Peter Singer: “La filosofía es necesaria para la liberación animal”
Peter Singer. Foto: Alletta Vaandering


Peter Singer publica por primera vez en castellano ‘Ética en acción’, donde analiza la lucha de Henry Spira por los derechos animales y su esfuerzo en hacer un activismo cada vez más eficaz.

Mencionar a Peter Singer (Melbourne, 1946) en el ámbito de la filosofía o la liberación animal es como mencionar a uno de esos tótem que todo el mundo cita y referencia como clásicos. Con la excepción de que este tótem sigue vivo, sigue siendo un activista —a la vez que catedrático premiado— y sigue siendo crítico con el mundo que le rodea. Precisamente para eso cree que la filosofía debe servir, para cambiar el mundo. Sobre todo las cosas que no están bien, como nuestra relación con los demás animales. Por eso, con Liberación Animal (1975) puso las bases del movimiento antiespecista, considerando por primera vez a los otros animales como iguales frente a los seres humanos. Iguales para tener sus derechos básicos protegidos, como el derecho a la vida y al bienestar. Argumentos de peso que amplió con una amplia obra y donde no tuvo miedo de meterse en otros debates como el utilitarismo en situaciones como el aborto o la biología evolutiva.

El Salto ha podido hablar con él aprovechando que vuelve a la actualidad gracias a la editorial Plaza y Valdés que rescata su libro ‘Ética en acción’, un retrato del activista Henry Spira justo en el año de su fallecimiento. En él, Singer recoge las estrategias que Spira encontró desde los años 70 para luchar contra multinacionales que explotaban animales, tanto con acciones de presión como mejorando la eficacia de la lucha. Una lucha en la que él abrió brecha con el grupo Animal Rights Internacional y con campañas tan reproducidas como las que exigían el fin de la experimentación animal, tanto en ciencia como en cosméticos y otros productos. El que podríamos llamar ‘método Spira’ sigue estando muy vigente, tanto como este libro de Singer que se traduce por primera vez al castellano. 

Un dato importante porque, como comenta el propio Singer, Spira estaría feliz de que este libro acaba en castellano, ya que fue el lenguaje de su infancia al residir durante unos años su familia en Panamá. También lo estaría al saber que el libro sobre su figura se publica en la colección ‘Liber ánima’, dirigida por los fundadores de Igualdad Animal y cuyos beneficios de la venta de los libros van a la ONG. 

“Comía carne sin preguntarse de dónde venía”

Además de las estrategias y las múltiples batallas que inició Spira en un momento donde los derechos animales no estaban ni en la lista de prioridades de muchos grupos de izquierda o progresistas en EE UU o Europa, Singer se para a entender por qué el activista cambió su mirada hacia los demás animales. Singer cuenta en Ética en acción como Henry Spira no se interesó por los derechos animales hasta casi los 50 años. En concreto, explica que Spira “comía carne sin preguntarse de dónde venía”. Hasta que en 1973 acabó ocupándose de carambola de una gata que alguien dejó al marcharse a Europa y leyó una columna que hablaba, precisamente, del libro de Singer. En esa columna de The Guardian, el periodista Irwin Silber se mofaba de los argumentos de Singer, considerando que su postura demuestra “la quiebra moral e intelectual de este tipo de liberalismos”. “Se basa en los principios abstractos de la ‘justicia’ o la ‘verdad’, en lugar de apoyarse en el mundo real históricamente evolucionado en el que vivimos”, dice. 

Spira, en lugar de dejarlo pasar e incluso reírse, se preguntó lo que Singer se preguntó justo antes de escribir la obra en cuestión: ¿Qué argumentos de peso hay para respetar la vida de cualquier humano —incluso bebés, psicópatas o personas en estado vegetativo— que no sirvieran para defender la vida de otros animales si no era precisamente esa, la de no pertenecer a la categoría de animales humanos? No es por el intelecto, ni por la capacidad de raciocinio ni por la bondad de sus actos. ¿Entonces? Lo que Singer llamó ‘especismo’ se unía por primera vez a todos los términos, como racismo, sexismo o xenofobia, que visibilizaban y denuncian opresiones, discriminaciones y violencias. 

