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Trump avanza hacia la desregulación de los medios

Imagen: AFP
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La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, en inglés) anunció que en noviembre modificará la norma que prohíbe que un medio audiovisual concentre más del 39 por ciento de la audiencia en su área de cobertura, una reforma que tiene nombre y apellido, el Grupo Sinclair, el mayor conglomerado de medios de Estados Unidos, en constante expansión y con vínculos cada vez más estrechos con la Casa Blanca.

 

El organismo conducido por el republicano Ajit Pai se propone, de acuerdo con lo que él mismo reconoció ante el Congreso, acabar con muchas de las regulaciones vigentes desde los años 70, entre ellas las que los dueños de canales de TV alegan que no les permiten crecer frente a la competencia de los medios on line.

“Si creen, como yo, que el Gobierno Federal no tiene que intervenir en esta área, debemos terminar con la intervención estatal en el mercado de medios”, adelantó Pai en Washington.

El mercado de los canales locales de televisión se convirtió en los últimos diez años en un próspero negocio gracias a los cánones que deben pagar las señales de cable y las satelitales para retransmitir contenidos, y la propia dinámica del mercado ha permitido que grupos como Sinclair Broadcast hoy lleguen al 45 por ciento de los hogares norteamericanos, en abierta contradicción con las leyes antimonopolio vigentes, que solo permiten la posesión de dos señales de TV si una de ellas no está entre las cuatro más vistas en su área de cobertura y si hay, además, otras ocho emisoras independientes en el mismo espectro.

Ante el Congreso, Pai anticipó el propósito de terminar con la llamada “prueba de las ocho voces” y subrayó la necesidad de autorizar excepciones en relación a los cuatro canales más vistos. La iniciativa oficial, que se descuenta que será aprobada, contempla también autorizar la tenencia de un canal de TV y una radio en la misma área.

La Nacional Association of Broadcasts, que reune a los empresarios televisivos, por lo pronto manifestó su “fuerte apoyo” a la iniciativa republicana. Y la Asociación de Diarios de América aprovechó para reclamar el acceso a señales audiovisuales, algo vedado en los Estados Unidos para la prensa escrita. “Las regulaciones obsoletas que impiden la inversión en un sector del mercado de medios no tienen sentido, particularmente cuando los periódicos compiten con innumerables fuentes de noticias e información todos los días”, aseguró su titular, David Chavern.

La ONG Free Press, que aboga por el derecho a la comunicación, denunció, por su parte, que Pai “está claramente comprometido” con el Grupo Sinclair y advirtió que quiere “eliminar cualquier obstáculo a su expansión voraz”. En su opinión, “necesitamos fortalecer las voces locales y aumentar la diversidad puntos de vista, no entregar nuestras ondas a un grupo cada vez más pequeño de conglomerados gigantes”.

 


 
El Congreso de EE.UU. aprobó el presupuesto para 2018 que presentó Trump

 

Luz verde para la reforma tributaria

 

La reforma apunta a implementar una gigantesca reducción de los impuestos de alrededor de 1500 millones de dólares. “¡Gran noticia, el presupuesto acaba de pasar!”, escribió en Twitter el mandatario tras la votación en el Capitolio.

 

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El líder republicano de la Cámara baja, Paul Ryan, sale del Congreso después de aprobar el presupuesto. Imagen: EFE

 

La prometida reforma tributaria del presidente Donald Trump obtuvo ayer su primera victoria luego de que la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobara por estrecho margen el presupuesto 2018. Se trata de un paso importante para la política fiscal del magnate neoyorkino, que se anotó su primera gran victoria legislativa. La reforma apunta a implementar una gigantesca reducción de los impuestos de alrededor de 1,500 millones de dólares.”¡Gran noticia, el presupuesto acaba de pasar!”, escribió en Twitter el mandatario tras la votación, en la que, pese a las divisiones entre los republicanos, la partida para el próximo año, de 4 billones de dólares, fue aprobada con 216 votos a favor y 212 en contra. “No subestimen la unidad republicana”, había advertido un rato antes el líder republicano en la misma red social. La importancia del proyecto reside en que incluye una enmienda que habilita al Senado a aprobar la futura reforma fiscal con una mayoría simple de 51 votos, en lugar de los habituales 60 que se requieren.

