Sin una modificación real de la actual política monetaria, el acuerdo por el crédito tendrá un impacto muy marginal.
El acuerdo del Gobierno con los banqueros quedó cojo. Uno de los ejes del acuerdo es el “respecto de las reglas del mercado”, y desde esta perspectiva la política monetaria del Banco de la República se convierte en un obstáculo insalvable.
Antecedentes del acuerdo
Al acuerdo se llega después de que el Presidente insistió en que los bancos tienen que hacer inversiones forzosas obligatorias. Este mecanismo no es nuevo. Hoy existen los Títulos de Desarrollo Agropecuario (TDA), que fueron creados por la ley 16 de 1990. Finagro emite el título, y los bancos tienen que destinar el 1 por ciento de sus inversiones a su compra. Los TDA pagan una tasa menor que la del mercado, y gracias a estos recursos Finagro puede prestar más barato, incentivando el desarrollo de proyectos agropecuarios.
A los banqueros no les gusta las inversiones forzosas porque tienen que prestar a una tasa relativamente baja. La propuesta inicial de Petro era extender las inversiones forzosas a sectores como el turismo y la construcción.
Los banqueros lograron convencer al gobierno de que en lugar de inversiones forzosas se podía llegar a un acuerdo voluntario, en el que ellos se comprometían a irrigar más recursos, a reducir la tasa de interés, y a estimular a la pequeña y mediana empresa.
En las conversaciones relacionadas con el acuerdo, se ventiló la cifra de $55 billones, que los bancos prestarían facilitando las condiciones para otorgar el crédito.
El freno a la reducción de las tasas de interés
De buena voluntad, y respetando las condiciones del mercado, los banqueros están dispuestos a reducir la tasa de interés. Pero esta disminución tiene un límite, que es la tasa de interés de referencia del Banco de la República –que también se conoce como la tasa de interés de política monetaria. Esta es la tasa de interés que le cobra el Banco de la República a los bancos cuando están mal de liquidez y necesitan efectivo.
Cualquier operación de colocación que realicen los bancos tiene que estar por encima de la tasa de referencia del Banco de la República. De lo contrario pierden plata.
Como el Banco de la República no participó en el acuerdo, el abaratamiento del crédito será muy limitado ya que el obstáculo a la baja es la tasa de interés de política monetaria, que continúa siendo muy alta.
La gráfica muestra la evolución que ha tenido la tasa de referencia del Banco de la República.
Los niveles más bajos fueron en el 2021 cuando apenas era de 1,75 por ciento anual. Hoy es 10,75, pero llegó a subir a 13,25 por ciento. Desde el momento del pico (que fue entre jun. y nov. del 2023), hasta ahora, el ritmo de disminución ha sido muy lento. El Banco de la República continúa siendo excesivamente cauteloso, y no está dispuesto a acelerar el ritmo de disminución de la tasa de interés de referencia.
Los niveles actuales de la tasa de interés son muy altos, así que ningún banco puede prestar a una tasa inferior. La tasa de referencia del Banco de la República impide que el costo del crédito continúe bajando.
Tasa de interés e inflación
El origen del mal radica en las medidas que ha tomado el Banco de la República para luchar contra la inflación. Es equivocado pretender reducir la inflación aumentando la tasa de interés. La política monetaria desconoce que el aumento de los precios tiene mucho que ver con problemas estructurales, como la baja productividad del sector agropecuario. El 40 por ciento de los alimentos consumidos en el país son importados.
El combate a la inflación a través del aumento de la tasa de interés lleva a un debilitamiento de la economía, y a un aumento del desempleo. Las altas tasas de interés han obstaculizado el crecimiento de la economía. Y, obviamente, si la dinámica de los negocios disminuye, los precios bajan porque la demanda se reduce. Este impacto negativo de la política monetaria se conoce como la “tasa de sacrificio”. El Banco de la República no reconoce que la lucha contra la inflación conlleve un sacrificio en términos de crecimiento y empleo.
Mientras que el Banco de la República no cambie su perspectiva, los acuerdos entre el gobierno y el sector privado no tendrán mayor impacto. La economía no puede crecer a un buen ritmo mientras que las tasas de interés sean tan elevadas.
La política monetaria tiene que ser más flexible, con el fin de contribuir a la eliminación de las causas estructurales de la inflación, que no tienen nada que ver con la tasa de interés.
Cojera del acuerdo
Sin una modificación sustantiva de la política monetaria, el acuerdo por el crédito tendrá un impacto marginal. La esencia del arreglo radica en el respeto de las condiciones de mercado. Ello significa que ningún banco va a perder dinero, y por esta razón su tasa de colocación tiene que estar, claramente, por encima de la del Banco de la República.
En síntesis, los alcances del acuerdo sobre el crédito van a ser muy limitados, y no van a tener la fuerza necesaria para reactivar la economía.
13 de septiembre de 2024
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