Ciudad de México. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) anunció hoy que está “ya en camino rumbo a Europa”. En un comunicado informaron que esperan desembarcar en Europa a mediados del mes de junio, continente al que llegarán en una embarcación llamada “La Montaña”, que partirá el tres de mayo de “algún puerto” de México.
A partir del 10 de abril, indicaron, empezaron a concentrarse en el “Semillero Comandanta Ramona” los y las delegadas del primer grupo de la llamada Travesía por la Vida, capítulo Europa, donde se encontrarán con luchas de al menos 30 países.
“Con una pequeña ceremonia, según nuestros usos y costumbres, la delegación recibió el mandato de los pueblos zapatistas para llevar lejos nuestro pensamiento, es decir, nuestro corazón. Nuestr@s delegad@s llevan un corazón grande. No sólo para abrazar a quienes en el continente europeo se rebelan y resisten, también para escuchar y aprender de sus historias, geografías, calendarios y modos”, señalaron en el comunicado difundido por Enlace Zapatista.
Informaron que este primer grupo “permanecerá en cuarentena por 15 días, aislados en el semillero, para garantizar que no están contagiados del llamado COVID 19 y para que se preparen para el tiempo que dura su travesía por mar. Durante esas dos semanas, estarán viviendo dentro de la réplica de la embarcación que, para eso, construimos en el Semillero”. Y adjuntaron fotos de la réplica en la que permanecerá dos semanas la delegación.
El día 26 de abril partirán rumbo a un puerto de la República Mexicana del que no dijeron nombre ni ubicación, a donde “llegarán a más tardar el 30 de abril”. Y luego permanecerán a bordo del barco dos días, y el día 3 de mayo del 2021, día de la Santa Cruz, Chan Santa Cruz, el navío “La Montaña” zarpará con destino a las costas europeas, “en un viaje que se supone tomará de 6 a 8 semanas”, por lo que se calcula que en la segunda mitad del mes de junio del 2021 estarán frente a las costas europeas.
En el comunicado firmado por el subcomandante Moisés, señalaron que a partir de este 15 de abril del 2021, desde los 12 caracoles zapatistas, las bases de apoyo irán realizando actividades para despedir a la delegación zapatista que, por mar y aire, viajará a la geografía que llaman “Europa”.
La comisión zapatista se encontrará con quienes colectivos y organizaciones que los han invitado “para platicar sobre nuestras historias mutuas, dolores, rabias, logros y fracasos”, de Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Cataluña, Cerdeña, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Estado Español, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Italia, Luxemburgo, Noruega, País Vasco, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, Rusia, Serbia, Suecia, Suiza, Turquía, Ucrania.
12 abril 2021
¿Encuentro entre dirigentes o entre movimientos?
Por Raúl Zibechi
En un encuentro con la Caravana Nacional e Internacional de Observación y Solidaridad con las Comunidades Zapatistas, realizado en el 2 de agosto de 2008 en La Garrucha, el subcomandante Marcos explicó cómo entienden los encuentros internacionales entre movimientos en el marco de La Sexta Internacional.
Dijo que se trataba de un “encuentro de rebeldías” para intercambio de aprendizajes directos, no mediáticos sino reales.
Como el zapatismo pone todo patas arriba, en estos momentos de preparación de giras vale volver sobre sus modos plebeyos (que es como decimos en mi tierra las relaciones entre abajos) de establecer relaciones y de trabajar.
Relató que esos meses recibieron delegaciones de varias partes del mundo y que a miembros de Via Campesina les dijeron: “El encuentro entre dirigentes para nosotros no vale nada. Ni siquiera la foto que se tomen. Si las dirigencias de dos movimientos no sirven para que los movimientos se encuentren y se conozcan, esas dirigencias no sirven”.
Estamos ante una cultura política completamente opuesta a la que practican, incluso, los movimientos que se reclaman como anti-capitalistas o revolucionarios, y esto es tan trascendente que merece algunas explicaciones.
La primera es que la cultura capitalista y patriarcal no sólo es hegemónica en la sociedad en general, sino también entre los sectores populares, pueblos negros y originarios y, por lo tanto, también en los movimientos y organizaciones. Reconocerla y evitar que se reproduzca es una tarea central, ya que no podemos cambiar el mundo con los modos del sistema.
La segunda es que para acotar la cultura del capital en los movimientos, no digo eliminar porque es un proceso muy largo, es necesario comenzar a hacer las cosas de otro modo, rehuir las inercias, poner en discusión todas y cada una de las prácticas, y hacerlo abiertamente, en el diálogo entre las y los de abajo organizados.
Un rasgo típico de la cultura capitalista en el interior de los movimientos consiste en darle prioridad a los dirigentes; a los varones sobre las mujeres; a los militantes más experimentados y reconocidos sobre los menos conocidos; a quienes se expresan mejor en la lengua que manejan los medios, desplazando a las que hablan lenguas originarias.
En los medios del sistema hay una clara tendencia a “reconocer” y darle voz a los dirigentes que mejor se expresan, los que se destacan por alguna razón en la que se espeja la cultura dominante, convirtiéndolos a menudo en los favoritos de los periodistas que siempre los buscan y con los cuales se sienten más cómodos. De este modo, los medios terminan eligiendo a los dirigentes en vez de hacerlo las bases.
Como aprendimos en la educación popular, la cultura de abajo ha sido colonizada por el capitalismo y ella se expresa de forma compleja y distorsionada, con muchos matices de la cultura dominante. Sin embargo, aún persisten rasgos de lo mejor de las culturas negras, originarias, campesinas y populares, pero es necesario hacer un trabajo interior, en el seno de nuestras comunidades, para aventar –separar la paja del trigo- los aspectos opresores de los liberadores.
Eso no se puede hacer en una sola asamblea, ni lo deben hacer sólo los organismos superiores de la organización y los dirigentes, sino es tarea permanente de todas y todos los que integramos un colectivo.
Como señala el EZLN, la foto entre dirigentes no tiene sentido, no va a ningún lugar salvo a ocupar espacios en los medios. Lo importante es que las personas que integran movimientos se encuentren, dialoguen, aprendan unas de otras, consigan intercambiar saberes y experiencias. Esto es más fácil de hacerlo en rondas, en fogones, en los que hay tiempo para compartir, hablar y escuchar sin interferencias externas. Pero también valen las fiestas, los partidos de fútbol y los bailes para cumplir esos objetivos.
Los modos públicos de los movimientos son incluso más importantes que sus programas y declaraciones, ya que emiten mensajes de mayor profundidad porque escenifican el mundo por el que luchan. Muchos hablan contra el capitalismo y el neoliberalismo, pero actúan de forma opuesta. La coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, es una cuestión ética que, finalmente, es el norte que debería guiar todas las acciones.
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