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Discurso de José “Pepe” Mujica

Discurso de José “Pepe” Mujica

“Queridos amigos de Colombia, lo primero un agradecimiento por la hospitalidad del pueblo colombiano para todos nosotros. Lo segundo, un reconocimiento a la gente que fue capaz de motorizar este formidable evento, que más que una manifestación de academia se ha transformado en una manifestación de masas que piensan y que sueñan. Por eso, vaya mi reconocimiento. Lo tercero que quería señalar, mi ánimo es volcar algunas reflexiones, por eso pedí hablar sentado, no sé cómo saldrán, estoy bastante molido, pero quería compartirlas no para que estén de acuerdo sino para que las lleven y las piensen. No es por lo tanto un acto de manija, es una conversación de pensamientos que pretende apostar al intelecto y a los sentires más hondos, al final intentaré dedicar unos párrafos a la gente joven que está aquí porque estoy viendo en el mundo contemporáneo una contradicción severa, una severa falta de liderazgo. Pero por otro lado una germinación juvenil de gente que aparece con su reclamo, con su esperanza, con su aliento joven, que es multitudinario y no es de un país, no es solo de América, no puedo saber –no me da la información y el talento– pero algo está pasando en esta civilización de Internet y tan conectada, y está pasando por el mundo entero porque lo he visto en Turquía, lo he visto en Brasil, lo he visto en la Argentina, lo he visto en Francia: hay una germinación de gente joven inquieta que está buscando su rumbo y probablemente su lugar en la construcción de la historia venidera.

Pero estando en Colombia, empecemos por la paz. La vida, lo más de fondo, el estar vivo es un milagro, ningún bien es más importante que la vida. Esto es de Perogrullo. Estamos programados biológicamente para luchar y querer la vida como todas las cosas vivas, esto no tiene ninguna novedad. Pero el ser humano que es complejo (esto lo sabemos todos) lo olvidamos permanentemente, conspiramos contra la vida. Lo hacemos individualmente: sabemos que el cigarro mata y fumamos, sabemos que manejar a 200 km/h no tiene contrafuerte pero manejamos, y así sucesivamente hacemos un montón de disparates que nada tienen que ver con cuidar la vida. ¿Y qué decimos de la guerra? Es la forma técnicamente más eficiente de destruir la vida y disputamos en el aumento de la eficiencia. Ahora bien, si el bien más importante es la vida, es obvio que hay que luchar contra toda forma de guerra hoy, es obvio que históricamente pudieron haber existido causas tan justas que justificaban la guerra, como lograr la liberación colonial por ejemplo. Sí, es muy fácil de razonar eso, pero el grueso de la guerra son guerras de conquista y de rapiña, cuando no de disputa de intereses, si bien han habido guerras de liberación, el grueso de las guerras contemporáneas con las que tenemos que padecer no son guerras de liberación, son otra cosa.

 

 

Entonces, este conflicto que lleva 50 años y más que se pierde en la historia de Colombia y en los sacrificios de América, que nadie pudo haber pensado, pero hay unas palabras de Gaitán por ahí, que son premonitorias, el proceso que se iba a desatar y el costo que iba a tener y el costo que ha tenido, y no quiero entrar en las consideraciones de la guerra fría, de la lucha de clases sociales, de la evolución de las ideas, quiero dejar todo eso al costado. El hecho es que hace unos años cuando conocí las montañas de Colombia y su realidad, ese jolgorio de la fotosíntesis, llegué a la conclusión que perseguir a un ser humano en esa naturaleza es una misión prácticamente imposible, interminable, es una geografía endiablada que puede asegurar guerras indefinidamente y desde que el mundo es mundo las guerras se terminan de dos maneras: o algún contendor desaparece o se retira, o se termina con una negociación. Y naturalmente hay que llamar a las cosas por su nombre, frente al intento de paz que surge en esta Colombia no se podía ser neutral, porque la paz no es de izquierda ni de derecha ni de centro, la paz es la convivencia humana.

Y realmente el presidente Santos nos sorprendió, porque había sido una figura con responsabilidad directa en las cuestiones de estos años, pero ha demostrado ser un hombre inteligente y observador, por llegar a la conclusión de que no hay otro camino que una negociación para terminar con esta guerra. Sin embargo, no es sencillo. No es sencillo porque cuando hay mucho dolor y hay víctimas, enseguida salta la fenomenal contradicción que aparece en todos estos fenómenos, y hay que llamar todas las cosas por su nombre, porque hay mucha cobardía de afrontar las cuestiones que intelectualmente pueden crear discrepancias pero que están allí, que son una llaga, una amenaza permanente, la contradicción entre verdad y justicia, porque es obvio que se quiere saber la verdad y aquel que se siente herido por familiares, por heridas, tienen sentimientos de querer justicia, porque así somos los seres humanos. ¿Pero se puede creer que alguien en el mundo va a decir su verdad si tiene la amenaza de ir preso?, los seres humanos no funcionan así. Los que vean colocar en esa contradicción es prolongar la guerra porque la respuesta es “más vale irse al monte”. Estas son cosas crudas. Ahora, no se le puede pedir al que ha perdido familiares, que ha tenido dolor, que de vuelta a la página y que ponga una cara bonita, porque así no somos los seres humanos y esto también hay que entender, hay que entender la génesis del dolor, y esta es la tragedia que tiene este pueblo.

