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Una vida que articula varias generaciones

Una vida que articula varias generaciones

La muerte de Fidel Castro, previsible por la avanzada edad del máximo artífice y dirigente de la Revolución Cubana, 90 años, es uno de esos sucesos que cimbran al mundo, no porque induzca cambios significativos en la realidad contemporánea, sino porque obliga a tomar conciencia de la vastedad de las transformaciones históricas ocurridas en el último medio siglo y porque recuerdan la fuerza inconmensurable que pueden adquirir ciertos movimientos sociales cuando poseen las dirigencias adecuadas.

La extensa vida y las acciones de Fidel articulan a varias generaciones: a lo largo de siete décadas pasó por el activismo estudiantil, el internacionalismo revolucionario, la organización de un movimiento armado, la cárcel, el exilio en México, la guerrilla, la construcción de una sociedad nueva en un pequeño país que hubo de padecer todas las expresiones imaginables de hostilidad por parte de la máxima potencia bélica del planeta –ataques armados abiertos, terrorismo, intentos de magnicidio, bloqueo económico, guerra bacteriológica y propagandística– y que se constituyó en faro de inspiración para múltiples intentos transformadores, armados o pacíficos, en América Latina e incluso en otros continentes.

Por añadidura, la Cuba de Fidel desempeñó un papel activo y decisivo en la derrota militar del extinto régimen racista sudafricano en Angola y, en forma indirecta, en la bancarrota interior del apartheid y en el surgimiento de naciones libres e igualitarias en el llamado Cono Sur Africano. Asimismo, bajo la dirección del estadista hoy difunto, la nación caribeña se ubicó como la más solidaria del mundo, aportando asistencia médica, ingenieril y de otras clases, a los países que lo requirieran.

Tras sobrevivir en condiciones durísimas al colapso del llamado “socialismo real”, la Cuba de Fidel fue un activo factor de paz en diversos conflictos, particularmente los de Centroamérica.

Luego de retirarse del mando supremo del Estado y del Partido Comunista por una larga y penosa enfermedad, en sus últimos años de vida Fidel Castro aportó al mundo sus famosas reflexiones, cargadas de experiencia, perspicacia e incluso de un sentido profético excepcional. Aun recluido en la vida privada, no dejó de estar activo ni de reunirse con dignatarios y visitantes distinguidos.

La muerte del comandante ocurre en un momento particularmente incierto para su país, cuando el proceso de normalización de las relaciones bilaterales con Estados Unidos que echaron a andar su hermano, el presidente Raúl Castro y Barack Obama se encuentra entre signos de interrogación por la inminente llegada a la Casa Blanca de Donald Trump. Pero no sólo en Cuba va a vivirse una sensación de orfandad; millones de personas en el mundo amanecen hoy con un profundo sentimiento de pérdida. Y no es para menos: se ha ido el último grande del siglo XX.

editorial del diario lLa Jornada, México


Muere Fidel Castro a los 90 años

Fidel Castro, líder histórico de la Revolución Cubana, falleció en la noche del viernes, según anunció su hermano, el presidente cubano Raúl Castro. Tenía 90 años, 70 de los cuales los vivió como activista político, para concluir gobernando durante medio siglo a su nación.

PÚBLICO / AGENCIAS

LA HABANA.- Fidel Castro, máximo líder de la Revolución Cubana, falleció este viernes por la noche, según anunció su hermano, el presidente cubano Raúl Castro. Tenía 90 años, 70 de los cuales los vivió como activista político, para concluir gobernando durante medio siglo a su nación.

“Con profundo dolor comparezco para informarle a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo que hoy 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche falleció el comandante en jefe de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz”, indicó Raúl Castro visiblemente emocionado.

El mandatario agregó que los restos del líder histórico de la Revolución serán cremados según su “voluntad expresa” y que en las próximas horas se ofrecerá al pueblo “información detallada sobre la organización del homenaje póstumo que se le tributará”.

Las últimas imágenes de Fidel Castro son del pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang; y la última vez que se le vio en un acto público fue el pasado 13 de agosto, con motivo de su 90 cumpleaños en un acto en el teatro Karl Marx de La Habana.

En esa ocasión se vio a Castro con un aspecto frágil, vestido con un chándal blanco y flanqueado por su hermano Raúl y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Desde su cumpleaños ha recibido también en su domicilio a otros mandatarios como el presidente de Irán, Hasán Rohaní; el de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; o los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe; de China, Li Keqiang, y Argelia, Abdelmalek Sellal.

En abril, en el XVII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro también reapareció y pronunció un discurso que sonó a despedida y en el que reafirmó la fortaleza de las ideas de los comunistas.

“A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos, como prueba de que en este planeta si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos”, afirmó Castro en esa ocasión.

