El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), Jerome Powell, afirmó que la entidad monetaria está preparada para continuar subiendo las tasas de interés. “Si bien la inflación ya bajó de su pico, lo cual es bienvenido, sigue siendo muy alta”, advirtió Powell en el simposio anual de banqueros centrales que se desarrolla en la localidad de Jackson Hole, en el Estado de Wyoming.
“Estamos preparados para subir las tasas aún más de ser apropiado, y tenemos la intención de mantener la política en un nivel restrictivo hasta que estemos confiados de que la inflación está moviéndose sustancialmente hacia nuestro objetivo (del 2 por ciento anual)”, remarcó.
El último Índice de Precios al Consumidor (IPC) estadounidense registró un incremento de 3,2 por ciento en julio, por encima de la meta de la FED, aunque lejos del pico de 9,1 por ciento de junio del año pasado.
El titular de la FED destacó los avances para bajar la inflación gracias al ajuste monetario y las menores complicaciones en las cadenas de suministro –tras los problemas que trajo la pandemia de Coronavirus-, aunque advirtió que “aún falta un largo camino, pese a las últimas cifras positivas”.
“En las próximas reuniones monetarias estaremos en una posición donde vamos a proceder de forma cuidadosa, analizando las perspectivas y los riesgos”, sostuvo en declaraciones citadas por las agencias Bloomberg, DPA y France Press.
Entre las cifras que aún están siendo apuntadas por la FED se encuentran los de la inflación subyacente –que no tiene en cuenta los precios de la energía y de los alimentos- y cuyo índice se mostró más persistente que el IPC general. Para Powell, los últimos dos meses del índice núcleo fueron “buenos”, pero aún no sabe hasta qué punto continuarán estas lecturas más bajas.
Desde marzo de 2022 el organismo instrumentó once subas de tasas y, tras un nuevo incremento de 25 puntos porcentuales el mes pasado, actualmente se encuentran en un rango de entre 5,25 y 5,5 por ciento, un máximo desde enero del 2001. Las últimas proyecciones de las minutas de la FED apuntan a un último incremento antes de que finalice el año, sin ser necesariamente en la próxima reunión que se desarrollará los días 19 y 20 de septiembre.
Powell admitió en su alocución que la economía no se está enfriando al ritmo que la FED esperaba, citando las últimas cifras de actividad y consumo. De hecho, Estados Unidos creció 2,4 por ciento anual en el segundo trimestre, una lectura que sorprendió a los economistas y que los llevó a comenzar a desechar sus pronósticos de una recesión.
“Todo indicio de un crecimiento superior a la tendencia podría poner en riesgo los progresos en materia de inflación y exigir un mayor ajuste monetario”, afirmó. Powell puntualizó que “para llevar la inflación de forma duradera a 2 por ciento, será necesario un período de crecimiento económico inferior a la tendencia (actual), así como una moderación de las condiciones del mercado laboral”, que sigue con tasas de desempleo muy bajas de alrededor de 3,6 por ciento.
De todos modos, aclaró que “hacer demasiado poco podría llevar a que la inflación se ancle y restringir aún más la política monetaria con un alto costo en el empleo, mientras que hacer demasiado podría lastimar innecesariamente la economía”.
Powell, asimismo, descartó que la FED vaya a elevar su meta tradicional del 2 por ciento anual, un tema que fue debatido por académicos en los últimos meses: “Esa seguirá siendo nuestra meta de inflación”, remarcó.
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