Madrid. Algunos de los animales más grandes de Asia, como los tigres y los elefantes, están desafiando 12 mil años de tendencias de extinción al prosperar junto a los humanos.
Un estudio dirigido por la Universidad de Queensland (UQ), publicado en la revista Science Advances, examinó los registros paleontológicos para comparar la distribución histórica de las 14 especies más grandes de Asia con sus poblaciones en los bosques tropicales actuales.
Zachary Amir, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UQ y del Laboratorio de Cascadas Ecológicas, señala que cuatro especies (tigres, elefantes asiáticos, jabalíes y panteras nebulosas) mostraron un aumento de las poblaciones en zonas con infraestructura humana.
“Estos resultados demuestran que, en las condiciones adecuadas, algunos animales de gran tamaño pueden vivir cerca de los humanos y evitar la extinción. Estos resultados cuestionan la idea de algunos círculos conservacionistas de que los humanos y la megafauna son incompatibles”, sostuvo el experto en un comunicado.
En el mundo existe una tendencia a la “degradación trófica”, término que se refiere a la pérdida desproporcionada de los animales más grandes del mundo. “Suele ser peor cerca de las personas, porque los cazadores se dirigen a las especies más grandes, pero en el caso de los tigres, elefantes, jabalíes y panteras nebulosas, sus poblaciones asiáticas son mayores cerca de los humanos. Esto puede ser el resultado de unos esfuerzos más duros contra la caza furtiva en los parques nacionales que están más cerca de los asentamientos humanos y son visitados con más frecuencia por los turistas”.
El estudio también reveló que la deforestación sigue afectando a las especies, y que el número de panteras nebulosas, en particular, experimentaba un fuerte descenso en esas zonas. Sin embargo, Amir apunta que la investigación mostraba que si las especies de animales grandes no eran cazadas, podían vivir en hábitats relativamente pequeños y cerca de los humanos.
“Anteriormente, sólo había pocos ejemplos de especies asiáticas de gran tamaño que prosperaban en hábitats pequeños cerca de las personas, sobre todo en Bombay, en India, donde los leopardos de un parque urbano se alimentaban de perros callejeros”, recuerda Amir refiriéndose a un estudio anterior de la UQ.
“Por fortuna, hemos comprobado que una gama más amplia de animales puede coexistir con los humanos”, concluye.
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