Actor y superviviente

Al frente de una revolución que puso a Cuba en el centro de la escena internacional y de un régimen que se ha prolongado 56 años, Castro fue actor y superviviente destacado en el tablero de las complejas tensiones de la segunda mitad del siglo XX entre socialismo y capitalismo, norte y sur y ricos y pobres.

Fue tan admirado como mito revolucionario como acusado de dictador, pero hasta sus enemigos le reconocieron carisma y una capacidad de liderazgo poco comunes: a nadie dejó indiferente su polémica personalidad que reveló desde joven, cuando advirtió que solo buscaría el juicio de la historia. “Condenadme, no me importa, la Historia me absolverá”, fue la famosa frase que pronunció en 1953, con 27 años, ante el tribunal que lo condenó por el asalto al cuartel de Moncada, su primera acción armada contra la dictadura de Fulgencio Batista y que se considera el arranque de la revolución cubana.

Fidel Castro se mantuvo en el poder 49 años y 55 días marcados, entre otros hitos, por el enfrentamiento con EEUU, su alianza con la URSS, la crisis económica en la que se hundió la isla tras caer ese bloque y la revolución “bolivariana” capitaneada por su pupilo venezolano Hugo Chávez, que se convirtió en el principal aliado de la Cuba castrista en el siglo XXI.

Al hombre que gobernó con mano férrea la isla caribeña solo la enfermedad pudo apartarle del poder y en 2006 delegó todos los cargos en su hermano Raúl: fue así testigo de su propia sucesión y también de las reformas emprendidas por el menor de los Castro para intentar reanimar una economía socialista en ruinas.

Nacido el 13 de agosto de 1926 en Birán, en el oriente de Cuba, su padre fue un emigrante gallego que acabó terrateniente: su severidad unida a la formación que recibió de los jesuitas en uno de los mejores colegios de La Habana influyeron decisivamente en el carácter de Fidel Castro. Fue en la Universidad de La Habana donde Fidel Castro se formó como líder estudiantil mientras concluía la carrera de Derecho y comenzaba sus andanzas políticas.

Tras el fracaso de Moncada estuvo en la cárcel durante casi dos años y luego se exilió a México: allí conoció al Che Guevara con quien volvió a Cuba a bordo del “Granma” con otros 82 expedicionarios para comenzar la lucha guerrillera de Sierra Maestra (1956-1959). Derrotó a Batista en una guerra desigual donde aprovechó el descontento social de un país muy joven como estado independiente que vio en el jefe de los “barbudos” un líder capaz de reinventar la identidad nacional.

Comunismo caribeño

Fidel Castro creó en Cuba un “comunismo caribeño” con base marxista-leninista, pero sobre todo muy influido por el legado nacionalista del héroe independentista José Martí y trufado con recetas de cosecha propia, resultando un singular modelo “fidelista”.

Fueron claves en la perpetuación de ese sistema su eficaz aparato de seguridad y el constante control social a través de organizaciones de masas como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), “ojos y oídos” del régimen para que los propios cubanos vigilaran los movimientos de sus vecinos.

La dimensión política de Fidel Castro no se entiende sin su principal enemigo y obsesión: Estados Unidos, el “imperio” que, según La Habana, intentó deshacerse de él hasta 600 veces con los métodos más dispares.

Con Cuba bajo el embargo económico de su poderoso vecino desde inicios de la década de los 60, Castro sobrevivió a once inquilinos de la Casa Blanca y no dejó de criticar sus políticas, alimentando un fuerte sentimiento patriótico en la isla. Pero también aprovechó el bloqueo estadounidense para imponer un estatus de “plaza sitiada” con el que justificó decisiones controvertidas y la represión a disidentes y críticos acusados siempre de contrarrevolucionarios y mercenarios al servicio de Washington.

Sin embargo, Fidel Castro vio en sus últimos días como su enemigo y su propio país, bajo el mandato de su hermano Raúl, daba un giro diplomático histórico con el anuncio el 17 de diciembre de 2015 para restablecer relaciones diplomáticas después de más de medio siglo de enfrentamiento.

Durante las primeras décadas de la revolución, la Cuba de Fidel Castro fue un referente para la izquierda internacional: la resistencia de la pequeña isla a apenas a 140 kilómetros de la principal potencia mundial reeditó el mito de David y Goliat con banda sonora de la Nueva Trova y un legado de iconos como el Che Guevara estampado en las camisetas de varias generaciones. Y también porque impulsó reformas sociales sin comparación en la América Latina de la época, convirtió a la isla en una potencia deportiva y promovió una importante vanguardia cultural y artística, con la advertencia de que todo cabe dentro de la revolución pero nada contra ella, como amargamente padecieron muchos intelectuales críticos que acabaron exiliados o apartados.

