La “salida política” del conflicto: llama y viento

¿Por dónde irá el andar de la solución política?

 

– Cariz político. La paz justa solloza huérfana, aprobada como está la (i) Ley de Justicia y Paz, (ii) consagrado el prototipo de mesade Santafé de Ralito, y (iii)aceptado incluso, por sectores de izquierda el supuesto de lucha guerrillera sólo legítima y política hasta 1991. Pero, además, con las consecuencias de (iv) equiparar la paz al desarme de la guerrilla y asimismo a la simple firma de la paz gratis con statu quo y desmovilización. Tras cada combate y respuesta con altisonancia del poder o tras cada tragedia y violación del DIH, congregar de nuevo al conjunto de Colombia en un cuarto5 mantel por la paz, tiene hoy día muchas más trabas. Más [] porque ahora son mayores los desafíos políticos, para el poder económico y de concesiones necesarias para explorar otro chance de paz en una mesa. Un chance que, de darse [] concierne ante todo a un acuerdo político de refundación nacional: una cuerdo con recambio institucional, redistribución y democratización del poder y de redefinición de la división política y la unidad territorial (ibíd., párrafo tercero).

– Cariz militar (oficial).Con su objetivo del Caguán cumplido:

recuperarla capacidad y velocidad operacional del Ejército y las Fuerzas Armadas, a la par que introdujo en Colombia el poder militar moderno, más sofisticado.

Pero también, con una situación en desarrollo:

De intervención extranjera en aumento, de iniciativa de las Fuerzas Armadas.

De la guerrilla en repliegue y reajuste de su Plan estratégico. Con limitado poder para movilizar la ciudadanía, con fuego de francotiradores en alza sobre blancos de vigilancia militar o policial, en carreteras y puentes, sin mención por supuesto en las noticias y los partes oficiales.

Situación en la que [] llegar a otro escenario de conversación entre sociedad, Estado y guerrilla, a mediato tiempo, requerirá esta vez un despeje más extenso y un trasfondo o precio previo en dos aspectos bastante gruesos, y para los cuales la sociedad tendrá que avenirse, madurar, prepararse mejor en su convicción de solución política:

a. el acuerdo para conservar la unidad territorial, pero

b. con una transitoriedad institucional

Esta última, en la mira de construir un nuevo Estado. O, en caso de desacuerdo y nueva ruptura de la conversación, desbocar en una nueva etapa, más intensa, de la guerra.

Sería un nuevo curso del conflicto con acciones más radicales y con escenas del uso de morteros y cohetería antiaérea adquirida o artesanal de la guerrilla. Una prolongación del fuego que enfrentaría a dos geografías y dos dimensiones de poder:

a. el Estado capitalista-terrateniente

Con su poderío de dominio aéreo, apoyo operacional, telecomunicación satelital con tecnología de punta, y con naves y proyectiles del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos y sus aliados europeos en busca y trámite de comprometer a la Otan, junto con organismos de Israel. Y, para efectos encubiertos y de guerra política sin fronteras, de los adinerados focos conspirativos de la derecha en Miami, Bogotá, Santa Cruz de la Sierra(Bolivia), Guayaquil (Ecuador), El Salvador, Zona del Canal y el Gobierno del estado Zulia (Venezuela), relacionado con el paramilitarismo colombiano en punto de reactivarse a fondo en cualquier momento; y

b. un embrión de Estado en pugna

Con población y territorio rural, con alrededor de 100frentes armados y un gobierno del sur en armas que abriría una periferia nacional de simpatía, reconstruiría la unidad de los grupos guerrilleros, ganaría adhesión en algunos sectores sociales y sería un imán para la solidaridad de militantes internacionalistas, y aunque parezca contradictoriode alguna parte de los pacifistas del mundo, y de un proceder neutral de varios gobiernos y de más y diferentes formas de reconocimiento del carácter beligerante de la guerrilla.

De este modo, amanecer un día con paz, tras siete (7)años de ejecución del Plan Colombia y otros más de su diseño y ambientación, necesita un reconocimiento de Gabinete y de territorio para los alzados. Una configuración, geometría o reparto de poder y apertura democrática en Colombia que los Estados Unidos, desde hace años, se han propuesto impedir a como dé lugar. Pero hoy por hoy el aviso sale, oportunidad, rebaja hace entrar a todos en los almacenes (ídem, p. 22, último párrafo, pp. 23-24,primero y segundo párrafos).