Por eso es probable que haya que seguir con algún camino de quien tiene el coraje de decir su verdad tal vez tenga que quedar eximido de responsabilidades penales, pero la sociedad sabe la responsabilidad y la responsabilidad queda para el que se guarda los secretos, probablemente algo parecido a lo que pasó en Sudáfrica u otra fórmula. Pero hay que entender que hay que salir de la lógica de la guerra. A veces los hombres cuando acorralamos, obligamos a la resistencia, decía Napoleón, cuando tenga una fortaleza sitiada por ahí le dejo una ruta de escape, porque es el costo menor, y recordemos, recordemos en otro plano lo que ocurrió en Versalles cuando mandaron a Keynes joven, y cuando vio las condiciones que los triunfadores de la Primera Guerra Mundial le impusieron a Alemania dijo: esto es horrible, espantoso, esto va a generar consecuencias incalculables, y por desgracia fue el motor de la Segunda Guerra Mundial, entonces ¿cuál es el tema principal?: la paz

… tal vez para la construcción de una sociedad socialista haya muchas dificultades, pero para la construcción de una conducta humana que juzgue estas cosas y asuma una actitud hoy, no hay que esperar nada, estas cosas hay que discutirlas colectivamente para sabernos defender, pa’ ponernos la vacuna de que no nos traguen y nos tengan subordinados a ser esclavos laborales que nos roban la libertad de nuestro tiempo para hacernos consumir cosas secundarias, absolutamente secundarias.

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Conseguir la paz pero entender los dolores del hombre, porque después viene la convivencia y habrá gente que tendrá que caminar por una vereda y otra por otra, y el pueblo comprender, pero todo ese precio es siendo mucho, insignificante, si se puede parar la lógica de la guerra ¿Por qué? Porque la guerra contemporánea está desbalanceada desde el punto de vista tecnológico a favor de los que tienen más recursos tecnológicos y esto es un principio general y termínale constándole infinitos sacrificios a los que no tienen ninguna responsabilidad en la guerra que son los más débiles, curiosamente, pero este no es un mensaje pacifista, de halcón disfrazado de paloma, no es pacifismo, no es la aceptación de cualquier cosa, lo que queremos es que haya una lucha de masas, hay que abandonar el campo de la guerra, que es favorable a los que tienen mayor cantidad de recursos económicos y que le significa sacrificios a los más débiles, pero no significa cruzarse de brazos porque las sociedades modernas tienen megalópolis, tienen masa y hay que luchar por la conciencia de las masas y la organización de la gente, ¡ahí está el campo de lucha! por una sociedad mejor.

Pero, por otro lado, dos millones de dólares por minuto se gastan en este mundo en presupuestos militares, saquen la cuenta. Con la mitad de eso se puede barrer la pobreza de la superficie de la Tierra. Este bicho [humanos] no pude ser tan estúpido de tirar tantos recursos teniendo tanto problema por delante. Muchachos, hay que usar el balero [cabeza], la pelea tiene que ser dura, pero no cruenta y tiene que ser inteligente para crear, de lo contrario es un mundo de tarados lo que vamos a crear. Entonces, tenemos que apoyar fervorosamente este proceso de paz en Colombia y no cruzarnos de brazos, yo sé que la justicia cuenta y duele, y la verdad, pero la justicia no puede degollar la paz y menos puede aceptarse que una supuesta juridicidad internacional le pone amenazas a la soberanía de un país para tomar las decisiones que tenga que tomar, porque si me vienen a decir que mañana van a juzgar a fulano y a mengano, cuando Colombia levante un pacto, un compromiso que no sé cuál será y que tienen que resolver los colombianos, que se van a venir en nombre del Derecho Internacional a señalar que tales delitos no son perecederos y como tal existen cuentas jurídicas pa’ empujar gente pal monte, es lo que equivale a decir que condenan a este país a la guerra interminable, ¡no tiene gollete! si ese internacionalismo jurídico pretende por algún buffet de abogados de esos que andan por ahí, cree que un problema de este tamaño, de la importancia que tiene, del sacrificio que ha costado, se puede trampear jurídicamente, cuando esto tiene que tener una solución política, ¡acá es cuando hay que rescatar el valor de la política!, ¡se sale de esta guerra con decisiones políticas o no se sale! Por eso todo mi apoyo a quienes luchan de buena fe por este proceso.

¡Ay!, la democracia. Pobre democracia que sirve pa’ un barrido y pa’ un fregado. Este arrogante hombre moderno, al cuál pertenecemos, se cree que inventó la democracia, la democracia no es una forma de gobierno, es una filosofía de vida, es algo mucho más profundo, no es solo una institución, es una manera de pararse en las relaciones humanas, es una manera de levantar la convivencia entre los seres humanos para que pueda florecer la libertad que significa discrepancia, aprender a respetar la discrepancia y cuando una aldea Aimara, en la cordillera de los Andes hace su balance anual a viva voz y elige y cambia su Capanga, ¿no está ejerciendo la democracia? Y creen que en las relaciones antropológicas de eso que llaman “el grande hombre” no existen relaciones democráticas, aún en el seno de la sociedad primitiva, por eso esta, nuestra forma de democracia, evolucionada a la luz de la historia, es una construcción de carácter superior en el sentido de que nunca se ha considerado perfecta ni terminada y esto hay que tenerlo claro frente al mandato divino, frente al absolutismo, nuestra democracia dice “no, esto le falta mucho, esto tiene defectos”, y todos sabemos que nuestra democracia renguea por todos lados, por la falta de equidad, por la falta de igualdad, por la falta de oportunidades a tanta gente, por tanta injusticia, ¡claro que tiene enormes carencias nuestra democracia! Y trampea a veces la representatividad, pero no es una cosa secundaria para tirar a la basura, hay que pelear por ella, por sostenerla, por mejorarla, pero hay que luchar contra el conformismo, jamás llegamos a una meta terminada, no aceptamos la contradicción pasajera de izquierda y derecha para nosotros es histórica, está a lo largo de toda la historia de la humanidad, los términos izquierda y derecha son términos modernos de la revolución francesa, pero siempre la humanidad ha tenido una cara de cambio, una cara de tendencia social y una cara conservadora, porque probablemente los grupos humanos necesitamos de las dos cosas.

