Hace 25 años se puso de moda el juicio sobre el fin de la Historia. El colapso del socialismo burocrático ensayado en la Rusia de los zares, se asumió como el umbral de clausura de toda experiencia humana creadora. Francis Fukuyama fue el heraldo de esa buena nueva para el capitalismo planetario asumido como estado final y culminación del devenir humano.
El debate que hoy está emergiendo, sobre las cenizas de esa moda, es el de la superación de ese capitalismo planetario en crisis, especialmente desde el desinfle de la burbuja inmobiliaria en el año 2007 y 2008. El economista Joseph Schumpeter caracterizó las crisis capitalistas como experiencias de destrucción creativa. Esa retórica benévola es hoy insostenible. La actual crisis del capitalismo pone en peligro la existencia misma de la humanidad. Esa realidad está en la base de los debates en curso sobre la necesidad de asumir los retos del alumbramiento de una nueva época. El libro de Carlos Eduardo Maldonado, Complejidad de las Ciencias Sociales y de otras Ciencias y Disciplinas, presenta de un modo panorámico los problemas generados por esa situación inédita.
En el prólogo el autor nos interpela con entusiasmo, dice: “Debemos poder pensar lo imposible, debemos poder hacerlo visible, en fin, debemos incluso poder comprender que lo imposible puede estar a la mano. En eso consiste, generosamente entendida, la historia del arte, la historia de la ciencia y la historia de la filosofía, por ejemplo”.
Agregaríamos, la historia como una experiencia asumida en libertad y no como una triste clausura sin remedio de la lógica capitalista del cálculo egoísta y el frío interés. Si adoptamos el punto de vista intergeneracional, seis generaciones atrás (hacia 1848) en el Manifiesto comunista se reconocía con entusiasmo como el capitalismo creaba las condiciones de su propia superación, las condiciones para el surgimiento de una sociedad “[…] en que el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos”. Esa expectativa le daba a la idea del socialismo un poder de seducción universal. Surgieron todo tipo de socialismos. Marx los diseccionó en el apartado III del Manifiesto. Allí mostró los rasgos básicos del socialismo feudal, conservador burgués, el utópico, el de las clases medias o pequeña burguesía.
El proceso histórico cristalizó en el socialismo burocrático ensayado en la antigua Rusia de los zares, y sobre cuyo fracaso se fabricó la idea del fin de la historia. Clausurado ese ciclo, el debate en curso hoy está despejando el horizonte y comienza a reconocerse la génesis de una nueva época que tiene en la actual revolución tecnocientífica uno de sus núcleos generadores.
Desdeabajo está cumpliendo 25 años de labores, y presenta sus resultados como un logro “[…] de toda nuestra sociedad”. Ahora, con este libro Carlos Eduardo Maldonado nos propone un logro a futuro y nos invita a obrar como agentes catalizadores de la realización de la nueva época en proceso en donde el trabajo comienza a ser una experiencia creadora, configurándose la idea de un nuevo humanismo.
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