República, para constituirnos como una nación que asuma como fundamental el cuidado de la vida y el bienestar de quienes habitamos el territorio llamado Colombia.

En el marco de estas reformas para el cambio, que incluyen entre otras la laboral, pensional y de salud, aun no aparece una que es en esencial y que se refiere al sistema de riesgos laborales.

En procura de evidenciar su necesidad y proyectar líneas gruesas para un necesario proyecto de ley, es que abordamos tal temática en esta edición especial, escrita por el Grupo de Investigación Salud Ambiental y Laboral (Sala) del Doctorado Interfacultades de Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, y con respaldo del comité editorial del periódico desdeabajo y de la Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, en el marco de la campaña Primero la Salud1.

Un sistema que no protege la salud en el mundo del trabajo

El Sistema General de Riesgos Laborales (Sgrl) lleva en operación casi 30 años y muestra limitaciones en cobertura y en capacidad promocional y preventiva, relacionada con una gran debilidad en forjar procesos de gestión para proteger la salud de los y las trabajadoras en los diversos escenarios del mundo del trabajo que existen en el país, tanto formales como informales, así como urbanos y rurales.

Las cifras con que se cuenta en materia de riesgos laborales en el país, solo hacen referencia a la dinámica que ocurre en la economía formal, debido a que el Sgrl solo afilia a la población formal e independiente, dejando por fuera al grueso de la población laboral, que es informal. A lo que se suma, que estas cifras son limitadas, producto de los procesos de subregistro y subdiagnóstico que se da en esta materia2.

En términos de la cobertura, en los últimos años el promedio de quienes cuentan con afiliación al Sgrl ha rondado los 10 millones, del total de 22 millones que registran como población económicamente activa en el país. Es decir, más de 12 millones de quienes venden su fuerza de trabajo están excluidos de este mecanismo de protección.

Por otro lado, las tendencias en accidentes de trabajo (AT), enfermedad laboral (EL), así como de muerte laboral, no muestran durante estos años tendencias a la baja, como se esperaría de un sistema de protección que funcione adecuadamente. El comportamiento de los AT, desde el inicio del Sgrl muestra un crecimiento sostenido: en 1994 la tasa fue 3,76 por 100.000 trabajadores afiliados; para el 2017 pasó a 6,45 por 100.000 (ver gráfica 1). Al analizar su comportamiento en cifras netas en el periodo 2005 a 2016, se identificó que ocurrieron 6.281.340 accidentes de trabajo3.

En cuanto a las EL, el análisis también evidencia una tendencia creciente desde el inicio del Sgrl, dado que pasó de una tasa de 33,54 por 100.000 trabajadores afiliados en 1994 a una de 94,67 por 100.000 en 2017 (ver gráfica 2). Al analizar su comportamiento en cifras netas en el periodo 2005 a 2016 se identifica que se diagnosticaron 94.280 enfermedades de origen laboral4.

En cuanto a la mortalidad laboral, su comportamiento desde el inicio del Sgrl es fluctuante. En el periodo 2005 a 2016 se registraron 7.458 accidentes de trabajo letales, lo que da un promedio de 621 muertes al año por esta causa5.

Adicional a esta problemática, en tanto muchos de estos eventos de enfermedad y accidentalidad no son calificados como de origen laboral, desde el año 2006 surge un conjunto amplio de asociaciones que aglutinan personas con enfermedades contraídas en su actividad laboral y que reclaman sus derechos laborales, de salud y seguridad social6.

Esta dinámica de eventos en salud de origen laboral, se explica por diversas razones, entre las que destacan la precarización de las condiciones de trabajo producto de las políticas laborales de flexibilización, los cambios en las políticas de protección de salud en el trabajo, en donde el Sgrl asumido con la Ley 100 de 1993 reforzó un carácter indemnizatorio y mercantil frente al Atel, marginando los aspectos de gestión de la prevención y la promoción de la salud y la seguridad en el trabajo, potenciando la idea que lo fundamental es que los trabajadores estén afiliados al Sgrl, y no que se desarrollen acciones preventivas y promocionales7.