 

 

No se puede, como el mal de San Vito, estar cambiando a cada rato, no se puede porque eso quita estabilidad, pero cuando la cara conservadora se remacha y se atiene a privilegios se transforma en fascismo, en algo reaccionario, la otra, la cara progresista que existió siempre, Aśoka era un Rey de izquierda si usamos los términos modernos, los Graco, ¡Cristo! En definitiva, siempre ha estado la inclinación social del hombre, la historia es pendular y permanente, jamás triunfa definitivamente lo que solemos llamar la izquierda, porque jamás triunfa definitivamente la derecha, lo que hay es una escalera de lucha por el progreso humano. Por eso nunca nos podrán derrotar, porque nuestros triunfos tampoco serán definitivos.

Entonces, compañeros, me siento orgulloso y convencido, como tantos otros veteranos que están acá y que no quise nombrar porque me iba a olvidar de alguno que se han envejecido, como yo, luchando por utopías, por sueños, por un pan con grasa, por lo que pueden pero luchando. Me siento orgulloso, me siento hermano, pero me siento hermano de la historia, hermano de Espartaco, de los que lucharon en la historia humana, por un gesto de libertad, de compromiso. Invito a mirar a la historia en profundidad, porque es una lección viva de la hondura y del amor a la especie humana. Pero nuestra democracia frágil, señalé, que tiene patologías, que tiene desigualdad, que tiene mucho para luchar por ella, que tiene clases sociales con intereses distintos, contradictorios y que hay que aprender a administrar esas contradicciones cuasi permanentes, que tiene Corporaciones, que tiene intereses, naturalmente no somos tan poéticos, ¡no!, somos una mezcla de solidaridad y de egoísmo, la naturaleza nos coloca una cota de egoísmo adentro como a toda cosa viva, porque es un arma que nos da para que luchemos por mantener nuestra vida y la del grupo humano. La biología no hace pavadas, hace cosas sensatas, nos metió ese egoísmo que está dentro de nosotros y que nos empuja, pero también nos puso conciencia, nos dio otras herramientas que no le dio a ninguna otra criatura y esa conciencia nos ha permitido construir la civilización. La civilización es la construcción a lo largo de la historia de la solidaridad humana intergeneracional.

Fíjense que prolijitos sentados, fijense de la ropita que tienen puesta, los lentes que tienen, ¡cuánta historia hay detrás de todo eso! Desde aquel hombre en las cavernas que descubrió el fuego, ¿cuánta acumulación histórica hay para llegar a esto? Hace ciento y pico de años vivíamos cuarenta años menos de promedio, nos está regalando la civilización cuarenta años más de vida, esa es la construcción de la historia de la humanidad. Quiere decir que la civilización nos da herramientas para sujetar el egoísmo primitivo que tenemos adentro, no para eliminar lo que es imposible, porque somos una máquina biológica, pero si para poderlo sujetar y podemos influir en nuestra conducta humana, y civilizatoriamente aumentar el grado del compromiso solidario si queremos construir una humanidad mejor. Y mucho más ahora en este tiempo, porque nunca el hombre tuvo tantos recursos, nunca tuvo tanta acumulación de capital, nunca tuvo tanto medio, pero nunca organizó tan fenomenal potencial de desastre que amenaza la vida, y solamente la humanidad –si razona como especie– puede enfrentar el desafío que ha desatado esta civilización ¡Vaya paradoja!

La criatura humana hemos desatado una forma de vida que ahora no la podemos sujetar, que va por delante de nosotros, civilización sin gobierno, es la primera gran globalización de la historia humana (porque hubo otras), que no tiene gobierno, antes tenía un emperador, ahora tiene un altar, el dios mercado y ahí marchamos sirviendo al dios mercado, y podemos renegar. Ayer sentí a un veterano que con mucha razón razonaba contra la minería y contra esto y contra lo otro, razonaba contra las consecuencias, ¡no contra la causa!, la consecuencia es nuestra civilización, que para asegurar la acumulación y el negocio permanente ha creado una cultura consumista que nos enreda por todos lados y transformamos en causa central consumos secundarios y después no atendemos los vitales, pero todo es funcional a la acumulación, todo es funcional a las necesidades del mercado, ¡este es el gobierno mundial del mercado! Por eso hay que hablar mucho de la construcción de una nueva cultura, esto va pa’ la gente joven: mi generación se comió la pastilla ingenuamente, que con el cambio de las relaciones de producción y de distribución teníamos como consecuencia un hombre nuevo, y vaya que lo soñamos, y nos parecía que tocábamos el cielo con la mano, y tuvimos que aprender con mucho dolor que sino se construye una cultura, una cultura distinta que asegure por ese lado, el hombre sigue siendo lo mismo, porque sino cambias vos acá [señala su cabeza] ¡no cambia nada! del punto de vista esencial. Y la construcción de una cultura es el debe y habrá que discutir mucho de estas cosas. No es que no se necesiten progresivos cambios estructurales, es que hay que construir una cultura, ¡no se puede construir un edificio socialista con albañiles capitalistas que te roban las barillas de cemento, se roban las bolsas de todo y te dejan! ¡Esto es! ¡Con claridad! Quienes sueñen con una sociedad mejor, quienes sueñen con una sociedad mejor tienen que darse cuenta que se necesita una ética distinta, un compromiso distinto, y hay que entender que esto no surge espontáneamente, esto necesita orientación política, construcción de partido, construcción de movimiento, no es algo generoso y espontáneo que cae de los cielos, es la organización de la voluntad humana de cambio que apunta y construye con conciencia, porque es un largo desafío la lenta construcción de una cultura distinta.

