El pulso del Canje
Triste es decirlo: de lado y lado hay candados o cadenas, fugitivos y muertos. Coerción y represión. Escarmiento. Crimen. Mientras con su propio código consuetudinario la guerrilla retiene, también secuestra; el Estado apresa, la mayoría de las veces, sin fórmula de juicio. El terror de Estado “y sus ejércitos” actúa sin moral ni piedad sobre la población civil, y sobre los convictos o sospechosos de oposición y delito político. El tiempo juzgará si justo o no, doloroso sí, que tras largos años el dedo del Canje indica que, frente a la guerrilla: la derecha individualmente no es impune. Todos saben que pueden ir al encierro y morir o sufrir allá por varios años.
Por su condición de ciudadana colombo-francesa, para Uribe sólo Íngrid tiene algún valor1.Trascendencia que, sin embargo, tampoco la libra de la orden de rescate a ”sangre y fuego”. Trágico. Una guerrilla que ante todo es blanco de fuego aéreo, y que en su repliegue no encuentra ocasiones para retener oficiales superiores de las Fuerzas Armadas, puede poner el Canje a depender de nuevas acciones sobre dirigentes políticosciviles2.Violatorio del Derecho Internacional Humanitario (DIH) consagrado. Pero así es.
Ojalá, más temprano que tarde, la clase política, económica y aristocrática asuma que sólo un escalón del Canje abrirá la puerta de conversaciones entre los múltiples factores del país y la Nación. De unas pláticas iniciales para adquirir confianza mutua y arribar al acuerdo de los cuatro ceses de fuego3 que en el orden nacional o regional encumbren una agenda de diálogo.
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