El FMI advirtió sobre las débiles perspectivas de crecimiento mundial a mediano plazo y, entre otros puntos, sobre el efecto contagio que podría ocasionar la crisis del sector inmobiliario de China sobre el resto de Asia. En el marco de la reunión anual del FMI y el Banco Mundial que finalizará este domingo, también el ministro de Finanzas británico manifestó una perspectiva económica sombría y advirtió que el país debe prepararse “para lo peor”, ante un entorno global inestable con amenazas de recesión.
“Lo preocupante es el débil crecimiento (mundial) de cara al mediano plazo”, expresó la subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath. La crisis en el endeudado mercado inmobiliario chino podría motivar una desaceleración económica en la región con “su consecuente ralentización de la actividad economía que probablemente se derrame, especialmente en los exportadores de commodities con estrechos lazos con China”, advirtió.
De todos modos, China podría tomar medidas para paliar la situación, como asistir proyectos en construcción sin terminar y ayudar a las firmas inmobiliarias a restructurar sus deudas. El FMI destacó que este año la región crecerá 4,6 por ciento, luego del 3,9 de 2022.
Por su parte, el ministro de Finanzas británico, Jeremy Hunt, expresó su preocupación por los crecientes intereses de la deuda y la posibilidad de futuros recortes de gastos o aumentos de impuestos en Inglaterra en medio de las actuales tensiones geopolíticas y la inestabilidad económica mundial. “Las cifras son definitivamente peores que las que enfrenté en primavera”, admitió. A su vez, destacó la volatilidad global, citando la guerra en Ucrania y los recientes acontecimientos en Israel.
El FMI pronosticó para los países avanzados de Europa una ralentización del crecimiento al 0,7 por ciento en 2023, tras el 3,6 de 2022, y una expansión de 1,2 en 2024.
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