Yo sé que no es sencillo y se niega mucho, es mucho más lindo dar manija y dar manija y dar manija, pero cuando se tienen ochenta años y uno vio caer un mundo que parecía inconmovible como un palo apolillado, y sin tener ni siquiera la poesía de un par de tiros, de gente que se juega por algo, uno llega a esta conclusión: “no hermanito, no, con los cambios materiales no alcanza sino cambia esto [señala su cabeza]”, por esto, pero a su vez, por todas partes uno ve gente que construye solidaridad y que pone parte de su vida al servicio de la causa de lo demás, y hay aquí una cosa central, si la vida es hermosa, es doblemente hermosa cuando en la vida no se traiciona a sí mismo y cuando vos muchachito de dieciocho o veinte años está soñando en esa multitud y te comprometes en la lucha por un mundo mejor, y pasan los años y te ves transformado en una pasa como yo, pero te miras en el espejo y llegas a la conclusión que no traicionaste tu sueño, que tuviste el coraje de vivir, ¡que le diste una causa a la vida!, Y ¡eso te hace querer doblemente la vida! Porque la diferencia que tiene el bicho humano con una lechuga, que hasta cierto punto puede ser recreador de su camino, que ésta nace por imperio biológico ciertos mandatos que están allí acumulados en la semilla y nosotros más o menos nacemos igual, pero como tenemos conciencia, podemos –en parte- orientar el camino de nuestras vidas, y podes agarrar por las chapas, podes agarrar por el camino que vas a ser más feliz acumulando guita [dinero] y chupándole la sangre al que se ponga a tiros. Florecerá el egoísmo, de pronto podes ser muy útil y crear riqueza y dar trabajo. Tampoco hay que despreciar nada que sea humano en construcción, pero hay que organizar la fila del compromiso: los que están para la guita, los que están para esto, los que están para la investigación y los que están para soñar y pelear por un mundo mejor, pero organizados en movimientos y en partidos. 

 

¿Por qué? Porque la lucha es colectiva o no es. No adoren al Pepe, no hay ningún hombre fenomenal e insustituible, lo que hay son causas insustituibles, y solamente cuando se crean organismos colectivos que aseguran la lucha intergeneracionalmente, y que razonan y piensan y construyen disciplina y empeño colectivo, se puede avanzar para el cambio en la sociedad. ¡No!, esta no es lucha de francotiradores, esta es lucha de organización humana, por eso, por eso es importante en eventos de este tipo llevarse para la almohada esta gente arrogante. La voluntad humana no lo puede todo y para eso hay que usar la inteligencia y la inteligencia que pueda medir y medir la realidad, y no confundir la realidad con los sueños que ideológicamente uno lleva, tener una percepción de realismo, hay que andar soñando hacia arriba, pero con las patas bien puestas en el suelo para no caerse, pero siempre cimentando esfuerzos colectivos y amparándose en nuestras debilidades, en la fuerza y en la corrección que nos plantean los compañeros. Por eso se necesitan las organizaciones políticas, los acuerdos, los programas, la discusión, la formación y entender que nunca hemos terminado y tener la cabeza abierta, la cabeza capaz de escuchar y caminar por la calle y escuchar al hombre más humilde, porque la genialidad humana viene de los lugares más increíbles, el pensamiento creador es siempre insurrecto, camina por donde menos lo podes prever, por eso hay que querer a la gente, hay que intimar con la gente y entender que no son dioses, que no son perfectas y que una construcción colectiva significa tener la paciencia de lidiar con las debilidades humanas que también existen. Si te pones a elegir con una lupa, nadie sirve para nada. Y los partidos no se construyen con masas de Che Guevara, porque no hay de esos locos, no hay. Lo que hay es nuestra pobre humanidad y con nuestra pobre humanidad hay que construir seres colectivos que a la larga son los que le dan fuerza a los Che Guevara, entonces ¿pero qué nos pasa? La enseñanza que recibimos, y acá voy a armar revuelo, yo creo que es bastante clasista o por lo menos la que recibíamos en mi tiempo. Cuando vas saliendo del cascaron del que estas empezando a enamorarte, en ninguna cátedra te dan una idea de cómo se administra un hogar, te meten por la cabeza veinte mil cosas con ese cuento de la formación integral, pero para los desafíos inmediatos de la vida, cero capacidad. Tal vez te quieren dar una formación para que tengas un mejor sueldo, una capacitación profesional para que seas más eficiente en el mundo laboral, pero de tu felicidad ni pizca te hablan, de la cuestión de valores, del papel que tiene la conducta y la voluntad humana, de las dificultades en la construcción de una relación sana, de las trampas que nos pone la vida, ahh no, esas son cosas que se dan por descontadas, que se van a aprender solas.

