Trabajo: determinante social de la salud

El tipo de trabajo que realizamos, sus condiciones y entorno laboral, tienen un impacto significativo en nuestra salud y bienestar. Por esta razón, es importante reconocer que el trabajo es uno de los principales determinantes sociales de la salud.

El Proyecto de Ley (PL) 339 de 2023 sobre la reforma a la salud liderada por el gobierno nacional, reconoce que la salud va más allá de la atención individual de la enfermedad, e incorpora el enfoque de determinantes sociales de la salud, mencionando que “constituyen aquellos factores presentes, de actuación negativa, o aquellos que, por su ausencia, permiten e inducen la aparición de enfermedades y que entre otros factores tienen origen: social, económico, cultural, nutricional, ambiental, ocupacional, habitacional, de educación y de acceso a los servicios públicos”. Así mismo, el PL enlista 14 determinantes sociales siendo el cuarto relacionado con las “condiciones de trabajo dignas, seguras y sanas”.

Surge, entonces, la pregunta ¿qué se entiende por condiciones de trabajo dignas, seguras y sanas? Podría hablarse de condiciones dignas, seguras y sanas como aquel trabajo remunerado, formal, urbano y rural que da cuenta de los postulados del trabajo decente y saludable. Según Gallo y colaboradores1 el trabajo decente tiene implícito el trabajo saludable porque favorece al trabajador en relación con la organización del trabajo, acceso a la seguridad social, prevención de riesgos laborales, inclusión, remuneración justa, autonomía para la libertad sindical y posibilidad de negociación colectiva. Se trata de un trabajo que promulga el derecho a la salud en el trabajo.

Si bien, este tipo de trabajo es el deseado, no es la norma. De hecho, la realidad de diferentes grupos laborales que conforman el mundo del trabajo en el país muestra un porcentaje alto de informalidad. De acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de Hogares realizada por el Dane, para el trimestre móvil de diciembre 2022 a febrero de 2023 la proporción de ocupados informales fue del 58 por ciento en el total nacional. Dadas las características del empleo informal, estas llevan a que el trabajador acepte situaciones de precariedad o explotación y, en algunos casos, auto-explotación dónde no cuentan con acceso a la atención en salud ni de los beneficios de la seguridad social (vejez, protección de riesgos laborales), quedando así buena parte de la población trabajadora que hace parte de la economía informal, en contextos urbanos y rurales, excluida de los mecanismos de protección social y con mayores dificultades para mantenerse a sí mismos y a sus familias, viendo afectada su salud y calidad de vida.

Sin embargo, la informalidad no ocurre de manera aislada, sino que se encuentra atravesada por sistemas económicos, políticos sociales y de mercado que se encargan de favorecer la aparición y establecimiento del fenómeno de precarización laboral. Un ejemplo de esto es como la presión económica global en pro de la máxima eficiencia fomenta el desarrollo de relaciones de empleo extremadamente perjudiciales2. Buscando dar respuesta a esta presión económica global, las empresas recurren a diversas formas de flexibilización laboral amparadas por las reformas económicas y laborales introducidas desde la década de los noventa, que han configurado trabajos con horarios y sueldos flexibles que se adaptan al movimiento de esta nueva economía. Con la aparición de estas nuevas formas de relaciones contractuales, las políticas aplicadas para garantizar un trabajo decente y saludable ya comienzan a quedarse obsoletas.
Reforma y determinantes sociales de la salud

Algunas de las propuestas para afectar los determinantes sociales de la salud, que contiene el Proyecto de Ley 339 son:

• Conformación de una Comisión Inter-sectorial Nacional de Determinantes de Salud, la cual evaluará el impacto y evolución de sus directrices en materia de salud y realizará el seguimiento de indicadores de salud.
• Conformación de Comisiones Departa-mentales, Distritales y municipales de Determinantes de Salud, las cuales se encargarán de la revisión de la información epidemiológica departamental presentada por el Instituto Nacional de Salud (INS), el Consejo Territorial de Salud y su Secretaría Territorial de Salud para establecer los determinantes a intervenir.
• Llevar a cabo acciones específicas en el marco de la Atención Primaria Integral Resolutiva en Salud (Apirs), con equipos transdisciplinarios, para promover la calidad de vida y la salud general y ocupacional de las poblaciones, educar en salud, promover la no violencia, proteger la vida y prevenir enfermedades generales, laborales y accidentes en el hogar, el trabajo, establecimientos y vías públicas.

No obstante, en términos generales, y a la luz de estas propuestas, no se logra ver claramente un esbozo que responda a las necesidades diversas y particulares de trabajadores y trabajadoras del país. Será necesario examinar aquellas relaciones de poder entre empresarios, directivos y funcionarios del Estado, trabajadoras y trabajadores, para entender los mecanismos sociales que hacen que las desigualdades en salud en el trabajo se mantengan en el tiempo3.

Si queremos como país avanzar hacia la equidad, debemos superar las exclusiones y generar condiciones de trabajo dignas, seguras y sanas para los diferentes grupos de trabajadoras y trabajadores; lo que demanda, que la reforma de salud se sintonice con la reforma laboral, para transformar las formas de trabajo de los y las empleadas del sector salud, como del resto de grupos laborales y se afecte positivamente sus vidas y salud.

1 Gallo Ó, Hawkins D, Luna-García JE, Torres-Tovar M. Trabajo decente y saludable en la agroindustria en América Latina. Revisión sistemática resumida. Rev. Fac. Nac. Salud Pública. 2019;37(2):7-21. DOI:10.17533/udea.rfnsp.v37n2a03
2 Benach, J., Muntaner, C., Solar, O., Santana, V., & Michael, Q. (2010). Empleo, trabajo y desigualdades en salud: Una visión global. Barcelona: Icaria Editorial, p. 160.
3 Ibíd., p.130.

  • Respectivamente:
    • Fonoaudióloga, magistra en salud ocupacional y estudiante del doctorado en salud de la Universidad del Valle. Integrante del grupo de investigación Salud Ambiental y Laboral – Sala (Unal).
    • Enfermera, especialista en salud ocupacional, magistra en salud pública y estudiante del doctorado interfacultades en salud pública de la Universidad Nacional de Colombia. Integrante del grupo de investigación Salud Ambiental y Laboral – Sala (Unal).

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Información adicional

Autor/a: Andrea Ortega Palacios y Zuly Bibiana Suárez Morales*
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo, edición especial

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