La “salida política” del conflicto: llama y viento

 

Recuadro

El país necesita una mano (edición Nº 55)

 

El país necesita una mano para cambiar. Desde ya se abre la posibilidad de launidad popular alrededor de una campaña auténtica por la paz que, como un factor más de confrontación política, puede abrir en Colombia una coyuntura de gobierno y de poder. La suma de estragos del Plan Colombia, la crisis social con aumento del desempleo y multiplicación de los desplazamientos, la oposición y resistencia contra las políticas del régimen, la aguda lucha entre guerra y paz que está tras las conversaciones con la guerrilla y la comunidad internacional, vigilante de una solución política, configuran una situación favorable a un alternativa popular que coincide con la iniciada campaña electoral de 2002.

Independientemente del curso que tome el diálogo del Caguán y la puja por la Zona de Encuentro en el sur de Bolívar, no se llegará ala paz desde la actual realidad oligárquica del poder. El momento político es intenso. Cada actor popular debe proponerse su legitimidad. Un tarjetón como forma de consulta popular es la tarea para buscar una nueva legitimidad del campo popular, y como recurso para sumar voluntades en una disputa de poder para obtener la paz.

 

 

En esta esquina, por el cinturón de la paz: ¡la unidad nacional!

 

En respuesta a la pregunta ¿cómo puede ser la salida política?, en esta edición desarrollamos la hipótesis de dos diálogos y tres acercamientos que son imperiosos para un porvenir menos oscuro de la Nación. Esos diálogos y acercamientos son los pasos que el Mosaico, preliminar, aproximado y mínimo grafica ahora en esta nueva versión. Los bosqueja, con la ampliación y el señalamiento de un puente inevitable para una solución política del conflicto:

con funcionarios y un segmento institucional del Estado tradicional, viejo, y

con la franja necesaria de intermediación internacional y social, y de factores políticos, económicos y sociales de los Estados Unidos, que con proliferación de sus bases militares por el mundo ya no están en su apogeo de imagen.

 

Con la marcha de unos procesos de cambio o revoluciones en la América Nuestra, para la élite oligárquica que ordena la guerra son tentación, preocupación y móvil de revancha criminal y Águilas Negras,(i) la inconformidad social que va en aumento, (ii)el repliegue de la guerrilla que la prolonga con una geografía en su favor para maniobrar, (iii) el panorama de avance electoral para una oposición nacional ante el crujir de la parapolítica, y su merecido y posible voto de castigo en 2010. Y, cómo no, son motivo de operaciones encubiertas de la Fuerza Delta por parte del Comando Sur. Una y otro, élite e imperio, harán todo lo posible para contener o evitar una solución de paz justa con su custodia perdida y que un nuevo país crezca.

 

Dada la desnaturalizada democracia parainstitucional que está en auge aunque hasta ahora sólo demos por sentada nuestra mayoría tácita por la paz, se requieren al menos dos palancas y un estribo para la búsqueda de la solución política al conflicto, desde el conjunto social y de la Nación. Estos pedales son o pueden ser:

 

1. La unidad nacional con todos y con todo. Ante la guerra oficial por una parte y la inútil discrepancia entre los actores de la paz por otra, esta unidad es la suma al canto para alcanzar la justicia social y detener la guerra. Una red del pescador, que demanda:

un pujante liderazgo mayúsculo de unidad, que supere diferendos, no vitalicio ni unipersonal ni plenipotenciario, ¡por la restauración moral y democrática de la Nación!, que sea artífice de una Gran Coalición4y proponga y arriesgue un Pacto Patriótico de gobierno y de poder, que por primera vez integre la inconformidad del campo y la ciudad.

2. La intermediación internacional. Que ya cuenta con semillas en el continente, los Estados Unidos y Europa.

 

Dos arietes y su soporte urgentes para librarnos de la continuidad de un guerra-gobernante en la Casa de Nariño.

 

Necesarios para salvarnos de su prolongación en el poder que con cara ufana, aún con su desgaste y sus opacas muecas de paz, divierte y retiene el voto duro y la mayoría electoral con cerca de 4000.000 de colombianos, provenientes en gran proporción de la sociedad conforme, metropolitana y urbana, y de 1700.000 votos como aporte del entorno paramilitar. Éste fenómeno o tragedia hace parte de la situación y de la brecha existentes entre los dos países con fractura que participaron el 6 de julio de 2007 (y el pasado 4 de febrero)… Uno: ruidoso, con pañuelos en la ciudad, los municipios grandes y el campo cerca, que manifestaron ya por la mano dura sin condiciones (contra las

farc) o por el Canje Humanitario. Otro: en el campo allá, los barrios periféricos y los municipios pequeños, donde no hubo tantos pitos y el silencio común se escuchó en las veredas y corregimientos (Ver: Primer Llamaviento p. 1., párrafo segundo. Agosto 7 de 2007). Entonces

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