Vistos estos dos carices, estamos casi ante una muralla infranqueable. Frente a una dificultad así, es necesario precisar el mecanismo, la llave particular vista o no vista, hereje o no, no universal que abra la puerta para que prepondere una salida política. Con ese propósito, como historia y testimonio, y aunque sean inviables, reseñamos:

Armisticio (Sucedió en condiciones de una ventaja militar rebelde).Tratado preparado por Antonio José de Sucre para la firma el 26 de noviembre de1820 entre Simón Bolívar y Pablo Morillo, que condujo a la regularización de la guerra y un canje de prisioneros conforme a las leyes de las naciones cultas, y a los principios más liberales y filantrópicos…, su artículo 5º rezaba que los prisioneros de guerra se canjearán clase por clase y grado, o dando por superiores el número de subalternos que es de costumbre entre las naciones cultas. Asimismo, derrotado el jefe liberal Rafael Uribe Uribe tras la batalla de Palonegro, la Guerra de los Mil Días concluyó con el tratado de Neerlandia.Firma que tuvo otro antecedente en el Pacto de Chinchiná6 del 6 de agosto de 1860, suscrito entre Tomás Cipriano de Mosquera y Mariano Ospina Rodríguez, quien estuvo representado por el general Braulio Henao, comandante de la Tercera División.

Ley general de amnistía. Un mecanismo que fue usado para la desmovilización de la guerrilla liberal en los Llanos Orientales durante el período de Rojas Pinilla (1953-1957). Durante los gobiernos de Alberto Lleras Camargo, Julio César Turbay Ayala y Belisario Betancur Cuartas sembró antecedentes para la reinserción en 1989-1992 de las guerrillas con un origen y dirección de procedencia urbana.

– Mesa de desmovilización, reinserción o reintegración. Su prototipo de conclusiones es Santafé de Ralito, una vez se efectuó con las auc. Con paramilitares que encubren su contraofensiva contra toda oposición que signifique un riesgo de gobierno, mediante un convenio de reacomodo del poder y el latifundio [] que sin distingo alguno entre rebelión, delito político y crimen común, y sin alarma de la sociedad ganó y confundió a la opinión pública [] Un trato que contó y cuenta con la connivencia de los grandes medios de comunicación que [] difunden y equiparan el logro de la paz al desarme de la guerrilla.

En estas circunstancias, [] la posibilidad de una mesa similar con la guerrilla está enterrada. Sepultada. Refundida, hasta tanto, con más sangre, dolor y víctimas, varíe la actual correlación militar de fuerzas. Una correlación que prolonga las hostilidades y que después de varios planes castrenses sin victoria oficial no ha menguado la capacidad estratégica de la subversión ni ha abolido su influencia política y social ni su circulación en parajes determinados (a pesar de las bajas) Tampoco ha quebrado su moral [] ni la centralización de su mando. Las décadas de cargar el fusil no les tiene deshechos los hombros.

Una mesa tal, con aceptación de la guerrilla de participación, sin condiciones de agenda ni de territorio, y con la oferta apenas por parte del Estado de des movilización con concentración fija del tipo M-19, Epl, Prt, Comando Quintín Lame, Corriente de Renovación Socialista y otros, y presencia formal, no decisoria, en curules del Senado y Cámara, sólo es viable luego de una disminución del movimiento insurgente a una condición de incapacidad no solo militar sino además política, y tanto en el escenario del campo como de la ciudad. Pero en las condiciones del continente en ebullición, tendría que sufrir también un cerco ¡electoral! Cerco, en vista de que son varios los caminos de acción política de las guerrillas y los elementos comunes de su programa político, influyentes o partícipes de la historia del continente. No sólo episodios. Cómo no considerar experiencias que se han servido de las armas:

– Ezln y el Subcomandante Marcos con la Otra campaña que apunta al 2010 en México, de modo paralelo en situación de un liderazgo social fracturado que López Obrador y Cuauthémoc Cárdenas,

– Tronco PRV-Faln (Ruptura o Tercer Camino) y, Causa R (7);que tras su derrota y repliegue da lugar a los alzamientos militares del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1991, y luego a la victoria electoral de Hugo Chávez en Venezuela en diciembre de 19988;

Mln Tupamaros que como partícipe del Frente Amplio llevó al triunfo de Tabaré Vásquez en el Uruguay, o

Fmln de El Salvador que hoy tiene a mano la opción electoral, sin olvidar que el

Fsln, con la memoria de su pueblo, recuperó el poder en Nicaragua.