En 1961, en vísperas de derrotar la invasión anticastrista de Bahía de Cochinos, declaró el carácter socialista de su Revolución y comenzó con la URSS una larga alianza que tuvo sus altas y bajas, incluida la tensa “crisis de los misiles” con EEUU en 1962, que puso al mundo al borde de una guerra nuclear. Tres décadas después, la profunda dependencia de la URSS se desveló en toda su magnitud con la caída del bloque soviético y Cuba tuvo que declarar el “periodo especial”, una economía de guerra en tiempos de paz donde la revolución tuvo que abrirse al dólar y al turismo.

Cuba no volvió a ser la misma tras aquellos duros años de escasez máxima, apagones de 16 horas y traumáticos episodios como la crisis migratoria de los “balseros”, la profundización de la corrupción cotidiana, la reaparición de la prostitución o el denominado problema de la “pérdida de valores”.

En el siglo XXI, Castro encontró una tabla de salvación en la alianza política y amistad personal que tuvo en el venezolano Hugo Chávez, cuyo petróleo fue y sigue siendo fundamental para el sostenimiento de Cuba, incluso después de la muerte del líder bolivariano, fallecido en 2013.

Retirada del poder

Poco antes de cumplir los 80 años, Fidel Castro delegó el poder en su hermano Raúl tras admitir una grave enfermedad intestinal que él mismo declaró secreto de estado y que le mantuvo entre la vida y la muerte. Se apartó de la vida pública y comenzó a escribir sus famosas Reflexiones o artículos de prensa mientras su hermano Raúl asumía las riendas centrado en la “batalla económica” y la “actualización del socialismo”.

En sus últimos años, Fidel Castro, que reapareció esporádicamente en algunos actos públicos, se dedicó a analizar cuestiones de índole internacional como el peligro de una guerra nuclear, el problema de la alimentación mundial o la crisis del sistema capitalista. En ese periodo, los cubanos asumieron su retirada del poder y, más ocupados por resolver el difícil día a día de la isla, se acostumbraron a vivir sin su tutela directa.

Ahora se sabrá qué efectos tendrá la desaparición de Fidel Castro en las próximas páginas de la historia de Cuba, que abrió una nueva etapa tras el deshielo diplomático con Estados Unidos con Barack Obama, pero que habrá que ver cómo serán las relaciones entre ambos países a partir de enero con Donald Trump en la Casa Blanca.


“Tengo un chaleco moral”: Las célebres frases que inmortalizaron a Fidel Castro

El líder de la Revolución Cubana expresó numerosas frases que retrataron tanto su personalidad como su pensamiento.

Fidel Castro Ruz, el hombre que lideró la Revolución Cubana y este viernes falleció a la edad de 90 años, fue un gran orador. En sus más de seis décadas en la primera línea de la política mundial y en las reflexiones que compartió desde que dejó el poder en el 2006, dijo numerosas frases memorables que retrataron tanto su personalidad como su pensamiento. A continuación les presentamos algunas de sus frases célebres:

“Si salgo, llego; si llego, entro; si entro, triunfo”.

“Tengo un chaleco moral (…) que me ha protegido siempre”.

“Todos los enemigos se pueden vencer”.

“No tengo ni un átomo de arrepentimiento”.

“Condenadme, no importa, la Historia me absolverá”.

“Nacimos en un país libre que nos legaron nuestros padres, y primero se hundirá la Isla en el mar antes que consintamos en ser esclavos de nadie”.

“Ningún arma, ninguna fuerza es capaz de vencer a un pueblo que se decide a luchar por sus derechos”.

“Ni los muertos pueden descansar en paz en un país oprimido”.

“Las ideas políticas no me las inculcó nadie, no tuve el privilegio de tener un preceptor”.

“No hay independencia ni hay revolución sin el socialismo y sin la solidaridad internacional”.

“Ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo”.

“Las ideas no necesitan ni de las armas, en la medida en que sean capaces de conquistar a las grandes masas”.

“A los pueblos muchas veces les hablan de democracia los mismos que la están negando en su propio suelo”.

“Los pueblos de América no quieren ni libertad sin pan, ni pan sin libertad”.

“No se puede estar en guerra y de fiesta”.

“Cuando se trata de una dictadura, roban no millones, roban 10 años, 15 años, 20 años y hasta más años”.

“Si nosotros hubiéramos sido de barro, si nosotros hubiésemos sido elaborados con clara de huevo, si nosotros hubiésemos sido blandos, ¿qué quedaría de este país?”

“¡Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!”

“No hay peor precio que capitular frente al enemigo que sin razón ni derecho te agrede.”

“Mi barba significa muchas cosas para mi país. Cuando hayamos cumplido nuestra promesa de un buen gobierno, me afeitaré la barba”.

 

Rusia Today

Publicado: 26 nov 2016 06:11 GMT | Última actualización: 26 nov 2016 09:15 GMT

Información adicional

Autor/a: Varios
País: Cuba
Región: El Caribe
Fuente: Varios

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