Este panorama evidencia la debilidad de la gestión de la salud en el trabajo en el sector empresarial colombiano, mostrando su bajo interés por intervenir decididamente en este tema, tanto por parte de los empresarios como de las administradoras de riesgos laborales (ARL), al dedicar escasos recursos económicos y humanos para ello, con intervenciones sencillas y baratas, sin mucho impacto, sin impulso decidido al desarrollo de sistemas de gestión en seguridad y salud en el trabajo, articulado a servicios de salud y a programas de vigilancia epidemiológica ocupacional8.

Así mismo, no se promueve efectivamente la participación decidida de las y los trabajadores en los comités paritarios de seguridad y salud en el trabajo, y en otros escenarios empresariales y de política pública, para democratizar las decisiones en este terreno.


Articular las reformas para configurar un sistema de protección social universal

Dada esta problemática relacionada con la garantía del derecho a la salud en el trabajo, incluido el aspecto de coberturas de protección en riesgos laborales, se requiere una reforma de fondo al Sgrl que permita crear un real sistema de protección de la salud en el mundo del trabajo en Colombia, para toda la población laboral, tanto formal como informal, urbana como rural.

En esta edición especial se ha buscado hacer un análisis de este tema, mirando cómo la salud en el trabajo y los riesgos laborales se ubican en las propuestas de reformas laboral, pensional y de salud debatidas actualmente en el Congreso de la República y cómo se articula este tema a la propuesta de configuración de un sistema nacional de cuidado, planteado en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026.

En tanto los riesgos laborales y la salud en el trabajo parecen ausentes en las reformas sociales propuestas por el gobierno del Pacto Histórico, bien vale la pena estimular en el debate público la incorporación de este tema en la agenda, dada la estrecha relación en el campo de la seguridad social que involucra también los temas de lo laboral, lo pensional y la salud.

En este camino, los artículos de esta edición especial apuntan a contribuir a este debate público. Parten de ubicar la importancia del trabajo como actividad esencial de lo humano, base de la organización de la sociedad y como determinación de la salud. Luego se hace un análisis de cómo aparece el tema de la salud en el trabajo en la propuesta del sistema nacional de cuidado. Posteriormente, se hacen análisis de cómo están los temas de salud en el trabajo y riesgos laborales en las propuestas de reformas de salud, laboral y pensional, y como un aspecto particular cómo se ve la articulación entre la salud en el trabajo y la atención primaria en salud (APS) en la reforma de salud. Se aporta luego un análisis específico en relación con la situación del campesinado en el marco de estas reformas sociales. Cierra la edición con un conjunto de aportes para una reforma al Sgrl.


Entonces, como fue anotado, a las reformas laboral, pensional y de salud, debe sumarse la del sistema de riesgos laborales, articuladas entre sí, junto al sistema nacional de cuidado, para configurar un real sistema de protección social universal, base para la justicia social, la paz y el bienestar para el conjunto de la población colombiana.

1 https://ddhhcolombia.org.co/campana-salud/
2 Torres-Tovar, M; Luna-García JE. (abril, 2017). “Enfermedades y accidentes laborales, pandemia oculta”. UNPeriódico, edición Nº 208. Recuperado de https://issuu.com/mediosdigitales/docs/unperiodico208.
3 Conde, J.V. (2017). Presentación en el evento “Reto: la medicina del trabajo en las IPS. SST – Posconflicto”, organizado por la Academia Nacional de Medicina. Bogotá.
4 Ídem.
5 Ídem.
6 Torres-Tovar M. (2022). Luchas obreras por la salud en Colombia. El caso de las asociaciones de trabajadores enfermos a causa del trabajo. Bogotá: Editorial Universidad Nacional de Colombia.
7 Luna-García, J.E. (2019). “El modelo de seguridad social en riesgos laborales: entre el seguro público y la administración privada”. En Arévalo, D. (ed.), Poder político y mercado en las reformas a la seguridad social. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Económicas, pp. 335-376.
8 Torres-Tovar, M. (2019). Movilización social en Colombia para la protección de la salud en el trabajo en un contexto de inequidad. United Nations Research Institute for Development – [UNRID]. Paper No. 3. https://www.unrisd.org/80256B3C005BCCF9/search/B3D6740361932719802584BE0049CE10?OpenDocument

