¿Qué significa para el mundo el regreso de Trump a la Casa Blanca?

Mucho se ha hablado en los últimos días sobre el resultado de las elecciones presidenciales en EE.UU. Las numerosas declaraciones de Donald Trump hechas durante su campaña electoral llamaron la atención del público local estadounidense y de la comunidad internacional. Tomando al pie de la letra el discurso del presidente electo, una gran parte de la sociedad ha llegado a creer que la victoria de Trump conlleva cambios radicales en la política del país norteamericano. Están convencidos de que el 47º presidente de EE.UU. inmediatamente encontrará soluciones a los problemas domésticos de su país, detendrá la inflación y contendrá la migración ilegal. Además, albergan la esperanza de que su regreso a la Casa Blanca abra paso a una distensión en las relaciones internacionales y acerque el fin de varios conflictos armados que preocupan a todo el planeta, entre ellos el conflicto ucraniano.

Por muy alentadoras que sean las declaraciones de Donald Trump, hemos de darnos cuenta que las ha pronunciado durante la campaña electoral. Los candidatos, evidentemente, tienden a articular declaraciones que satisfagan las necesidades y aspiraciones de los votantes. Por lo tanto, está por ver si el presidente electo de verdad es capaz y tiene la intención de cumplir con sus promesas.

Rusia analiza las perspectivas de las relaciones con la administración del 47º mandatario estadounidense con cierta precaución. Seamos honestos: existe en EE.UU. un amplio consenso bipartidario sobre varios asuntos políticos y económicos, entre ellos están las relaciones con nuestro país. Sea cual sea “el color” de la administración en Washington, es poco probable que EE.UU. cambien su postura acerca de tales gobiernos como los de Cuba, Venezuela, Irán, Corea del Norte o Nicaragua. Nos vemos obligados a constatar que lo mismo se aplica a la actitud de EE.UU. hacia el gobierno de la Federación de Rusia. Tanto los demócratas, como los republicanos, toman decisiones y adoptan medidas adversas hacia nuestro país. Continúan la política encaminada a la contención de Rusia, incluido a través de la introducción de leyes y sanciones correspondientes, y no importa cuál partido está en el poder. Lo único que varía es el lema: en las épocas del gobierno republicano se promueve el concepto de “América First”, mientras que los demócratas están obstinados en el llamado “orden mundial basado en reglas” (tocaría plantear aquí una pregunta pertinente: ¿de qué tipo de “reglas” se trata y quién las elaboró o impuso? La ONU nunca lo ha hecho). La diferencia ideológica no cambia la esencia de la política exterior estadounidense: sigue siendo la misma en sus raíces.

Teniendo en cuenta el hecho de que la postura de Washington hacia Moscú se formula a nivel nacional sobre la base del consenso bipartidario, carecen de lógica las insinuaciones infundadas sobre una supuesta “injerencia rusa” en los procesos electorales en EE.UU. en 2016 y 2020, porque, en términos generales, el resultado no implica cambios drásticos. Menos mal esta vez el mundo acepta que el presidente estadounidense fue elegido sin “la mano del Kremlin”.

El análisis de la derrota de los demócratas, los inquilinos actuales de la Casa Blanca, demuestra, no obstante, una señal muy importante a nivel de la política doméstica: la sociedad estadounidense no puede soportar más las políticas del “partido azul”. A pesar de la masiva campaña propagandista desatada por los demócratas contra Trump, en la que estaban utilizando los recursos administrativos y el apoyo de los medios liberales, no lograron ganar apoyo de los electores que están descontentos con la gestión de los problemas por la administración de Joe Biden. Los republicanos obtuvieron una mayoría con 3,6 millones de votos más que sus rivales, sin embargo, el país permanece dividido. Continúa la lucha entre los estados “rojos” y “azules”, entre los partidarios de los valores tradicionales y los “progresistas”.

Como ya ha mencionado el Canciller ruso Serguéi Lavrov, estamos dispuestos a reanudar el diálogo con EE.UU. Como nosotros no lo suspendimos, la iniciativa está en las manos de la parte estadounidense. Si la nueva administración de Trump demuestra el deseo de conversar sincera y abiertamente, sin exigencias unilaterales previas, sobre el futuro de nuestras relaciones, aceptaremos esta propuesta. Cabe destacar que es de suma importancia que en este diálogo se tomen en consideración y se respeten los intereses nacionales y de seguridad de nuestro país.

*    Embajador de la Federación de Rusia en Colombia

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Información adicional

Autor/a: Nikolay Tavdumadze*
País: Estados Unidos
Región: Norte América
Fuente: Periódico desdeabajo N°319, 20 de noviembre - 20 de diciembre de 2024

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