De este modo, eso ayudará a los republicanos, con una mayoría de 52 escaños en el Senado, a sortear la oposición demócrata para sacar adelante su plan impositivo, aunque tampoco está garantizado que lo logren como ya se demostró en sus esfuerzos fallidos por derogar la ley de salud. La división entre los republicanos quedó plasmada en una votación en la que 20 diputados se pronunciaron en contra de la medida presupuestaria, varios de ellos representantes de estados con altos impuestos en los que muchos de sus votantes se verían perjudicados por una disposición de la reforma fiscal que eliminaría la deducción por los pagos de impuestos estatales y locales.

Los demócratas, que rechazaron el presupuesto en ambas cámaras, afirman que la reforma fiscal que quiere aprobar Trump es un regalo para los ricos y las corporaciones y que si se aprueba hará crecer el déficit federal. “Aquí mismo, ante nuestros ojos, en esta Cámara, los republicanos están reemplazando las grandes escalas estadounidenses de oportunidades con la cuchara de plata de la plutocracia y la aristocracia. Su agenda aumenta los impuestos a la clase media. Ese es el hecho “, afirmó durante el debate la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Del otro lado, el representante republicano por Illinois Peter Roskam, se quejó de la discusión en torno a la reforma tributaria y señaló que es un asunto irritante.

“La reforma fiscal no significa simplemente redistribución de la obligación tributaria de una parte del país a otra, sino que significa una desgravación fiscal para todos”, defendió Roskam. La división de ayer anticipa algunas de las batallas que enfrentarán los republicanos a medida que sigan intentando avanzar con los recortes para los sectores más populares. Anteayer, Trump y el representante por Texas Kevin Brady reabrieron el debate sobre la posibilidad de reducir un popular programa de ahorro para la jubilación que se realiza a través de impuestos diferidos, un plan que desde hace más de 40 años ayuda a millones de estadounidenses a acceder a una jubilación.

Tras el fracaso en sustituir la ley de cobertura médica del anterior presidente Barack Obama, el presidente de Estados Unidos presentó a fines de septiembre un ambicioso plan que supondría la mayor reforma fiscal del país en décadas y recortaría los impuestos a las empresas y a muchos estadounidenses, pero que enfrenta la oposición de los demócratas, quienes creen que el proyecto beneficia a los más ricos. Deseoso de lograr un triunfo legislativo cuanto antes, Trump anunció en ese momento un plan con el que pretende simplificar y hacer más justo el código fiscal estadounidense y acelerar el crecimiento económico del país, al rebajar del 35 al 20 por ciento la tasa impositiva para las empresas.

“Este es un cambio revolucionario, y los mayores ganadores serán los trabajadores de clase media, porque los empleos volverán a nuestro país, las compañías empezarán a competir por los trabajadores estadounidenses, y los salarios seguirán creciendo”, dijo Trump en un discurso en Indianápolis, Indiana.

El plan, divulgado conjuntamente por la Casa Blanca y líderes republicanos del Congreso, simplificaría las categorías de pago de impuestos de la renta individual, al reducirlas de las siete actuales a tres: del 12 por ciento, del 25 por ciento y del 35 por ciento. Las nuevas cifras suponen reducir el tipo máximo, actualmente del 39 por ciento, y elevar levemente el mínimo, del 10 por ciento. La propuesta también eliminaría el impuesto de sucesiones, elevaría las deducciones fiscales para las familias con hijos y crearía una nueva para adultos dependientes, como personas mayores o enfermos. “Haremos todo lo posible para reducir la carga impositiva para ustedes y sus familias”, aseguró Trump a los estadounidenses.

Según el Tax Policy Center, el 1 por ciento de los hogares más ricos experimentaría un aumento de 8,5 por ciento de sus ingresos netos en 2018, mientras que el beneficio sería mucho más limitado –entre 0,5 y 1,2 por ciento– para el 95 por ciento de los hogares de menores ingresos. Chuck Schumer, jefe de la oposición demócrata en el Senado, denunció que la reforma reduciría los dispositivos médicos Medicaid y Medicare y haría que el déficit presupuestario explote.

 

 

 

 

 

Información adicional

Cuantas menos voces, mejor
Autor/a: Página12
País: Estados Unidos
Región: Norteamérica
Fuente: Página12

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