Con estas consideraciones, [] el evento de otra mesa sólo es verosímil cuando llegue la hora en que la sociedad y el Estado ofrezcan un marco jurídico diferente. El día en que se avengan a un despeje o desmilitarización total de la fuerza pública oficial en al menos un departamento: Caquetá o Putumayo en el sur y, de otro lado, den las garantías para deliberar en la capital y en el norte a una Convención Nacional (ibíd., p. 21, párrafos tercero, cuarto y quinto).

 

los caminos de la vida no son como yo creía

 

Advertido hasta aquí el conjunto de la dinámica política, social, militar, de intentos de mediación internacional. Es preciso enunciar con realismo las posibles vías, formas de mesa, o los transcursos para descartar también o aproximar una solución política:


Forja de conversación o acercamiento previos entre el Estado y la insurgencia, por efecto de:


1. la intermediación internacional, y de una fórmula intermedia de Canje. Pudiera alcanzar el mérito, y como avance del reconocimiento del carácter de actor político de la guerrilla con los Presidentes de los países limítrofes9 como garantes, en el plazo de un año y en paso previo, podría descorrer una cuerdo de agenda y de las condiciones y territorio mínimo en despeje para instalar una cuarta mesa.


2. la gestión de [] todo partido político con representación en el Senado en busca de un diálogo con la insurgencia, por un nuevo patrón de ley. (ibíd., p. 17, último párrafo, p. 18,párrafos primero, segundo, tercero y cuarto).


3. la deliberación por la paz en los cuarteles. Cabe reiterar que, sin fraccionar los cuarteles con un debate por la paz que rompa la verticalidad del mando por la guerra, no será posible destrabar el conflicto en pro de una solución política (de función social del Estado y de poder democrático y soberanía) (Ver: desdeabajo, edición número 128, pág. 6, columna 3, párrafo segundo).


– Sustitución del gobierno y de poder. Por el triunfo de la unidad nacional. La paz necesita gabinete y cuatro ceses de fuego simultáneos. Una transición o paréntesis de un gobierno con ministerios de composición mixta, de talento equidistante frente a los polos de la confrontación; a obtener en la elección presidencial del último domingo de mayo de 2010 que preparen un sancocho y maten cuatro gallinas, o

– Una dualidad o disputa de gobernabilidad. Ya por un resultado de empate o ante un dudoso margen de ventaja oligárquica. El fraude o el asesinato del candidato de unidad nacional en la hora de ahora daría lugar a una polarización que legitimaría los espacios y fórmulas de:

(i) Gobierno alternativo en armas y (ii) de convención nacional con el recurso derivado para ambas de un Presidente provisional por legitimar o exponer como autoridad de una Colombia Sur. Unas propuestas que en los últimos años agitan las organizaciones insurgentes.


Verosímil. Sustitución o una dualidad en el poder y la gobernabilidad, alcanzables siempre y cuando, en el diverso campo opositor a la parainstitucionalización mancha que no tiene proal en la oligarquía, predomine el afán de romper con la política tradicional y con sus subconscientes de clientelas o pleitesías que perduran y cruzan de orilla.

 

Inverosímil si no se logra superar a tiempo la mentalidad y la deficiencia en el campo popular, y de los revolucionarios, de una unidad interesada de partido, guerrilla o grupo o unidad puritana que, en su resultado histórico, le permite a laoligarquía conservar y preservar su poder.

 

El desafío por la unidad nacional, y su cimiento con un liderazgo mayúsculopor el nexo y la restauración de la Nación, es lance de honor y reto. Los inviernos crudos de 2008-2010 a sangre y fuego con Uribe II y de guerra III hacia 2010-2014, sólo podrá retarlos: una primavera de poder, de gabinete y de gobiernosustitutos.

 

Recurso que es paso y vía de solución política si la mayoría irrumpe en victoria y Plebiscito de poder por la paz inmediata(ídem, Agenda 9, pp. 33-35) Una meta cuyo eje de centro-izquierda y democracia radical debe adelantar peldaño a peldaño los acercamientos para engrosar de una Coalición. De[] una alianza política y social por un nuevo Estado. Y de una candidatura presidencial unitaria como recurso para la solución política del conflicto, más que para consolidar la construcción de un nuevo partido.

