Las críticas del presidente Donald Trump al superávit comercial de Alemania con Estados Unidos han puesto los reflectores en asunto contencioso en una cumbre de gobernantes de países desarrollados caracterizada por los desacuerdos en materia comercial y sobre el cambio climático.
La cumbre de las siete mayores economías mundiales –Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Italia, Reino Unido y Japón– se desarrolló dos días después de que Trump regañara a los aliados de la OTAN por gastar muy poco en defensa y de que describiera el superávit comercial alemán como “muy malo” en una reunión con funcionarios de la Unión Europea.
Mientras los jefes de Estado y de gobierno del G7 se reunían para debatir espinosos temas de comercio y cambio climático, la revista alemana Der Spiegel informó que Trump dijo a los líderes europeos que los alemanes eran “malos, muy malos” cuando se trataba de comercio.
El asesor económico de la Casa Blanca, Gary Cohn, trató de aclarar la situación al observar que el presidente “dijo que son muy malos en cuestiones comerciales, pero no tiene problemas con Alemania”. Añadió que el papá de Trump es alemán y que dijo: “No tengo problemas con Alemania. Tengo problemas con el comercio alemán”.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, consideró que el comentario de Trump “no fue agresivo” y que el artículo es “exagerado”.
No es la primera vez que Trump apunta sus baterías al éxito comercial alemán. En enero, dijo que los fabricantes de autos como BMW podrían pagar aranceles de hasta 35 por ciento en Estados Unidos si instalaban plantas en México para exportar los autos hacia el vecino del norte.
Trump dice que el comercio debe ser equilibrado y justo, además de libre, para beneficiar a los trabajadores y las empresas estadunidenses. Se ha concentrado en las relaciones en las que Estados Unidos compra más de lo que vende a sus socios como Alemania y China.
La canciller alemana Angela Merkel dijo que ya habló con Trump al respecto. Merkel indicó el viernes en la cumbre que es bien sabido que Alemania vende más hacia Estados Unidos de lo que adquiere de ese país, “lo que, por un lado, tiene que ver con la calidad de nuestros productos”, pero resaltó que también existe mucha inversión directa de Alemania en Estados Unidos.
“En mi opinión, se deben ver estos aspectos de manera conjunta”, destacó Merkel.
También recalcó que no se debería señalar únicamente a Alemania. De acuerdo con la agencia alemana de noticias Dpa Merkel dijo: “Tenemos una unión monetaria. Prácticamente somos un mercado común. Señalar a un solo país, creo que, no es lo más apropiado”.
Esta cumbre es considerada como una prueba clave para medir a la nueva administración estadunidense y saber si Trump implementará sus controvertidas promesas de campaña a favor del proteccionismo económico.
El tema comercial y climático son de los que más generan discordia. Estados Unidos anunció además que quiere revisar el papel como árbitro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), asunto que va ser abordado con franqueza, según Cohn. Los llamados sherpas, es decir los asesores de las delegaciones, negocian sin descanso varios puntos de una declaración común que se conocerá el sábado.
Trump, al contrario que sus aliados, defiende el proteccionismo y adelantó antes de llegar que viene a denunciar las prácticas desleales en el comercio internacional.
Punto muerto sobre clima
Los líderes de las naciones más ricas del mundo no lograron convencer al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de respaldar un histórico acuerdo sobre el clima, tras horas de conversaciones que fueron descritas por líderes alemanes como “controvertidas”.
El anfitrión, el primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, dijo que el grupo estaba logrando también acercamientos para encontrar un lenguaje común sobre comercio, un tema polémico entre Trump –elegido bajo la promesa de “Estados Unidos Primero”– y los otros seis líderes. Pero en el tema del clima no hubo avance.
“Hay una interrogante abierta, que es la posición de Estados Unidos sobre los acuerdos climáticos de París”, afirmó Gentiloni a periodistas, refiriéndose al pacto del 2015 para reducir las emisiones de efecto invernadero. “Todos los demás han confirmado su total acuerdo sobre el pacto”.
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