CON EL TRIUNFO DE VÍCTOR VIDAL GANA EL PUEBLO DE BUENAVENTURA. Decir que con la llegada de Víctor Vidal a la alcaldía de Buenaventura gana el pueblo, no es una simple frase bonita que surge por facilismo ni para impresionar. Esto encierra una poderosa verdad que nos llena de esperanza, y que debemos entender para asimilar y asumir el enorme desafío que nos depara como pueblo.
Es fácil relacionar el triunfo que todavía no terminamos de saborear y asimilar, con el paro cívico de 2017 del cual se dijo proféticamente que partiría la historia de la ciudad en dos. Hoy esa afirmación no deja ya ningún lugar a dudas. Pero el origen del proceso se remonta varios años atrás.
Se trata de la victoria de un pueblo, en el sentido más amplio de la expresión, como es amplio y diverso el movimiento cívico y popular que concreta este triunfo en el terreno electoral, pero que tiene ya muchos frutos en el largo camino del intenso proceso de participación y organización cívica y comunitaria.
Si alguna cosa tiene de particular y de importante el triunfo del movimiento cívico es precisamente que no se trata de una reacción momentánea o de un fenómeno mediático inspirado por alguna figura diseñada en los laboratorios de los expertos en imagen y márketing político. Es todo lo contrario. Hoy el pueblo de Buenaventura está cosechando el fruto de un trabajo hecho en minga y cocinado desde hace muchos años en el fuego lento del proceso comunitario surgido desde abajo, desde las raíces, desde los ríos y los consejos comunitarios, desde las calles y los barrios. Y por qué no decirlo, con olor a tierra mojada, a pescado salado, a lluvia pertinaz y a sudorosos rostros dorados por el sol brillante, fecundo y duro sol del Pacífico profundo.
En este fuego lento se fueron cocinando las razones maduradas en la experiencia de la organización comunitaria que incluso se remonta hasta los orígenes de la ley 70, y con ellas al Proceso de Comunidades Negras y decenas de organizaciones similares que desde distintos rincones confluyendo en Buenaventura, han hecho la lucha. Entre ellas, el movimiento Juventud 500 de donde surge Víctor Hugo Vidal Piedrahita.
De este multicolor universo surgió en 2012 el evento Marcando Territorio centrado en la necesidad de defender la relación con el territorio y el derecho ancestral que tienen al mismo los pueblos afrodescendientes e indígenas de la Buenaventura urbana.
Antes del paro cívico, y con muchas razones después de los acuerdos, muchas han sido las personalidades queridas e influyentes, que se han enamorado de este proceso y han puesto lo mejor de su capacidad humana para acompañarnos. De todos ellos también es el triunfo. Y así sabemos que con el triunfo de Buenaventura, gana también Colombia, gana la esperanza y la certeza de comprobar que la solidaridad da grandes frutos.
Son numerosas las organizaciones de la vida nacional e incluso internacional que estaban atentos a los resultados de Buenaventura. En el buen sentido de la palabra, estas elecciones en Buenaventura eran centro de la atención y prueba de fuego para el pueblo.
Organizaciones y personas de la vida académica y universitaria, investigadores, intelectuales, Ongs defensoras de derechos humanos, todas con el común denominador de haberse “enamorado” de la causa justa enarbolada por Buenaventura con su multicolor gama de liderazgos y expresiones de la vida cívica, cultural, social y política han hecho aportes valiosos, y están hoy más que nunca dispuestos a profundizar su trabajo con Buenaventura y por Buenaventura.
Son muchos y diversos los aliados fraternos, y entre ellas unos emblemáticos que no se pueden omitir: El obispo del Pueblo, el Emérito Héctor Epalza Quintero quien siempre ha mantenido un público idilio con la lucha dura de Buenaventura desde los momentos más difíciles y dolorosos de la violencia, hasta el cierre mismo de campaña con el obispo Rubén Darío Jaramillo, que decididamente puso el acento en llamar a que la decencia y la dignidad se impusieran a la hora de elegir. Un mensaje que el pueblo, sabio como se le puede llamar hoy, supo entender con claridad.
También figuras y fuerzas de la vida política nacional. El más conocido y frentero es el senador Alexander López, pero felizmente no es el único. Congresistas, partidos políticos varios, líderes del orden nacional y de diversas tendencias políticas, todos “simpatizados” con la causa esperanzadora de Buenaventura que ahora más que nunca es referencia nacional. Queda el desafío de pasar de los deseos y las promesas a la realidad. Ya veremos pronto qué se puede decir.
Buenaventura, 28 de octubre de 2019
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