La infancia de Cali en riesgo

¿“Revivir Cali”? o ¿Entregar todo lo público a la empresa privada? Con fobia por el manejo directo de lo comunitario por parte de la nueva alcaldía, y fiel al espíritu neoliberalizador que considera –contra toda evidencia– que lo privado funciona mejor que el Estado, la nueva alcaldía caleña pretende tercerizar todo aquello que sea posible de ello. El Programa Atención Integral a la Primera Infancia no escapa a ese apetito de convertir en mercancía derechos esenciales.

Se trata de un apetito desaforado por desmontar lo público, no importa si funciona bien, como es el caso del Programa referido, que entre los años 2020 y 2023 obtuvo la certificación de Calidad de Servicio por Icontec (entidad internacional) SC-CER652615 bajo el proceso de “Orientación y atención a la población vulnerable de: primera infancia y mujeres gestantes y lactantes; mujer víctima de violencias basadas en género; víctimas del conflicto armado y personas mayores”.

En ese afán, sin importarle las consecuencias físicas, psicológicas, formativas, económicas y humanas en general que ello acarree para miles de personas de los sectores populares caleños, en especial la primera infancia, en vísperas de los primeros cien días de la nueva administración, este Programa, como otros varios, no arranca. La angustia cunde en las periferias de la ciudad.

¿Qué pasa actualmente con los programas de Atención Integral a la primera infancia en Cali?

Para ponernos en contexto, hablemos de cifras. Según el Decreto 0980 del 2023 –Sistema Distrital de Primera Infancia:

La población de primera infancia a nivel nacional asciende a 4.676.861. En porcentajes el 16 corresponden a menores de 1 año, el 50 tienen entre 1-3 años y el 34 niñas y niños entre los 4 y 5 años (según proyecciones poblacionales realizadas con base en los resultados del. Censo Nacional de Población y Vivienda – 2018, para el año 2023).

Para el Distrito Especial de Santiago de Cali la población total en el año 2023 suma 2.297.230 habitantes, de los cuales el 98 por ciento se encuentra en el perímetro urbano y cabecera municipal (2.250.842) y el resto en la zona rural (46.388).

De la población total de Cali, 185.982 (8.1%) son niñas y niños de primera infancia, 182.211 en la zona urbana y cabecera municipal y 3.771 ubicados en la zona rural.

La mayor parte de la población de primera infancia se encuentra en la zona oriente de la ciudad, específicamente, en las comunas 13, 14, 15 y 21, las cuales concentran el 33.2 por ciento del total de todos los niños y niñas de primera infancia; les sigue parte de la zona de ladera de la ciudad (comunas 1, 18 y 20) y algunos sectores de nororiente y centro oriente.
Si bien los programas de Atención Integral a la Primera Infancia deben ofrecerse durante 220 días hábiles del año, ya casi finalizando el primer trimestre del año la Alcaldía de Cali, entre argumentos y justificaciones de orden financiero y administrativo, aún no apertura este servicio.

¿Manipulación? ¿Dilación? El tiempo ha ido corriendo y a pesar de que el dos de febrero, a través de la página oficial de la Alcaldía la Secretaria de Bienestar Social, Ana Carolina Quijano, se comprometió con “firmar en la tercera semana de febrero el convenio con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), y así dar apertura a los jardines infantiles en el primer trimestre de 2024”, dicha firma aún no se logra, un paso indispensable, el primero, para iniciar otros procesos administrativos fundamentales para poder dar apertura a la atención de las Unidades de Transformación Social (UTS).

En igual comunicación, la Secretaria en cuestión indicó que “Los jardines infantiles han beneficiado a más de diez mil niños y niñas. La apuesta de la Administración Distrital del alcalde Alejandro Éder es ampliar la cobertura pasando de 10.000 cupos a 15.000 por año”.

¿Simples palabras? Así parece ser, toda vez que en el primer borrador del Plan de Desarrollo la cifra de atención con la que cerró la administración anterior de 10.161 participantes se mantiene como meta de la actual administración.