  • Médico, Especialista en Salud Ocupacional, PhD en Salud Pública, Profesor Asociado, director del Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia. Co-coordinador del Grupo de Investigación Salud Ambiental y Laboral (Sala) del Doctorado Interfacultades de Salud Pública. Correo: [email protected]

Según la Organización Internacional del Trabajo – OIT en el mundo anualmente se presentan (datos del 2017):

  • 374 millones de AT
  • 160 millones de EL
  • 2.780.000 muertes laborales, es decir 7.500 muertes diarias: 1.000 por AT y 6.500 por EL

En Colombia (entre el periodo 2005 a 2016):

  • Ocurrieron 6.281.340 AT
  • Se diagnosticaron 94.280 EL
  • Ocurrieron 7.458 accidentes de trabajo letales

Los promedios anuales actuales de Atel en Colombia son:

  • 500.000 AT
  • 10.000 EL diagnosticadas
  • 600 muertes laborales

Nota: es de aclarar que estas cifras corresponden solo a la población laboral formal, no incluyen lo que le sucede a la informal, y que además existen problemas de subregistro y subdiagnóstico; por lo cual se desconocen las cifras totales de lo que en materia de riesgos laborales afecta a la población laboral en Colombia. Una realidad que refleja el problema de no contar con un adecuado sistema de información en materia de salud en el trabajo y riesgos laborales, lo que explica también porque no se colocan cifras de Atel más actuales.



La muerte esculpida en carbón

A la memoria de los miles de mineros que suman un rosario de muertes día a día, producto
de las condiciones precarias e inseguras de su trabajo, en las cuales no se debería naturalizar la muerte como un hecho no prevenible.

La del minero es vida de azar, de riesgo, de peligro, de oscuridad, de inanición, de enfermedad, de muerte.

Hoy he entrado a la cripta oscura, olorosa y húmeda del minero. He sentido en todo mi ser los sinsabores del trabajo de socavón.

Ingresé a la oscuridad observando por una luz tenue que se desprendía de un ojo artificial puesto encima de mi cabeza. Observé las cicatrices que ha dejado el golpe de la pica minera sobre la roca. Es una escultura sin formas, sin estética, creada en el afán de extraer el carbón para el sustento diario del minero y para la riqueza del dueño de la mina.

El agua corre abriendo camino en la profundidad de la montaña, se posesiona de ella, reclamando un espacio que es suyo, de donde la quieren desalojar.

A medida que voy enterrándome en la profundidad de la montaña, el aire cargado de oxígeno va cambiando por uno de olor pesado y agrio, que impide respirar. En las oscuras profundidades el aire se va cargando de vapores traicioneros, que rápidamente te pueden convertir en cadáver.

El calor se torna insoportable, inundando todo el ser de quien recorre este espacio; le abraza y produce un llanto permanente en la piel. En el fondo de la cueva estaban los mineros, casi semidesnudos, con risas puestas sobre sus cuerpos cansados y melancólicos. Con llanto en su piel, pero también en sus almas.

Los mineros saben que la mina puede ser su última morada, saben que es como una tumba temporal que les permite enterrarse en el día a día para sacar de allí el sustento para cuando resucitan. Sin embargo, la mina es caprichosa y sin el deseo del minero le esculpe la muerte en su cuerpo.

Por eso cuando va a entrar a la mina-tumba se persigna, sabiendo que no volver a salir es una posibilidad. Cuando retorna de la caverna-infierno a la luz natural, vuelve a persignarse: hoy no ha sido el día destinado para su muerte. Seguirá sufriendo por la angustia de la guadaña, pero también por su vida lastimera y la de su familia.

Yo salí victorioso del socavón mortuorio, agradecido con la vida por no tener que sufrir a diario las inclemencias de esta penosa tarea. En mi quedó la tristeza por estos hombres-topos que día a día dejan pedazos de su vida en la mina.

https://libreria.desdeabajo.info/index.php?route=product/product&product_id=179&search=suscrip

Información adicional

Presentación
Autor/a: Mauricio Torres-Tovar*
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo, edición especial

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