Dos bielas de la marcha que deberán estar listas antes del 7 de agosto de 2009. Ojo, sin esperar hasta la rivalidad o consulta en las elecciones para corporaciones públicas en marzo de 2010. Sería un error. [] Eso sería una demora negativa, culposa. Privaría a la esperanza del tiempo suficiente para ganar y defender el voto mayoritario de los colombianos, tanto en el territorio como de los seis millones que viven o sobreviven en el exterior. A la vez, y como política es el arte de hacer posible lo imposible, ese retardo impediría disponer del lapso conveniente para no relegar, proponer e intentar, con los riesgos que eso implica, un Pacto Patriótico de inclusión entre ciudad y campo, de poder y de gobierno con la insurgencia (Primer Llamaviento, pp. 25-26, párrafos quinto, sexto y primero. Negrillas del autor, agregadas para este artículo).

 

«Dos diálogos», un puente y tres acercamientos modelo para la fuerza de la paz

No sólo con vocablos sino también con la propuesta de procesos sociales, nombres y rostros. Nuestra edición número 130, de enero 18-febrero 18, en continuación con el antecedente fotográfico que en doble página ilustró el artículo Qué busca el Llamaviento? de la edición número 128(pp. 6-7), exploró también en Rojo o verde el Llamaviento: semáforo en la guerra (pp. 12-16) un mosaico, preliminar, aproximado y mínimo que alberga figuras revolucionarias, reformistas, de la burguesía, los poderes y los partidos tradicionales, la subversión y la oposición para enlazar la unidad nacional.

El Mosaico es una fragua que le permite a cada lector hacer su propio conteo y trazar su particular criterio o línea divisoria entre los dos campos en conflicto. Desveda reflexionar a cada quien desde y hasta dónde concibe y tiene sensibilidad por la unidad como nación, y hasta dónde es su convicción de gobierno y poder para la transición de modelo político y económico a la democracia y el socialismo. Asimismo, facilita el ejercicio de subrayar extremos. De proponer una bisagra representativa de la paz justa para un país distinto, ya con (i) actores en paz, ya (ii) en guerra: eso sí, legítimos y con respeto del Derecho de Gentes.

 

En las complejas circunstancias de prolongación del conflicto, con aumento de la intervención militar extranjera, el Mosaico guía, ilustra, el tejido y enhebre de por lo menos tres acercamientos entre los diferentes factores de la Nación, con sus particularidades y sus ritmos, y la relación internacional y económica con los Estados Unidos: culpables de la prolongación del conflicto; que son inapelables. Relacionados. Paulatinos:

 

1º- Diálogo por la intermediación internacional. Que debe incluir a la sociedad, y los poderes político y económico de los Estados Unidos.

2º- Diálogo por la inclusión y la transición. Incluyente, tanto de la (i)insurgencia, en sus vertientes de Movimiento Bolivariano y de acumulado por una Convención Nacional (ii), como de los factores del Estado que asuman la paz en propicio de una situación por y para el encuentro de todos los factores constitutivos y de poder, del país y de la Nación.

* Dos diálogos que requieren un puente con los funcionarios accesibles del gobierno y del Estado. Es decir, de una representatividad mayor que la tradicional, formal e inclinada hacia los privilegios, de un Comisionado de Paz o guerra.

Los tres acercamientos que hacen falta

Son los contenidos de unidad y alianza para constituir la fuerza de poder y de gobierno mediante la tarea política, de movimiento, social, electoral, con apoyo y ancla diplomática e internacional:

1. La Gran Coalición política y social por la Esperanza, que tenga como eje el Polo.

2. Un Pacto Patriótico de poder, gobierno e inclusión que reconozca y legitime todo liderazgo nacional y de oposición a la parainstitucionalización y que con consideración de la diferencia de campos busque en la mayor extensión posible el

3. Acuerdo, Concordia Nacional para una transición. Ya sea en la brevedad de unos meses o en los tres años próximos, bajo un enunciado de gobierno sin privatizaciones ni excluidos, marginación ni latifundio, y con una orientación social del presupuesto y el Estado. Un paréntesis necesario, mientras el pueblo repone su genuina fuerza y se destierra el terror y la plural intervención extranjera, que son hermanos de la guerra.

Ante una Colombia Remolino de luto que da el recurso de la subversión de la paz para enfrentar la guerra oficial, por una parte, y las inútiles discrepancias de quienes enfilan la paz justa, por la otra.

Espinas tiene el camino. Sin la urgencia de la unidad nacional, el arranque es lento.

Por un emplazamiento al presidente Uribe

En busca de la paz justa, al menos,

¿ustedes se reúnen?

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