…creo que es una cosa hermosa de la vida, la aventura humana, no debe haber cosa más importante que eso, vale la pena y creo que tiene que tener un rasgo de compromiso y de generosidadxxx

Y bueno, naturalmente, al final la educación lo que busca es que seamos eficientes para el mercado, yo no creo –y voy a discrepar con el mundo entero–, economía, filosofía y ética estuvieron juntas hasta Adam Smith y cuando apareció la maravilla del mercado las separaron y ahora tenemos una política que es puro recetario de la economía, de la filosofía ni pizca, la ética tampoco importa, se descuenta, y estamos inmersos en una sociedad consumista y entonces nos aparecen por todos lados los fenómenos de corrupción que nos rodean por esto y por esto ¿y por qué? Porque es una plaga. La corrupción contemporánea es porque confundimos que felicidad humana es tener guita, comprar mucho, tener prosperidad sea como sea, y le vendemos el alma al diablo ¿y por qué? Porque la cuestión de los valores es absolutamente secundaria y parece como ha caído el mundo de la religión y las buenas morales que podían colocar, el dios mercado no se preocupa de estas cosas. Y ahí andamos, creo que las organizaciones de izquierda de y los partidos políticos tienen que discutir. Decía un paisano viejo: “no se hace manguera con palo podrido”. Los partidos tienen que cuidar tremendamente la moral y la ética y el compromiso de su gente, son el primer filtro de la sociedad y para que eso funcione hay que apostar a lo colectivo y no al individuo aislado y solo, el individuo aislado y solo es débil, necesita la colaboración de los demás.

Y bien, tendría que seguir hablando de esto, pero quiero gastar un poco de tiempo muchachos, porque al fin y al cabo somos de Sudamérica, al fin y al cabo somos latinoamericanos y tenemos un problema, que es la integración. Todos hemos conocido el discurso bolivariano, las tradiciones históricas, la majestad de nuestras declaraciones, pero del punto de vista real salimos, nacimos de la independencia de nuestra América Latina en el momento que se conformaba el mercado mundial, y casi todas las partes de esta América arrancaron siendo dependientes en sus intercambios con Europa, con la Europa más desarrollada, casi entre nosotros lo que pudo haber sido curiosamente, lo que había comenzado a germinar, por la atrocidad del monopolio español del comercio a partir de Cádiz, que estaba produciendo una primitiva industrialización de América, abortó totalmente con la independencia, porque vino el mundo de libre cambio y el área desarrollada del mundo estableció esas relaciones y construimos nuestros países, como señala Unamuno, por ahí (que nunca estuvo en América) cada puerto importante terminó haciendo un país y hemos vivido 200 años comerciando con el mundo y casi de espaldas entre nosotros mismos. Esta formación histórica conspira contra la integración, aun hoy, con todos los esfuerzos que hemos hecho, apenas el 20 por ciento de la producción de América Latina lo intercambiamos entre los países vecinos, el grueso va para otras partes del mundo ¿Y qué nos pasa? Llegamos tarde, estamos entrando en la era industrial que algunos llaman del conocimiento, yo por ahora la llamo del consumismo, se equivocaron, la última etapa del capitalismo no era el imperialismo, no, no, pero en fin, lo que importa señalar es que esta es la realidad de la construcción de la historia de América Latina y no podemos esperar y creer que las fuerzas de la economía, libradas al libre azar, van a construir la integración Latinoamericana

¿Precisamos la integración o no la precisamos? Primera pregunta que hay que despejar. Considero que es imprescindible si queremos ser desarrollados. ¿Por qué? Porque vamos corriendo de atrás, porque no tenemos masa crítica, porque nuestros talentos en materia de investigación son pobres y esmirriados, los tenemos atomizados y la mayoría de las veces todavía se nos van para el mundo rico; pero, además, necesitamos hoy la integración por susto, entiéndase bien lo que dije, necesitamos la integración hoy por susto, porque tenemos el desafío de administrar nuestra relación económica con China, ya no podemos renunciar al comercio con China, ¡ningún país de América Latina! Ni por asomo, ni por la tapas, y es un país multinacional y continental. Y digo por susto, ¿por qué? La integración Europea que empezó con aquel acuerdo del carbón y del acero, hay que ubicarse históricamente cuando empezó y empezó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando había una potente y amenazante Unión Soviética, por un lado, y donde estaba el desafío americano por el otro lado. Europa no fue mágica, Europa empezó a agruparse y la contradicción Francia/Alemania, que era histórica, se superó por necesidad histórica de enfrentar el desequilibrio que venía encima; después viene la literatura y el romanticismo, y todo eso que le ponen.

 

 

Bien, se está hablando de que Europa intenta hacer un acuerdo que le llaman del Atlántico con Estados Unidos y a su vez Estados Unidos quiere hacer un acuerdo del Pacífico con un montón de países del Pacífico. ¿Por qué esa manía de los acuerdos? Ja. ¿Por qué? Para defenderse de China, para defenderse de la eficiencia china, sencillamente es una nueva forma, aquella epopeya que empezó por la liberación del comercio, la Ronda Uruguay, el Gatt y que desembocó en la OMC, aquel sueño de un mundo abierto, con reglas globales para el comercio, se fue al corno, lo hicieron pelota, hay más de trescientos acuerdos mundiales de libre comercio y están discutiendo, por lo tanto no hay libre comercio, pa’ entender esa malla que hay, hay que gastar un platal en abogados especializados, hay una lucha de poder en el mundo, cualquiera ve que hay un peso productivo que se está trasladando hacia el Pacífico en la presencia mundial, ¿qué vamos a hacer los latinoamericanos en ese mundo de monstruos? ¿Cómo vamos a negociar?