¿Ha cambiado algo en estos 50 años de lucha?  “Sigo siendo positivo”, responde Singer a este medio desde Australia, donde reside. “Estamos progresando, cambiando actitudes y también cambiando las condiciones de miles de millones de animales en todo el mundo. Lamento que este progreso aún sea muy lento, pero los cambios están yendo en la dirección correcta”. Singer mezcla la modestia con una satisfacción cuando resaltan el impacto que sus obras han tenido para millones de personas en el mundo. Incluida quien escribe, que al leer Ética práctica cambió para siempre su visión del supuesto derecho a consumir o decidir sobre la vida de los demás animales. “Naturalmente, estoy muy contento de haber tenido esta influencia, porque es un cambio muy positivo, para los animales, para nuestro planeta, para reducir el riesgo de nuevas pandemias e incluso para el bienestar personal”. 

Sin embargo, está claro que desde que se publicó por primera vez Ética en acción, la sensibilidad sobre los animales ha cambiado. Por eso, Singer revisó el prólogo: “En la Unión Europea, ya están prohibidas algunas de las peores formas de confinamiento de los animales de granja, como las jaulas desnudas en batería para las gallinas, el confinamiento de los terneros o las barras para las cerdas embarazadas. Estos avances demuestran que, en algunos países, el activismo político marca la diferencia. Desafortunadamente en los Estados Unidos, donde el dinero juega un papel más importante en la política, no ha habido progreso a nivel federal. Solo en los estados que permiten que los ciudadanos recojan firmas y pongan esas propuestas en las elecciones, ha logrado progresos”. “Pero realmente solo afecta solo a una pequeña minoría de animales de granja”, se lamenta. 

Antiespecismo versus ambientalismo

Volviendo a Spira, Singer resalta que siempre fue “un estratega muy sabio”. “Desarrolló —explica— formas de generar cambios que pueden ser utilizadas, no solo por los activistas por los animales, sino por cualquier persona que quiera cambiar el comportamiento corporativo, por ejemplo, para prevenir el daño ambiental y el daño al clima”. Un tema de gran importancia en la última década que ha logrado pasar a ser un movimiento masivo y con gran empuje de las nuevas generaciones. Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con la lucha por los derechos animales. “Un interés en la biodiversidad, por ejemplo, es distinto del deseo de prevenir el sufrimiento, especialmente si es el sufrimiento de, digamos, miles de millones de pollos”, explica Singer. El filósofo explica que esto puede deberse a que los intereses que se defienden no siempre coinciden: “Por ejemplo, si solo estuviéramos interesados ​​en el cambio climático, animaríamos a las personas a dejar de consumir carnes rojas y les animaríamos a cambiar al pollo. Pero desde una posición antiespecista, sacrificar para el consumo tanto a terneras como a pollos está mal. De hecho, el consumo de pollo es incluso peor, porque están mucho más hacinados y maltratados que las vacas”. 

Lo que pudiera parecer un argumento de compasión o de sensibilidades, Singer ha logrado desde Liberación Animal que se base en argumentos irrebatibles desde el punto de vista de la filosofía. “La filosofía es necesaria para la liberación animal, porque sin una fuerte base ética para el movimiento animal solo atraería a aquellos que se consideran ‘amantes de los animales’. Pero el movimiento no puede tener éxito apelando únicamente a este sector del público. Lo que les estamos haciendo a los animales debe verse como un mal terrible contra otras especies, como en su momento se vio el racismo o la violencia contra las mujeres”. 

Tanto la lucha de Spira como la respuesta de muchos estados con represión hacen ver a Singer que la defensa de los derechos animales “está siendo visto como una seria amenaza para los intereses de las grandes empresas”. Solo eso explica que en Europa, por ejemplo, a pesar de los avances en el consumo 100% vegetal, existen nuevas barreras como prohibir que los elaborados con plantas se llamen ‘leche’ o ‘queso’. O las campañas de represión policial como la que sufrieron en 2011 en España 12 activistas o la más reciente en Canadá contra los conocidos como ‘The Excelsior 4’. ‘Los verdes somos los nuevos rojos’, explica Will Potter en su libro titulado de la misma manera.

Represión, intereses económicos y pasos muy lentos, pero pasos. Así se podría definir el espíritu con el que se recupera ‘Ética en Acción’ y la figura de Henry Spira. “Si él pudo hacer tanto por los animales en los últimos 20 años de su vida, significa que nunca es demasiado tarde”, exclama Singer. 

Por, Laura L. Ruiz

@lauralruiz

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Antiespecismo
Autor/a: Laura L. Ruiz
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Fuente: El Salto

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