Mientras tanto, tenemos miles de niñas y niños, familias, cuidadores y talento humano que se ve afectado por la falta de planeación y celeridad de la Alcaldía para asegurar la prestación de un servicio que es fundamental para el desarrollo de la ciudad y para su propósito de “Revivir Cali”.

Para ahondar un poco más en el riesgo inminente que esta situación representa, es importante comprender lo siguiente.

¿Qué es la primera infancia?

Es un periodo crucial en el desarrollo de los niños y niñas, que abarca desde su nacimiento hasta los seis años de edad. Durante esta etapa de su tierna vida, se produce un rápido crecimiento físico, cognitivo, emocional y social, periodo fundamental para sentar las bases de un desarrollo óptimo y saludable a lo largo de la vida

Reconociendo que invertir en la garantía efectiva de los derechos de las niñas y niños –en este caso de los sectores populares– es fundamental para promover un desarrollo social equitativo, el gobierno colombiano ha implementado políticas y programas dirigidos a la primera infancia, como “De Cero a siempre” –Ley 1804 del 2016, que busca garantizar el acceso universal a servicios de educación inicial en el marco de una atención integral a la infancia hasta los seis años de edad, programa que incluye acciones relacionadas con la salud, nutrición, educación inicial, protección infantil y acompañamiento a las familias

En el Distrito de Cali, las instituciones encargadas de trabajar en la protección de los derechos de los niños, niñas, mujeres gestantes y madres lactantes en situaciones de vulnerabilidad, desde la atención integral a la primera infancia, son el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) y la Secretaría de Bienestar Social de la Alcaldía. Entre el 2009 y 2019, esta última realizó una inversión aproximada de 130 mil millones de pesos en la construcción de 18 Unidades de Transformación Social (UTS) para implementar tres modalidades de atención: Institucional, medio familiar y propia e intercultural, alcanzando en el 2019 una cobertura de 7.615 participantes, cifra que se incrementó en un 33 por ciento a partir del año 2020, durante la administración de Jorge Iván Ospina, alcanzando una cobertura de 10.161 participantes, niños y niñas de primera infancia y gestantes.

¿Cuáles son los riesgos de no contar con Atención Integral a la primera infancia?

Son diversos. Antes de abordarlos es importante mencionar que la Ley 1098 del 2006, en su artículo 8 indica que “Se entiende por interés superior del niño, niña y adolescente, el imperativo que obliga a todas las personas a garantizar la satisfacción integral y simultánea de todos sus Derechos Humanos, que son universales, prevalentes e interdependientes”.

En pocas palabras, esto significa que las acciones emprendidas por instituciones de bienestar social, tanto públicas, como privadas que afecten a las niñas y niños, deben tener una consideración primordial. Dicha prioridad no está ocurriendo en la actual administración caleña, es decir, están pasando por alto mandatos de Ley y acuerdos internacionales.

Está en riesgo la salud y nutrición de la primera infancia: En este momento 10.161 niñas, niños, mujeres gestantes y madres lactantes, tras 4 meses sin acceder a las UTS para la atención requerida, están en riesgo de desnutrición, en tanto tales Unidades son el único lugar donde pueden recibir la alimentación diaria requerida.

La desnutrición, especialmente en la primera infancia, es un factor que aumenta las probabilidades de morir ya que con ausencia de alimentos, o con una nutrición inadecuada, no logran resistir de manera adecuada a enfermedades e infecciones comunes en su tierna edad; realidad que afecta, así mismo, su adecuado crecimiento y desarrollo cerebral, óseo y muscular, generando daños irreparables para su vida futura.

Está en riesgo su educación: La educación es uno de los elementos fundamentales para reducir la desigualdad en la sociedad. Además de desarrollar todo el potencial de las niñas y niños, esta promueve habilidades para la vida y favorece el acceso y permanencia en su trayectoria educativa completa.