Tenemos quinientos y pico millones de almas en esta América Latina, pero solo Estados Unidos, con el 6 por ciento de la población mundial consume el 32 y pico por ciento de los recursos de este mundo, mientras que los quinientos y pico de millones de latinoamericanos, que componemos el 8 y algo por ciento de la población del mundo, no llegamos a consumir el 8 por ciento de los recursos del mundo. Esa es la realidad con la que vamos a tener que lidiar, van a tener que lidiar ustedes gurises [chicos], yo soy un viejo que estoy por una pasadita, pero el mundo que viene es de ustedes, es de mastodontes, los veteranos son una manga de irresponsables si no prevemos geopolíticamente que hay que crear un ser de peso para tener cierto poder de negociación en ese mundo, que no es el mundo que nos gustaría o que quisiéramos, es el mundo que es. Donde no hay piedad para los débiles; por lo tanto los débiles deben de remachar el uno contra el otro para construir seres más fuertes, esto es la integración, este no es el sueño bolivariano, no, no, ¡este es el socorro!, que es otra cosa, es el socorro ¡porque si no nos hacen pelota! y esto hay que decirlo con lenguaje claro para que el hombre de la calle se dé cuenta que está la de él, su futuro, porque el gran obstáculo que tiene la integración, que todavía políticamente el patriotismo es negocio político porque sacude el corazón de los pueblos y los gobiernos quieren ganar elecciones y, entonces, caemos en un patriotismo y en un nacionalismo y tenemos la necesidad de pensar por toda Nuestra América que no es algo contrario a nuestros países, por el contrario, para que nuestros países sigan existiendo precisan un arreglo común que los proteja. Es decir, nadie debe de pretender que hay que dejar de ser colombiano o uruguayo, no, es otra cosa, necesitamos algo común que nos defienda, pero eso necesita una construcción política, sin dirección política no hay integración, la integración por sí sola no nos va a integrar, nos va a desintegrar.

Tienen el fruto de nuestros errores, no cometan nuestros errores, aprendan de nuestros errores, tengan el coraje de cometer los errores de vuestro tiempo, la historia es hacía adelante, la historia es un compromiso por el porvenir.xxx

Están soñando si pueden vender en Estados Unidos, están soñando con vender en el mundo rico, Francia nos pone la plancha así, de frente. Entonces hay que entender el mundo como es, no es que los chinos sean angelitos o sean dadivosos, ¡por favor! ¡No! Hay que perder la inocencia, este es un partido como quien juega al truco, ¡por favor!, pero tienen necesidades y somos funcionales a esa necesidad, pero tenemos que racionar con reglas colectivas, estamos negociando de a uno y disputamos entre nosotros quien se baja más rápido los pantalones ¡no joda! Necesitamos un lenguaje común, tenemos que salir de la tontería individualista y establecer reglas de defensa, eso es la construcción de la integración, pero esto necesita dirección política, si no existe decisión política y fuerte voluntad política no habrá integración, y si no hay integración difícilmente puede haber un desarrollo acompasado que nos proyecte con potencia hacia el futuro ¿Por qué? Ya lo dije, razones de escala, posición de conocimiento, y es paradojal.

Yo no creo que el desarrollo sea una quimera, ni que tiene que ser una finalidad. Ojo, vamos a entrar en otro tema, si la vida humana es hermosa, y si estamos programados para querer la vida hay que pensar que tenemos una vida sola y que se nos va y que tú no puedes ir al supermercado y comprar cinco años de vida, podrás comprar un auto nuevo, un Mercedes Benz, los Wolkswagen no están de moda, en fin. No podemos comprar vidas, la cristiana explicación medieval de que este era el valle de lágrimas para ir al paraíso ¡no, por favor!, es insostenible eso, el valle de lágrimas y el paraíso están acá, así que hay que pelear para tener una cuota de felicidad en esta vida, a muerte, a muerte, porque esta es la vida que es tangible, la que tenemos. Y no me vengan que esta es una cuestión de PIB o de desarrollo, me costó estar en cana tirado como perro al basural en un calabozo para entender esta verdad tremenda, el valor que tienen las cosas elementales de la vida, las que por ser cotidianas no le damos valor, no, lo que te hace feliz muchacho son siempre las mismas cosas y son poconas, y son eternas y son las mismas, no estoy haciendo apología a la pobreza, no hay que confundir que para ser feliz hay que tener una torre de plata, explotar a medio mundo y chuparle la sangre a otro, ¡no! Si no la conseguís con poco, con mucho no la conseguís, la felicidad está dentro de vos, pero no la dejes escapar, está junto a las cosas más elementales de la vida, el amor es la primera etapa de la vida, los hijos, el puñado de amigos, las relaciones y un cacho de tiempo importante para gastarlo en las cosas que a vos se te antojen, ¡Eso es la libertad! Y como la política la encabezan viejos impotentes, naturalmente no se acuerdan de estas cosas, pero hacen a la más elemental vida humana, y yo pido que la gente piense muchas decisiones fundamentales que tomó en su vida, las más importantes no tenían que ver con lo económico, se enamoró en una esquina por esto y por lo otro, vinieron los hijos, pin, pun, pa, no, la vida obviamente que necesita economía y en esta vida hay que trabajar y el que no trabaja es porque está viviendo a costillas de alguno que labora y no se puede hacer una sociedad de garroneros, con eso no vamos a ningún lado, pero no naciste para trabajar nada más, si tenés una vida, tenés que tener un cacho pa’ ser libre, pa’ vivir la vida, y eso hay que palearlo y hay que ponerle límite a esto.

Y si una campaña de prensa subliminal dice compre, a veces inmoral, le ofrecen a las pobres mujeres gordas y a los viejos panzones como yo esas máquinas, que en cinco minutos por días te saca la grasa, pero por favor, y no los metemos presos, ¡estafadores!, y la pobre gente entra, tenemos que defendernos de eso, de todo eso tenemos que defendernos, y es como quien tiene que cruzar una calle con mucho tráfico, tenés que aprender a cruzar y que no te maten, tenés que transitar por la vida y tener la capacidad de defenderte en tu balero, ponerle límites y eso significa racionalidad, no estoy haciendo, repito, apología de la pobreza, estoy haciendo apología de la libertad, ¡la libertad necesita tiempo para vivir, es otra cosa! y lo digo porque lo practico –y dicen por allí que soy un viejo pobre–, pobre son ellos, pobres son ellos que andan desesperados pagando cuotas toda la vida; no, es al revés, entonces, porque tal vez para la construcción de una sociedad socialista haya muchas dificultades, pero para la construcción de una conducta humana que juzgue estas cosas y asuma una actitud hoy, no hay que esperar nada, estas cosas hay que discutirlas colectivamente para sabernos defender, pa’ ponernos la vacuna de que no nos traguen y nos tengan subordinados a ser esclavos laborales que nos roban la libertad de nuestro tiempo para hacernos consumir cosas secundarias, absolutamente secundarias.

 

 

Entonces, los jóvenes, mis queridos jóvenes, yo con esta veterana, nos dedicamos a arreglar el mundo y tuvimos algunos problemitas, no caminó la cosa y no pudimos tener hijos, pero creo que es una cosa hermosa de la vida, la aventura humana, no debe haber cosa más importante que eso, vale la pena y creo que tiene que tener un rasgo de compromiso y de generosidad, pero tenemos la obligación de pensar en todos los niños del mundo, creo… ¿por qué digo estas cosas? Porque hay una crisis colosal en el mundo en el que vivimos hoy. Se necesitan tres tipos de medidas de carácter mundial: medidas a favor de la igualdad, porque la desigualdad amenaza la estabilidad, no solo compromete la justicia social, sino termina amenazando la paz. Es espantosa la desigualdad que hay en este mundo, es espantosa la concentración de la riqueza: hay veteranos que tendrían que vivir 220 años gastando un millón de dólares por día y no podrían consumir lo que tienen, no se puede creer que hayan acumulado tanta guita no se pa’que, hay un uno por ciento que tiene la guita de la mitad de la humanidad, de la otra, esta concentración necesita medidas de carácter mundial y acá en América Latina la capacidad de recaudación, y hay que llamar las cosas por su nombre, América Latina tiene una crisis fiscal, tiene gobiernos endebles que no tienen un mango pa’ construir bienes públicos, porque buena parte de los ricos de América Latina se zafan y no pagan impuestos y lloran y lloran y lloran, y tenemos debilidad política, y curiosamente las sociedades más adelantadas del mundo son las que pagan más impuestos porque han construido una cadena de bienes públicos que le aseguran la vida a la gente, es exactamente al revés, con esto no quiere decir que subiendo los impuestos pasado mañana estamos en el primer mundo, no, después hay que ver cómo se gasta, esa es otra discusión, pero el gobierno que no ve mientras existen en Europa gobiernos que recaudan cuarenta, cuarenta y pico puntos, en América Latina hay gobiernos que recaudan diez, doce puntos de un producto bruto muchísimo más pequeño. Esto es una tragedia, estamos en el continente más desigual que hay arriba de la Tierra y tenemos que entender que este problema de la igualdad, de la equidad está en todas las sociedades y que si dejamos que el mercado funcione, y el Estado no se compromete, este problema de la igualdad no se arregla jamás, por el contrario, se multiplican las diferencias.

Obviamente que se necesitan medidas mundiales contra la pobreza. Los pobres de África no son de África, son de la humanidad, esta humanidad que tiene una crisis de demanda y tiene que inventar porquerías permanentes para que los que tienen poder adquisitivo gasten y gasten y gasten y meta propaganda y meta violencia de un consumo que se impone para que la máquina de la acumulación no pare. No resuelven los problemas de pobreza, hay una humanidad que habría que integrar a la dignidad de la vida humana, resolver el problema del agua, el problema de la casa, el problema de la instrucción primaria, ¡regalársela por parte del mundo rico para incorporarlo a una humanidad!, ¡la humanidad entera precisa un gigantesco plan Marshall!, que no hay recursos, ya dije lo de los presupuestos militares. Hay recurso de sombra bancaria, es decir, no en el sistema bancario, hay un señor que maneja un fondo de inversión que supera toda la economía de América Latina junta, no me digan que no hay plata. Treinta años discutiendo la pobreza, sin poderla poner, se necesita voluntad política para esto.