En el 2023, las Instituciones Educativas Oficiales de Cali reportaron que cerca de 320 niños y niñas estaban reprobando el grado de transición, lo que tiene un impacto negativo para el resto de su experiencia educativa, un suceso que puede evitarse si esta población logra acceder a una educación inicial de calidad contando con profesionales idóneos y familias que acompañen su proceso. Es precisamente esto lo que ofrecen las Unidades de Transformación Social.

Está en riesgo su integridad física y mental: Medicina Legal reveló que cerca de 11.441 niños y niñas en Colombia han sido víctimas de violencia infantil en 2023, precisando que el abuso sexual registra más casos (6.007), seguido de la violencia intrafamiliar (1.844), y Cali es la segunda ciudad con mayor número de denuncias; además señala que el 72 por ciento de los actos, proviene de familiares o de amigos cercanos a la familia”.

Sin duda alguna, esta es una de las experiencias más atroces y dolorosas por la que puede pasar un niño o una niña y el Estado es garante de derechos, y está obligado a realizar todas las acciones necesarias para prevenirlo. Una de ellas es el programa de Atención Integral, por contar este con profesionales que acompañan y brindan orientaciones a las familias y/o cuidadores en su rol de crianza; así mismo, están en capacidad de identificar signos de alerta que permitan prevenir actos de vulneración de su integridad.

Se aumenta el desempleo y la inequidad de género: Cerca de 228.000 personas en Cali se encuentran en pobreza multidimensional y al menos el 10,4 por ciento de la población en edad productiva se encuentra desempleada. La demora en la apertura de las UTS complejiza esta situación, ya que estos programas emplean a un poco más de 1.000 personas, en su mayoría mujeres cabeza de familia que en ese momento no encuentran oportunidad laboral.

Por otro lado, considerando que las labores de crianza están culturalmente asignadas a la mujer, son muchas las madres y/o cuidadoras que han tenido que quedarse en casa, sin poder salir a trabajar, ya que no cuentan con servicios de cuidado para sus hijos. El desempleo de las mujeres, y sobre todo de los sectores más vulnerables, tiene impactos significativos en el bienestar de sus hogares, haciéndolos cada vez más pobres. Así mismo, tiene efectos negativos en la economía de la ciudad, y aumenta la desigualdad de género.

¿Por qué esta administración debe seguirle apostando a la Atención Directa?

La Alcaldía de Cali, durante los años 2010 y 2011 contrató con la Universidad del Valle el desarrollo de un modelo pedagógico para la atención integral a la primera infancia que considerara las particularidades de la ciudad, llamado Modelo Cariño.

En el año 2020 se adelantó un proceso de actualización en torno al enfoque étnico, de género e intercultural, y su expansión como Modelo de Atención Integral Cariño. En ese mismo año la ciudad inició una prueba piloto para que la atención se brindara directamente desde la administración local y no a través de operadores, iniciando con dos UTS y ampliadas a ocho en el 2021. La medida fue tomada ante la evidencia de eficacia y eficiencia comprobada por las UTS en todos los planos.

Fueron estas cualidades las que llevaron a que entre los años 2020 y 2023 la Alcaldía de Cali obtuviera la certificación de Calidad de Servicio por Icontec (entidad internacional) SC-CER652615 bajo el proceso de “Orientación y atención a la población vulnerable de: primera infancia y mujeres gestantes y lactantes; mujer víctima de violencias basadas en género; víctimas del conflicto armado y personas mayores”.

Todo lo expuesto son razones de más para que la Alcaldía garantice la continuidad a experiencias exitosas. Proceder por vía diferente es irracional, a todas luces. ¿Permitiremos como habitantes de esta ciudad que ello suceda?

* Curul Rodrigo Salazar

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Información adicional

Autor/a: Equipo Primera Infancia*
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo N°311, 18 de marzo - 18 de abril de 2024

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