“…no pido que esten ciento por ciento convencidos, les pido que piensen, que hagan rumiar el pensamiento, que afinen, y que tengan, tengan la suerte algún día de poder gritar con fuerza, ¡gracias a la vida!”.

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Por eso, gurises, hay que organizarse en partidos, porque estas cosas se consiguen, se luchan. El tercer paquete de medidas que está precisando la humanidad son las medidas de medio ambiente. Es inútil si el acuerdo de Kioto, cuando nos dijeron hace treinta años lo que iba a pasar, los países más importantes, Estados Unidos, China, no le dieron bola, son los principales agresores del medio ambiente. Si seguimos con esta economía de despilfarro, que el que viene atrás que arree, si vamos a comprar un paquete de manteca y precisa tres envolturas, si estamos construyendo un continente de botellas de nylon en el Pacifico, más grande que Europa, y sabemos que lo estamos haciendo, si se está desecando el tercer polo, la meseta del Tíbet, donde nacen los ríos principales de Asia, donde viven millones, si todas esas cosas son evidentes, si todavía hay peligro de que el carbono que está en Siberia atrapado por el frío con el deshielo se empiece a liberar y se multiplique, nadie sabe lo que puede pasar, la catástrofe que puede generar esta civilización.

Podemos ser tan débiles de no tomar decisiones políticas, esto necesita lucha política. Los países centrales son responsables de esto y esta civilización tiene la fuerza para revertir esta situación, pero si tomamos medidas como especie, no como país. El problema que tiene la humanidad es político porque sabemos lo que hay que hacer y sabemos dónde están los medios, pero somos incapaces de detener el despilfarro y la marcha de acumulación de la economía que necesita. Y entonces nos dedicamos a mitigar, ¿qué pasa? Destrozamos todo primero y después venimos y hacemos un remiendito y ahí la vamos tirando jugando pa’ adelante y, entonces, surge el movimiento ecologista, y tienen razón, y por qué vas a hacer agujeros de minas abiertas, pero eso es por esta civilización que despilfarra todo, que necesita acumular la tasa de ganancia, estamos gobernados por una lógica que necesita destruir pa’ seguir acumulando y esto necesita enfrentamiento de carácter político, pero por eso se necesitan partidos políticos y organización política. Y por eso los latinoamericanos tenemos que juntarnos.

Compañeros colombianos, quisiera tener un poco más de aliento, pero me están pesando los abriles consumidos y la esperanza. Ayer Lula les dijo cosas muy fuertes, emotivas y llamadoras a los jóvenes, yo no puedo ser tan emotivo como Lula, no tengo ese don que tiene él, pero siento en mi corazón de luchador social, yo tengo compañeros, queridos compañeros desaparecidos en Colombia, los tengo en Venezuela, los tengo en otras partes del mundo. Éramos botijas, casi una organización juvenil. Quisimos acercar el cielo, pagamos un costo colosal por nuestra ingenuidad, por lo rudimentario de los instrumentos de conocimientos que teníamos en aquella época, ustedes, ustedes tienen atrás nuestra experiencia, es decir, no nuestros logros. No. Tienen el fruto de nuestros errores, no cometan nuestros errores, aprendan de nuestros errores, tengan el coraje de cometer los errores de vuestro tiempo, la historia es hacía adelante, la historia es un compromiso por el porvenir. Hay que mirar para atrás para aprender, de las reliquias aprender los errores, pero vivir para mañana, para la esperanza, construir para eso, pero el mundo no será mejor si los seres humanos no luchan organizadamente para que sea mejor, no es mejor por espontaneismos, no quiere decir que la voluntad humana sea el único factor que mueve la historia, por favor, eso sería creer que el hombre tiene una fuerza casi cósmica. No. Pero la historia no cambia si no existe disciplinadamente la organización humana, hay que construir partidos y hay que dedicar, hay que dedicar parte de nuestras vidas y se necesitan los que dedican toda su vida al sueño de un mundo mejor, pero créanme, créanme, no es una vida infeliz, no es una vida de sacrificios, no es una vida de cargar con lo imposible, no es una tarea de subir la montaña para desmoronarse y la tarea más hermosa de darle contenido a nuestra existencia, la otra alternativa es la de la vida vegetal, por eso, por favor, cuando se vayan hoy, pongan la cabeza en la almohada y piensen, y cada vez que se puedan sentar de noche a pensar hagan un balance de lo que hicieron en el día, acostúmbrense a una gimnasia intelectual de ser jueces de ustedes mismos. Analicen los actos del día y saquen en conclusión sí estuvieron bien o si estuvieron mal, de ese ejercicio van a empezar a recoger que el hombre en parte se puede ir mejorando a sí mismo, tendremos un mundo mejor en la medida que seamos capaces de construirnos mejor, tenemos talento, voluntad y es mucho lo que podemos hacer, y lo tenemos que hacer en amor a la vida, en amor a la especie, en amor precisamente a lo que va a quedar cuando nos vayamos de esta vida. Por eso, gracias por el silencio cuasi religioso que me han dado, gracias, no pido que estén ciento por ciento convencidos, les pido que piensen, que hagan rumiar el pensamiento, que afinen, y que tengan, tengan la suerte algún día de poder gritar con fuerza, ¡gracias a la vida!”.

 

Medellín, 11 de noviembre del 2015.
Cubo Amarillo – Centro de Convenciones Plaza Mayor
7:00 pm

 

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Información adicional

Clacso, Medellín 9-13 de noviembre
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